Momentos KakaGai / GaiKaka

Algunas veces

La primera vez son demasiado jóvenes para que pudiera decir algo. Es una tonta carrera, Gai es insistente como siempre. Imprudente y ruidoso más de lo que debería considerarse natural.

Es algo que ocurre como cualquier otra de las cosas que pasan por su vida como finos hilos entre la levedad de su rivalidad.

Esta vez, sin embargo, Gai supera su propio grado de ímpetu y termina cayendo desde la punta del árbol hasta el suelo en un descuido.

Había quedado tirado e inconsciente contra las piedras. Demasiado débil como era, Kakashi había dudado de su bienestar y en un grito había llamado su nombre desde la punta.

Corriendo a través del bosque Kakashi carga a Gai en su espalda de regreso a la aldea por un camino cubierto de piedras y maleza.

A la mitad del camino Gai despierta y entre berrinches pide a Kakashi que lo baje, al mismo tiempo llora sobre su espalda y lo abraza.

Él no lo hace, en pocos minutos llegan a la aldea, a la puerta del hospital.

Sobre la marca de las uñas de Gai sobre sus brazos, Kakashi todavía puede escuchar el ruido de su llanto y la ligereza de su cuerpo entre el espacio de sus manos.

*

La segunda vez que ocurre ambos están cerca de los veintidós. Es idea de Gai, como otras veces. Una competencia de alcohol, suelta sobre su oído y lo arrastra al bar antes de que Kakashi pudiera soltar algo molesto sobre lo tonto que es.

Acepta porque la curiosidad lo tienta, porque conoce demasiado sobre Gai para poder saber que definitivamente perderá.

Gai termina en el suelo, está demasiado ebrio para poder hacer algo más allá de su esfuerzo increíble por respirar. Kakashi puede ver sobre él la escena, las risas de otros, los ojos de Gai dispersos abriéndose para mirarlo y decirle algo antes de jadear y volver a azotar su propio cuerpo.

Kakashi no hace otra cosa más que suspirar y resignarse. Parece molesto, pero secretamente sonríe cuando el silencio los inunda y todo lo que queda por hacer ahora es tener que llevarse a Gai de ese lugar.

Kakashi lo levanta, lo carga en su espalda con algo de delicadeza y luego emprende el camino a su departamento sobre la calle sin estrellas. El conocimiento de que Gai confía en él lo hace sentir cálido. Le gusta eso.

Años más tarde, Kakashi todavía puede recordar el aliento de Gai sobre su oído y el peso del cuerpo de Gai sobre su hombro cuando se quedó dormido.

*

La tercera vez que sucede son demasiado viejos. Gai no ha cambiado nada, su imprudencia lo guía a donde va y Kakashi simplemente ha dejado de contar las veces que Gai lo arrastra a nuevos desafíos sin decir siquiera de qué se trataban.

Es sobre sí mismo en esta ocasión. Kakashi está ahí porque de alguna manera ahora siempre está ahí. Con los ojos fijos en su silueta, Kakashi nota el gesto, incluso cuando es solo un parpadeo y Gai lo oculta rápidamente detrás de una sonrisa rápida, aunque demasiado falsa.

Me duele. Es todo lo que Gai silba antes de que Kakashi pueda rodar los ojos y suspirar.

La idea de esta vez fue una caminata de recuperación por el bosque. Una estupidez cuando se dan la vuelta y no saben dónde están, cuando Gai ha abandonado su silla de ruedas a mitad de la aldea para entrar en un desafío absurdo y arriesgado sobre sí mismo.

Kakashi no lo piensa ni siquiera. De rodillas sobre el suelo le indica que suba a su espalda y Gai se cuelga de su cuello antes de comenzar a avanzar lentamente de regreso a su hogar.

Esta vez Kakashi ríe cuando lo hace. Sus dedos entrelazándose al frente, la respiración de Gai contrayéndose contra su mejilla y la seda de su cuerpo cuando se inclinó hacia a un lado hacen calentar su cuerpo.

El corazón de Kakashi late con fuerza y bajo la piel de sus dedos percibe las piernas de Gai tensándose a su alrededor.

Segundos después, Kakashi se obliga a sí mismo a no pensar en el ritmo de su respiración, en la forma de sus manos, en el sonido de sus suaves gemidos cada vez que Kakashi aprieta demasiado fuerte, aunque solo por unos momentos antes de entrar en armonía una vez más.