◌ 。˚✩ Espero que te sientas mejor.

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¡Martes! Qué día tan maravilloso, por no ser lunes, y tan terrible, por estar tan alejado del viernes. El día anterior había terminado siendo tranquilo, porque Chan no había intentado hablarme en toda la tarde, así que aquella mañana me desperté relativamente feliz. Aunque pensé en llegar temprano sabía que podía conllevar confrontaciones que no deseaba tener en medio de los pasillos, así que me preparé con tranquilidad y fui a clase a la hora justa para subir a clase sin llegar tarde, pero sin personarme en el centro demasiado temprano. Pude ver cómo llegaban las últimas personas antes de que apareciese el profesor, pero el sitio de Hyunjin se mantuvo vacío y yo me quedé mirando en dirección a la puerta, esperando a que se asomase poniendo alguna terrible excusa; sin embargo, pasó la hora y no vino.
Llegó el recreo y supe con certeza que aquel día iba a pasarlo completamente sola. La soledad no me preocupaba especialmente, porque quizá pudiese aprovechar el tiempo para preparar algún que otro trabajo, pero lo que me ponía verdaderamente nerviosa era pensar en por qué mi compañero no había venido. Sabía que la solución fácil era pensar como Chan y decirme: "claro que falta, son cosas de chico malo. ¿Acaso nunca has visto una película de romance estadounidense?", pero sabía que aquel no podía ser el motivo. Fuese por lo que fuere, sabía que tenía que haber una explicación y no sabía si quería escucharla.

-¿Hyunjin? -Inquirí, en cuanto me cogió el teléfono.

Y tan intranquila estaba que había marcado su número sin casi pensarlo, mordisqueándome una uña mientras esperaba a que descolgase.

-Hola. -Masculló, tosiendo con suavidad luego.
-¿Ha pasado algo?

Soltó una leve carcajada acompañada luego de un carraspeo, tomándose su tiempo para responder.

-Nada grave. -Explicó.- Pero me desperté con bastante fiebre y la garganta irritada, así que me he quedado en casa.
-¿Y has...?
-Sí, he ido al médico. -Me interrumpió, haciéndome reír por un momento.- Pero es solo una gripe. Ya se me pasará.

Aunque me aliviase saber que no le había sucedido nada grave, me preocupaba saber que estaba enfermo. Sabía que su madre cuidaría bien de él, pero no podía evitar querer acompañarle.

-Pues... -Dije, cediendo al impulso.- Luego de clase voy a pasar la tarde contigo. Si no molesto, claro.
-No molestas, JiYoon, pero te puedes enfermar tú tam...
-¡Perfecto! -Le interrumpí entonces yo a él.- Pues voy.
-Ay... Qué mujer. -Comentó, riendo.- Pues nos vemos luego, entonces...
-Hasta luego, Jinnie.
-Hasta luego, JiYoon.

En cuanto colgué entré a la sala de castigos, arrastrando los pies, para encontrarme al abrir la puerta con la mirada atenta del señor Lee. Dirigí la vista hacia el reloj de pared y me percaté de que había llegado un poco tarde, aunque pareció no importarle demasiado.

-Vaya, ha llegado. -Dijo, con desinterés.- Y por su expresión asumo que ya sabe que su compañero Hyunjin está enfermo.
-Sí, lo sé.
-Bueno, de todos modos durante este recreo no va a estar sola. Lo más probable es que en el siguiente sí, porque creo que van a terminar expulsándole por unos días, pero por ahora le hará compañía Jaeho. No sé si se conocen.

Oh, ¡qué nombre tan increíblemente común para la gente que se mete en problemas! Seguro que no era nadie a quien conociese. ¡Seguro que sí!

-Hey, JiYoon.

Qué bien, pues sí que le conocía. En cuanto vi que el muchacho sentado en una de las sillas era el mismo al que había visto siendo golpeado por Hyunjin días atrás, sentí que me ahogaba en un mar en que para empezar no me había ni metido.

-Hola, Jaeho. -Mascullé.

Corrí a sentarme lo más lejos posible de él, pidiendo en silencio que aquel día las cosas cambiasen y el señor Lee decidiese quedarse con nosotros, pero obviamente no fue así. En cuanto aquel hombre salió por la puerta Jaeho se levantó y oí sus pasos aproximándose a mí, pero no tuve el valor para girarme.

Fuck you. *:・゚✧ Hwang Hyunjin fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora