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Cuando me doy cuenta quien es intento soltarme de su agarre pero el hace más presión, solo me mira fijamente como lo hace en la cafetería. Su mirada es fría sin demostrar ninguna expresión y eso realmente me da miedo. Intento soltarme pero con eso solo hago que presione más fuerte su agarre en mi brazo.

- Suelteme. Le digo y me sorprende que se lo diga sin tartamudear.

A el solo se le forma una sonrisa de lado.

- Porque debería de hacerlo ?. Me contesta fríamente borrando su sonrisa.

Cuando mira que no le contesto me comienza a jalar para no se dónde yo intento soltarme una vez más pero no consigo que me suelte.

- Por favor Suelteme. Le digo en un susurro a punto de llorar porque me está llevando donde hay unas camionetas negras polarizadas y me percato que son como la que estaba el otro día enfrente mía en la parada del bus.

El para bruscamente y ve que se me han salido unas lágrimas y con eso consigo que afloje un poco su agarre en mi brazo.

- Cállate no quiero llamar la atención de la gente con tus lloriqueos. Me dice bruscamente y con eso solo hace que se me salgan más lágrimas.

- Por favor Suelteme, no tengo dinero para darle per.. pero mañana me pagan y.. yo se lo puedo dar todo. Le digo llorando porque no quiero que me lleve.

El solo suelta una pequeña risa burlesca.

- No quiero tu miserable dinero. Dijo fríamente

- En... Entonces que quiere. Le dije susurrando por el medio que tenia.

- A ti Bonita. Me dijo agarrando mi mejilla donde tenía el golpe y cuando se percató que hice una mueca por su agarre frunció las cejas.

- Que te paso en la mejilla ? Me pregunto con los dientes apretados.

- Na... Nada. Le dije rápidamente ya que no podía echar de cabeza a mi mamá.

- Bueno yo lo averiguaré. Me dijo simplemente.

Yo solo quería salir corriendo de hay llegar a mi cuarto y encerrarme para ya no verlo. Tenía mucho miedo de que me llevará secuestrada para hacerme no sé qué cosas que estaba segura no eran algo buenas.

Retomo el camino a la camioneta llevándome a mi todavía agarrada del brazo, más lágrimas comienzan a salirme cuando logró meterme en esta.
No me había fijado que habían muchos hombres vestidos de negros ordenando las camionetas.

Cuando el se sube también a esta yo solo le suplique que me deje ir pero con esto solo consigo que me grite que me calle la boca ya, yo rápidamente me hago más pequeña en el asiento y me callo porque cuando mi papá me gritaba y yo no le hacía caso este me pegaba una paliza y ayer también lo comprobé con mi mamá y no dudó que el también haga lo mismo.

El les habla a los hombres y estos rodean la camioneta donde nosotros estamos y desde aquí supe que comenzaría mi tortura.

Enamorada de Un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora