Capítulo 37. 🔞

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Sentía un dolor ensordecedor pero al mismo tiempo me encontraba tan cansada... Que no podía abrir los ojos, sentía mi cuerpo arder en llamas, un líquido caliente esparciendose por todo mi cuerpo, después todo fue oscuridad.

Me levante con torpeza y miré al rededor, no estaba en el castillo pero Neferet estaba junto a mi, sonrió aliviado al verme despierta pero también se miraba preocupado.

Sentía mi garganta seca, llevé mis manos a mi garganta y entonces comprendí, me había convertido en vampiro.

—Anne, lo lamento pero no había forma de salvarte, la herida era demasiado grave como para curarte —Neferet tomó mi mano.

Ya no sentía su tacto frío, ahora sentía que su tacto era cálido y suave. Observe mi cuerpo y estaba pálido, pero completamente sano, ya no estaba la herida en mi pecho.

—Neferet, tengo miedo —confesé.

Ahora mi alimento seria la sangre, tendría que aprender a controlar la sed, mi fuerza, mis instintos.

—estaré contigo siempre Anne, siempre —me estrecho en su pecho y acaricio mi cabello con delicadeza.

Levantó mi rostro y unió sus labios con los míos, su lengua siempre tan experta jugaba con mi boca y sus labios se movían con rapidez sobre los míos.

Me llevó a la cama y deposito besos en todo mi cuerpo, sentía sus húmedos labios sobre mi, con su mano levantó mi blusa y acaricio mis pechos con mucha lentitud como si quisiera provocarme aún más, pellizco mis pezones y solté un pequeño jadeo en respuesta, sentía mi cuerpo arder en deseo lo necesitaba.

—por favor Neferet —gimotee.

Bajo a mi cuello y siguió con mis pechos, los mordió con cierta brusquedad y después los succiono. Bajo su mano a mi entre pierna y quito mi ropa, acaricio mi clitoris y sentí un cosquilleo viajar por todo mi vientre.

Tomé su rostro y lo bese con brusquedad y deseo, lo anhelaba, necesitaba esto, quite la ropa de Neferet dejándolo desnudo.

Tome su pene con mis manos y lo acaricie con lentitud para después aumentar el ritmo, me acerque más a él y pasé mi lengua sobre su miembro cálido, Neferet soltó un gruñido de satisfacción así que seguí con el juego.

Acaricie más su glande y lo lleve a mi boca disfrutando de aquel momento, mi lengua jugaba con su pene y trazaba círculos con mi lengua rodeando su pene.

—por Dios Anne —Neferet me levanto con brusquedad y me penetro sin cuidado, gemi sin poder evitarlo.

Lo sentía caliente y duro, el placer era increíble, mis caderas se movian por si solas junto con el, estaba por llegar al límite.

—Neferet —gemi al sentir que aumentaba el ritmo.

Terminamos juntos y nos dejamos caer sobre la cama.

Ya no sentía cansancio, era algo muy extraño ya no sentir algunas cosas. Pero la sed seguía presente.

—¿tienes sed? —preguntó Neferet.
—si —confesé.

Neferet tendió su muñeca frente a mi y provocó una herida en su muñeca, la sangre comenzó a brotar y no podía resistirme, el aroma era irresistible.

—tranquila, bebe —ordenó.

Tome su muñeca con mis manos y bebí su sangre con desesperación, era como beber tu jugo favorito, tenía un sabor dulce que me resultó extraño pues la sangre por lo general sabe salada junto con un sabor metálico.

—gracias —había saciado mi sed, estaba satisfecha.
—¿donde estamos? —pregunte al ver la habitación.
—estamos en una aldea de hombres lobo, Varick nos trajo aquí —contesto Neferet sin mirarme.

Abrí mi boca sorprendida y frunci el ceño, me sorprendía que Varick ayudara a Neferet.

—solo estaremos aquí mientras arreglo la situación, Esmeralda estará contigo siempre y dejaré guardias contigo —se miraba muy preocupado, odiaba ver a Neferet de esa forma.
—todo estará bien, puedo cuidarme sola —sonreí tratando de aliviar su preocupación.

Neferet acaricio mis labios y después mi cabello susurrando en mi oído te amo.

Neferet. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora