Capítulo 23.

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Neferet decidió que tenía que estar con el hasta que el hechizo se rompiera, ahora dormimos juntos y pasó junto a él todo el día. No me molesta pero su mirada aveces me pone un poco nerviosa.

—respira Anne, no te voy a morder... Aún —dice con su voz seductora y una sonrisa.

Lo observó con la boca abierta y yo niego mirando a otro lado, ¿como es que me pone tan nerviosa aun? Su mirada es penetrante, como si leyera mis pensamientos.

—oye Neferet —murmuró en voz baja.
—¿si? —pregunta dejando los papeles que tenia en sus manos.
—¿cuáles son tus poderes? —preguntó curiosa.

Neferet parece sorprendido por mi pregunta repentina y se acomoda en su silla mientras acaricia su barbilla.

—bueno Anne, tengo el poder sobre cualquier vampiro, excepto en los vampiros fundadores como mi padre y la demás familias fundadoras, telequinesis... Y los demás los veras más adelante —me sonríe con ternura y no puedo evitar sonreír también.
—¿porque cuando me das una orden no puedo negarme? —era algo bastante molesto.
—tenemos un vínculo, además también puedo hacerlo en cualquier humano —se encoge de hombros.
—ya veo —Neferet tiene muchos talentos al parecer.

El día transcurre lento en reuniones aburridas que tiene Neferet, Esmeralda aún trabaja muy duro para romper el hechizo pero aún no sabe como. Camino detrás de Neferet cuando siento como mi corazón se estruja en mi pecho, caigo al piso en un segundo al sentir que me falta el aire, siento mi corazón estrujarse en mil pedazos.

—¡¿Anne?! —Neferet corre a mi lado y me sujeta en sus brazos.

Es doloroso, trato de no gritar pero es muy difícil, no quiero preocupar a Neferet.

—¡Anne! ¿Que sientes? —pregunta Neferet desesperado.
—mi pecho... Siento, como si.... Mi corazón —aprieto mis manos y muerdo mi lengua al sentir otra punzada en mi corazón, mi vista se vuelve cada ves más borrosa.
—¡Esmeralda! —grita Neferet, niega con la cabeza mientras me observa aterrado.
—tranquila, estarás bien... Yo lo arreglaré, ¡Mierda Esmeralda! —me levanta del suelo y en un segundo estamos frente a su habitación.

Esmeralda llega a mi lado y lleva sus manos a la boca horrorizada de verme.

—¡tienes que romper el hechizo ahora! —demanda Neferet.
—pero... —parece nerviosa.
—no tenemos tiempo Esmeralda —le susurra algo en su oído y eso parece alarmarla aun más.

¿Estoy muriendo? ¿Es eso? Esmeralda asiente y sale de su habitación a toda prisa.

—Anne estarás bien, por favor resiste un poco —Neferet toma mis manos y acaricia mi rostro.

Una nueva punzada atraviesa mi pecho y grito con todas mis fuerzas al sentir arder mi corazón, ¿que me estaba haciendo? ¿Estaba quemando mi corazón? Neferet abre los ojos como platos y veo una lagrima resbalar por su mejilla.

Es la primera ves que lo veo llorar, su rostro denota demasiada tristeza, angustia y desesperación, jamás había imaginado ver a Neferet así, no era algo agradable de ver, quería decirle que no llorara, quería limpiar sus lágrimas con mis manos pero mi cuerpo no respondía y mis labios no podían moverse, sus labios temblaban y sus ojos no paraban de derramar lágrimas mientras decía cosas que no podía escuchar, mis párpados comenzaban a cerrarse, sentía pequeñas punzadas en mi corazón. ¿Y si este era la última ves que veía a Neferet?

Neferet. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora