Capítulo Especial.

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Punto de vista de Neferet.

—tenemos que visitar a la familia Brown, ¿lo olvidaste? —Azael me observa con reproche.
—tengo asuntos importantes que atender —respondí secamente sin mirarlo.

Leía los contratos que tenía en mano, asegurándome que todo estuviera en orden, escuche a Azael refunfuñar y yo estaba comenzando a cabrearme, Julie Brown tuvo una hija, la familia Brown tiene buen estatus con nosotros pues siempre han sido unos sirvientes impecables, pero me tenía sin cuidado el nacimiento de su bebé, no era nada importante que tomara mi atención.

—Neferet toda la familia real asistirá, hazme el favor de no hacerlo difícil —Azael estaba molesto.

Sonreí con sarcasmo y levante la mirada.

—pues que nadie la visite y ya está, un bebé me tiene sin cuidado —volví a ver los contratos y Azael salió de mi oficina en un segundo.

Finalmente se fue, sentí alivio Azael podía ser muy insistente y molesto, nadie se atreve a molestarme tanto como Azael. Gire la silla y pude ver el sol tocar mi piel, molestaba su calor pero no podía matarnos, solo los vampiros más puros podían exponerse al sol, los vampiros de bajo nivel tenían que usar bloqueador solar especial si no querían convertirse en polvo.

Un sentimiento ya conocido se apoderó de mi al ver a las personas caminando frente a mi castillo, soy frío, calculador, exigente y desalmado, tengo 750 años uno de los fundadores de nuestra raza, no puedo permitirme tener afectos emocionales los vampiros no tenemos afectos o cariños infantiles. Pero muchas veces necesito una compañía algo que nadie a podido llenar a pesar de buscarlo.

—bien Neferet todos están aquí te están esperando, sal de una ves —Azael apareció nuevamente.

En una fracción de segundo aparecí frente a el mostrándole levemente mis colmillos, mis ojos cambiaron se tornaron más oscuros pero el trataba de mantener la compostura.

—es la última ves que asisto a reuniones estúpidas —grite con enojo.
Camine rápido donde los demás y todos llegamos en cuestión de minutos.

Abrieron la puerta y así estaba Julie Brown, con su bebé, di un paso y un aroma singular inundó mis fosas nasales, mi cuerpo se acercó por instinto al lugar de donde provenía ese adictivo aroma, al ver a la bebé fue como tener una revelación, sus ojos me observaron y sonrió, por primera ves un sentimiento cálido se extendió por mi cuerpo haciendome sonreír levemente, ella sería mía.

—ella es mía —demande con voz autoritaria.
—señor Vintag —la señora Brown me observaba sorprendida.
—Neferet que as dicho —El señor Sanna parecía sorprendido.
—lo que escucharon ella es mía —repetí con seriedad.

Nadie podría negarse por mi petición, todos sabían que si lo hacían lo pagarían muy caro.

—señor Vintag por favor, déjeme tenerla un poco más, es una bebé —suplico su madre, podía ver el dolor en sus ojos, convertí mis manos en puño, deseaba cuidarla y tenerla en mis brazos pero aún era una bebé.
—esta bien, al cumplir los 16 años será mía, y vivirá conmigo —ordene y salí de aquel lugar.

Ordene a mis guardias cuidar en todo momento de la bebé y yo me aseguraría de cuidarla todos los días por siempre.

Capitulo corto, ya que solo es para que echen un vistazo a Neferet.

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