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Despierto desorientada llevándome una mano a mi cabeza, me duele todo el cuerpo. Intento pararme de donde estoy pero al intentar hacerlo gimo de dolor, vuelvo acostarme.

Comienzo a ver dónde estoy y veo que es la habitación, pero que rayos me paso, me pongo poco a poco de lado viendo hacia el ventanal donde el sol ya está oculto, la luz de la luna es la que entra.

Como puedo me siento en la cama, pero porque siento tanto dolor en mi cuerpo. Quito la colcha que me cubre y ahogo un grito de horror, por Dios tengo todo mi cuerpo lleno de hematomas rojizos que ya se están volviendo de un color violeta.

Los recuerdos me caen de golpe de lo que me pasó, André es el culpable que tenga mi cuerpo así. Mierda !
Doy un brinco del susto cuando veo a este sentado en un sillón que adorna la habitación, tiene un baso de whisky en su mano derecha y me ve fijamente.

Vuelvo a cubrir mi cuerpo por instinto, y las lágrimas salen por si solas. Lloró silenciosamente, ahogo mis sollozos con una mano, intentando que este no me escuche pero creo que ya lo hizo.
Se para del sillón y cambian hacia mi, deja su bebida en la mesita de noche que está a la par mía, me quedo quieta en mi lugar.

Este pone una mano en mi mejilla, asiendo presión en este para que lo voltee a ver, toma mi barbilla para que lo vea directamente a los ojos e intenta retirar las lágrimas que resbalan por mi mejilla.

- Deja de llorar. Habla con su voz autoritaria.

- Arreglate como puedas saldremos a cenar. Me dice soltando mi cara, camina hacia la ventana dándome la espalda.

- Está bien. Logro decir en un susurro.

Como puedo me paro de la cama y me cubro con mi bata negra, camino poco a poco hacia el baño ahogando los gemidos de dolor. Llego al baño e intento cerrar la puerta pero la voz de André me detiene.

- Deja la puerta abierta. Habla sin siquiera voltear a verme. 

Cierro los ojos con fuerza, aguantando las maldiciones que quiero decirle, pero me las aguardo no quiero salir más lastimada. Veo mi reflejo en el espejo, tengo morados en una esquina de mi boca y el lado izquierdo de mi mejilla está rojiza, las lágrimas vuelven a salir de la impotencia, del coraje. Ahora no imagino como puede estar mi cuerpo también.

Me armo de valor y me paró frente al espejo de cuerpo completo que hay a un lado del lavamanos, desató el nudo de este y dejo caer la tela, ahogo con mi mano el grito que suelto, mis piernas, abdomen, brazos y una parte de mi cuello estar marcados por el cinturón que uso André para golpearme.

Me quedo quieta en mi lugar viéndome por el espejo.

- Apúrate a ducharte no tengo todo tu tiempo. Habla André.

Lo veo parado en el marco de la puerta viéndome, asiento con mi cabeza, camino hacia la ducha quitando mi sujetador y lo dejo en el cesto de ropa sucia al igual que mis bragas. Entro a la regadera cerrando la puerta que gracias a Dios esta es de un vidrio donde no se ve nada.

Lloró cuando estoy adentro de esta, soy una estúpida al pensar que me iba a ir bien con André, al pensar que tendría una vida normal y feliz a su lado, pensar que yo lo iba a poder cambiar, pero vaya mierda! Eso solo iba a suceder en mi imaginación.

Ahora se porque todos lo abandonan y yo no seré la exención.

Termino de ducharme y salgo de esta para envolverme en la bata de baño. Camino como puedo hacia el vestidor, André sigue sentando en el sillón viéndome salir del baño. Entro en el vestidor buscando algo para cubrir los golpes de mi cuerpo.

Encuentro un vestido corto de color negro, las mangas me llegan hasta los codos, pero me queda como 5 dedos arriba de las rodillas así que me pongo unas medias gruesas negras muy calientitas, y las convino con unas zapatillas color crema con un moño de adorno.

Salgo ya vestida, André no me ha quitado la mirada desde que entre al vestidor, voy a mi tocador colocándome desodorante y fragancia. Aplicó crema en mis brazos descubiertos y cara poco a poco tratando de no lastimarme.

Peino mis rizos y ya estoy lista, me veo al espejo y una media sonrisa se me forma, me veo como la niña de 17 años que soy, veo André levantarse y entrar al vestidor y sale con unos abrigos y bufandas en sus manos.

- Vamos. Habla agarrándome del brazo y sacándome de la habitación.

Quiero decirle que vaya despacio, que me duele todo el maldito cuerpo, pero prefiero quedarme callada. Pego un gritito cuando en las escaleras me carga como recién casados me aferró a su cuello para no caerme. Me carga así hasta la salida donde me baja con cuidado para ponerme mi abrigo negro largo y una bufanda igual.

El también se pone su abrigo y bufanda.

Las camionetas ya están listas, André me guía a una ayudándome a subir a esta, cuando lo hago el también lo hace indicándole al chófer que nos vayamos.

Suelto un suspiro cuando esté agarra mi mano y entrelazada nuestros dedos, dando un beso en mi mano.
Como puede actuar así, como si hace algunas horas atrás no hubiera pasado nada. Contengo las lágrimas ya no quiero llorar pero las imágenes de cómo me golpeaba y yo le suplicaba que parar vienen a mi mente a agobiarme.

Esta será una noche larga.

Enamorada de Un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora