13

2.1K 124 23
                                    

Al día siguiente, Marti y yo quedamos en la cafetería antes de la clase para comparar nuestros apuntes de sociología. Me lleva casi una hora ordenar todos los míos después de la irritante escenita de ayer de Angie.

Quiero hablarle a Marti de ello, pero no me gustaría que pensara mal de mí, y menos ahora que sé lo de su padre y la madre de Angie. Marti debe de saber mucho sobre ella, y debo obligarme constantemente a no preguntarle nada. Además, en realidad me da igual lo que Angie haga o deje de hacer con su vida.

El día pasa deprisa, y por fin llega la hora de la clase de literatura. Como
de costumbre, Angie se sienta a mi lado, pero hoy no parece dispuesta a mirar en mi dirección.

—Hoy será el último día que hablaremos sobre Orgullo y prejuicio —nos informa el profesor—. Espero que hayan disfrutado y, puesto que todos han leído el final, creo conveniente dedicar el debate de hoy al uso de la anticipación de Austen. Díganme, como lectores, ¿esperaban que Darcy y ella acabasen siendo pareja al final?

Varias personas murmuran, y se ponen a rebuscar en sus libros como si éstos fuesen a proporcionarles una respuesta inmediata, pero sólo Marti y yo levantamos la mano, como siempre.

—Señorita Domínguez—me da la palabra.

—Bueno, la primera vez que leí la novela, estaba en ascuas todo el tiempo, sin saber si acabarían juntos o no. Incluso ahora que la he leído al menos diez veces, sigo sintiendo cierta ansiedad al principio de su relación. El señor Darcy es tan cruel y dice cosas tan terribles sobre Elizabeth y su familia que al leerlas nunca sé si ella será capaz de perdonarlo, y mucho menos de amarlo. Marti asiente ante mí respuesta, y yo sonrío.

—Qué chorrada —dice entonces una voz interrumpiendo el silencio. Es Angie.

—¿Señora Velasco? ¿Le gustaría añadir algo? —pregunta el profesor, claramente sorprendido ante su participación.

—Claro, he dicho que eso es una chorrada. Las mujeres desean lo que no pueden tener. La actitud grosera del señor Darcy es lo que hace que Elizabeth se sienta atraída hacia
él, de modo que era evidente que acabarían juntos —dice Angie, y empieza a limpiarse las uñas como si este debate no le interesara lo más mínimo.

—No es cierto que las mujeres deseen lo que no pueden tener. El señor
Darcy sólo era mezquino con ella porque era demasiado orgulloso como para admitir que la amaba. Cuando dejó de comportarse de esa forma tan detestable, Elizabeth se dio cuenta de que en realidad estaba enamorado de ella —digo, mucho más alto de lo que pretendía.

Mucho más alto. Miro a los presentes en el aula y veo que todo el mundo
nos está mirando a Angie y a mí. Angie exhala.

—No sé con qué clase de tíos te has relacionado, pero opino que, si él la
amara, no habría sido mezquino con ella. La única razón por la que acabó pidiendo su mano en matrimonio fue porque ella no paraba de lanzarse a sus brazos —responde con énfasis, y se me cae el alma a los pies. Sin embargo, por fin llegamos a lo que piensa de verdad.

—¡Ella no se lanzaba a sus brazos! ¡Él la manipulaba, le hacía creer que
era amable y se aprovechaba de su debilidad! —grito, y el aula se queda en absoluto silencio.

Angie está roja de furia, y supongo que yo debo de estar igual.

—¿Que él la manipulaba? Léetelo otra vez, ella es..., quiero decir, que ella
estaba tan aburrida con su vida aburrida que tenía que buscar emociones en alguna parte, de modo que sí, ¡se lanzaba a sus brazos! —grita en respuesta, agarrándose al pupitre con fuerza.

—¡Bueno, igual si él no hubiera sido tan mujeriego, lo habría dejado estar
después de la primera vez en lugar de presentarse en su habitación! —En cuanto esas palabras abandonan mi boca sé que nos he delatado, y empiezan a oírse risitas y gritos sofocados de sorpresa.

—Bien, es una discusión muy agitada. Creo que ya hemos hablado suficientemente del tema por hoy... —empieza a decir el profesor, pero yo cojo mi bolsa y salgo del aula.

A blue-haired girl|| BRIANGIE (Adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora