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Intento estudiar al volver a mi cuarto, pero no puedo concentrarme.
Después de mirar fijamente los apuntes durante un par de horas sin haber leído en realidad ni una palabra, decido que una ducha podría ayudarme. Cuando están abarrotados, los baños mixtos aún me incomodan, pero nadie se mete conmigo, así que me estoy acostumbrando a ellos.

El agua caliente me sienta genial, y noto cómo me relaja los músculos, que estaban tensos.

Debería sentirme aliviada y feliz de que Angie y yo hayamos alcanzado
algo así como una tregua, pero ahora la ira y el enfado han sido reemplazados por el nerviosismo y la confusión. He accedido a quedar con Angie mañana para hacer algo divertido, y ahora estoy aterrada. Sólo quiero que salga bien. No espero convertirme en su mejor amiga ni nada por el estilo, pero necesito que lleguemos a un punto en el que no terminemos gritándonos cada vez que hablamos.

Estoy tan a gusto en la ducha que me quedo ahí durante un buen rato y cuando regresa al cuarto, Mica ya ha venido y ha vuelto a marcharse. Encuentro una nota suya en la que dice que Bar la lleva a cenar fuera del campus. Me gusta Bárbara. Parece una buena chica, a pesar del uso excesivo que hace del lápiz de ojos.

El día siguiente transcurre muy rápido. Cuando Marti y yo entramos en clase de literatura, Angie ya está en su sitio.

—¿Estás preparada para nuestra cita de esta noche? —me pregunta, y me
quedo con la boca abierta. Y Marti también.

No sé qué me da más palo: que Angie hable así del tema o cómo afectará
esto a la opinión que Marti tiene de mí. El primer día en nuestra misión de ser amigas ya no está yendo muy bien.

—No es una cita —le digo, y después me vuelvo hacia Marti, pongo los
ojos en blanco y, con aire despreocupado, le explico—: Vamos a salir como amigas.

—Viene a ser lo mismo —responde Angie.

La evito durante el resto de la clase, lo cual me resulta fácil porque no vuelve a intentar hablar conmigo después de eso. Al terminar, mientras Martín empieza a guardar sus cosas en la mochila, mira a Marti y me dice en voz baja:

—Ten cuidado esta noche.

—Sólo intentamos llevarnos bien porque mi compañera de cuarto es una buena amiga suya —le contesto con la esperanza de que Angie no me oiga.

—Lo sé, y de verdad que eres una amiga fantástica. Pero no acabo de estar segura de que Angie merezca tu simpatía —me dice levantando la voz a propósito, y yo la miro de inmediato.

—¿No tienes nada mejor que hacer que estar aquí poniéndome de vuelta y media? —ladra Angie por detrás de mí—. Anda, lárgate

Marti frunce el ceño y vuelve a mirarme.

—Tú recuerda lo que te he dicho.

Entonces se va y me quedo preocupada, preguntándome hasta qué punto se habrá disgustado conmigo.

—Oye, no hace falta que seas cruel con ella... Sois prácticamente hermanas —le digo a Angie.

Ella abre unos ojos como platos.

—¿Qué acabas de decir? —ruge.

—Bueno, tu padre y su madre...

¿Marti me mintió? ¿Se suponía que no tenía que hablar de esto? Me dijo que no le mencionara nada a Angie sobre su relación con su padre, pero no creí que se refiriera a toda la historia en cuestión.

—Eso no es asunto tuyo. —Angie mira con furia hacia la puerta por la que acaba de salir mi amiga—. No sé por qué te ha contado esa idiota. Me parece que voy a tener que cerrarle el pico.

A blue-haired girl|| BRIANGIE (Adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora