࿐ El día de limpieza ya no parece tan malo.

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La palabra "miércoles" se me había antojado un absoluto horror la semana anterior, considerando que debía cumplir junto con Hyunjin con las labores de limpieza de todo mi aula al final del día, pero aquel día me sentía tranquila. En el peor de los casos mi compañero seguiría enfermo y yo podría limpiar a mi ritmo, quizá escuchando música, pero si todo salía como debía le tendría a él conmigo, sano y listo para cogerme al vuelo si volvía a caerme de alguna silla.
En cuanto llegué a clase y le vi allí, sentado sobre su pupitre, sé que se me iluminó el rostro. Me acerqué a él a prisa, dejando la mochila a los pies de su mesa, y él a penas tardó un par de segundos en ponerse en pie para envolverme en un cálido abrazo.

-Buenos días, JiYoon. -Susurró, con alegría en la voz.
-Buenos días, Jinnie. -Repliqué yo, enterrando el rostro en su hombro luego.- Me alegro de que ya estés bien.
-Es gracias a ti, por cuidarme tanto.
-Pero si no he hecho nada, idiota. -Dije, riendo y separándome de él.- De hecho, solo te di problemas.
-Para nada. Por la tarde me sentó bien que estuvieses conmigo.

Me recolocó un mechón de pelo detrás de la oreja y yo me quedé mirándole en silencio, sintiendo que la respuesta que quería darle se me atragantaba en la garganta. Lo cierto es que aún me costaba a veces reaccionar debidamente a sus muestras de afecto, como si fuese complicado de procesar que el estudiante problemático y mujeriego resultase ser un ángel caído del cielo, pero lo que más me preocupaba era lo patética que debía verme él desde fuera; sin embargo, a pesar de lo que yo creía, él sonrió con calidez y me envolvió de nuevo entre sus brazos.
De un momento a otro sonó el timbre que daba inicio a la primera hora de clase, y yo me separé a regañadientes de él. Cuando me dirigí a mi sitio me encontré con Chan -para mi sorpresa, pues no solía hacerlo- inmerso en sus apuntes, adelantando trabajo que no debíamos entregar hasta unas semanas después, y me aproximé a él para revolverle el pelo con suavidad antes de seguir mi camino. Me miró y sonrió ampliamente, sin decir nada, y volvió luego a enterrar la cabeza entre los libros.

-Sí, supongo. No sé. ¿No sé? Ay, Hyunjin, es que me da vergüenza.

Balanceé con suavidad las piernas bajo la mesa, mirándole desde la distancia. Sentado en una de las sillas, me observaba con una sonrisa de oreja a oreja, arqueando una ceja y esperando a que siguiese hablando.

-Di algo, cabeza yunque. -Le dije, sacándole la lengua.
-Uy, qué maleducada. -Replicó, riendo entre dientes.
-Yo te mato.

Nos reímos con suavidad, con tranquilidad, y él se puso lentamente en pie para acercarse un poco a mí, con las manos en los bolsillos.

-No sé, piénsatelo. -Terminó diciendo, en voz queda.- Estás invitada. Si quieres venir o no es cosa tuya.

Minutos atrás, Hyunjin me había propuesto que le acompañase el próximo viernes a una pequeña fiesta familiar a la que, según él, "iba por compromiso, a pesar de que fuese a aburrirse porque toda su familia le odiaba". A pesar de que me molestase pensar que pudiese tener problemas con gente que se suponía que debía quererle, entendí que no todo el mundo era capaz de comprender la vida que llevaba; sin embargo, aún me parecía extraño que su madre creyese que era un buen niño -a pesar de que de vez en cuando le hubiesen expulsado por meterse en problemas-, mientras que todo resto del mundo parecía conocer su pasado.

-Mira, ¿sabes qué? Te acompaño. -Terminé cediendo, pero interrumpí su primer intento de celebración luego.- Pero solo si me explicas una cosa.
-¿Eh? Vale, ¿el qué? -Inquirió, confuso.
-¿Cómo es que has conseguido proteger de tus compañías y de tu vida a tu madre, pero el resto de tu familia lo sabe?

Fuck you. *:・゚✧ Hwang Hyunjin fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora