Neferet.

Capítulo 44.

Advertencia: las escenas de pelea o combate se me dificultan mucho, así que pido disculpas. Perdón por tardar tanto en actualizar.

Los seguidores del señor Sanna y Bichir, atacaron con rapidez, sus movimientos eran rápidos y certeros como si fueran entrenados por los mejores hombres, pero los hombres lobo no se quedaban atrás, sabían responder a los golpes y muchos vampiros no podían con los ataques, supliqué porque nadie muriera pero sabía que era algo inevitable, Neferet se encontraba atacando al señor Sanna.

—veamos lo que tienes —el vampiro me ataco pero esquive su golpe bajo, estampe mi mano en su pecho pero el no pareció afectado, tomó mi brazo y me lanzó al suelo, me levante en un segundo y le di una patada a un costado, logre que se tambaleara así que tome la oportunidad de tomar ventaja, con mis manos tomé su cuello y lo quebré con rapidez, cayó al suelo inmediatamente.

Miré a mi al rededor, Varick peleaba contra el señor Bichir, Neferet estaba clavando una estaca en el pecho del señor Sanna, sus ojos parecían perdidos en si mismo como si no fuera el.

—Neferet —lo mire con preocupación, no quería que se sintiera culpable de las muertes que ocurrieran el día de hoy.
—estoy bien Anne —contestó recobrando su brillo en los ojos.

Asentí y seguimos peleando con los demás vampiros, cada ves quedaban menos pero también habían varios hombres lobo heridos que ya no podían pelear.

—ten cuidado Anne —Nefetet con movimientos rápidos acababa con los vampiros más jóvenes, parecían más inexpertos que los demás y Nefetet aprovechaba esa oportunidad, un vampiro me atacó por la espalda pero reaccione con rapidez, me golpeó en la cabeza haciéndome caer al suelo, tarde varios segundos en levantarme pero no podía perder, tomé su brazo y lo doble llevándolo a su espalda, hice que se arrodillara y lo sujete con fuerza para que no escapara, tome una estaca que estaba a mi lado y la clave en su pecho dejando caer su cuerpo.

Me gire y observe a Varick clavo sus colmillos en el cuello del señor Bichir, resultó intimidante, pues con un rápido movimiento separo la cabeza de su cuerpo, se dejó caer a un lado para descansar, se veía agotado.

Observe al rededor, los pocos vampiros aliados con el señor Sanna y Bichir se habían marchado, habían muchos hombres lobo heridos y vampiros también, pero al parecer nadie había muerto, me alegraba profundamente saber que todos estaban bien.

—lo hiciste muy bien Anne, estoy orgulloso —Neferet me atrajo a su cuerpo y yo lo abrace con fuerza, no podía creerlo.
—¿enserió se acabó? —pregunte incrédula.
—aún falta muchas cosas por arreglar pero lo principal ya terminó Anne —Neferet acaricio mi cabello y yo sonreí con alivio.

Ese día empezó nuestra época de paz y tranquilidad entre las razas, Varick finalmente hizo las pases con Neferet y resultaron ser buenos amigos, cada uno era el representante de su raza así que todo marcharía bien.

Ese día nos marchamos de nuevo al castillo, Esmeralda nos recibió con alegría al ver que nos encontrábamos bien.

Hubo una celebración donde todos los vampiros y hombres lobo dejaron a un lado sus diferentes y prometieron ya no tener peleas sin sentido, éramos diferentes pero teníamos que apoyarnos y todos parecían de acuerdo con ello.

—lo hicieron bien —Varick apareció frente a nosotros con una hermosa mujer, era esbelta con un peculiar tono bronceado digno de las mujeres lobo, sus ojos eran color marrón y su cabello rubio como el.
—ella es Keyla, mi luna —Varick sonreía con entusiasmo al pronunciar aquellas palabras.

Conversamos un poco, sobre cómo llevaríamos ahora los gobiernos entre las razas pero todo apuntaba a que tendríamos muchos años de tranquilidad y paz. Varick parecía otra persona, irradiaba felicidad y amor, me alegraba profundamente verlo de aquella manera, sabía que en el pasado había sufrido mucho pero ahora podía empezar de nuevo y formar nuevamente un hogar, uno en el que ya no existiría las guerras sin sentido, ya no tendría que mantenerse alerta y atacar.

Neferet dejó de sentirse culpable por lo que había pasado, era un alivio no tener esa culpa en su pecho.

—ahora tenemos todo el tiempo del mundo para nosotros —susurro Neferet en mi oído.
—eso me encantaría —sonreí con malicia.
—te enseñaré el mundo —apretó mi mano y me dedico una sonrisa llena de promesas por cumplir.

Ahora nos esperaba una vida mejor y estaba ansiosa de empezarla junto a Neferet.

Estaríamos juntos por siempre, estaba segura de ello.

Fin.