Juntos

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Kakashi suspira para tratar de calmarse un poco. Apenas funciona, su corazón late demasiado rápido y el ruido comienza a volverse molesto contra sus oídos.

Su mano juega con la manija unos momentos. La mueve un poco a la derecha, luego, de regreso a la izquierda con la misma velocidad y la misma fuerza.

El papel entre su mano suelta se arruga y algunas letras se han batido un poco a causa del sudor. Genial. Piensa y rueda los ojos, sus dedos se aprietan contra la manija nuevamente antes de volver a parar.

¿Qué tal difícil puede ser? se había repetido constantemente. Solo es una estúpida pregunta. Se dice a sí mismo, por supuesto, sabe que la pregunta es mucho, mucho, más que eso en realidad.

Lleva pensándolo demasiado tiempo, más de lo que debió haberlo pensando ciertamente, pero cuando Kakashi estaba a punto de hacer la propuesta las palabras se le atoraban en la garganta y una sensación dolorosa se extendía sobre su abdomen hasta hacerlo parar.

Hubiera sido difícil decirlo la primera vez de todos modos, el término de la guerra estaba encima y había sido nombrado Hokage recientemente. Cualquier cosa sonaba complicada y las personas estaban adaptándose al mundo nuevo, lleno de ausencias tanto como rebosante de paz.

Pero ahora no había pretextos, no había más trabas, no había obstáculos y Kakashi debía poner todas las demás cosas abajo, tenía que darle el lugar que quería darle a Gai.

La idea fue espontánea. Fue un golpe de orgullo o una tontería que disfrazó como gratitud absurda antes de que las palabras se salieran como una alarmante confesión de su propia boca.

Kakashi se siente molesto unos momentos, molesto por todas las consideraciones que tiene Gai para con él y lo hacen preguntarse porque razón de todas Gai se lanzaría una y otra vez delante de él que no fuera más allá de la idea simple de que se trata de Gai. Kakashi cree que hay algo más. Quiere creer que hay algo más.

Entonces tomó la decisión como si fuera nada. En la vida las decisiones difíciles debían tomarse a la ligera, a la primera, no podía detenerse a considerar cualquier cosa al respecto porque sin duda sabía que terminaría por acobardarse y se lanzaría un paso atrás.

Pero Kakashi es una persona diferente ahora, o al menos eso se dice a sí mismo mientras se contempla al espejo todas las mañanas y mirándose fijamente lo afirma.

Ya no era momento de escapar.

Fue entonces que lo tomó como un hecho que debería de realizarse a la proximidad.

Quiero vivir con Gai.

Es una idea simple a primera instancia, cuando la mira por encima trae los beneficios egoístas que lo harían encogerse de hombros y seguir su camino como si no significara nada más allá.

Por supuesto, las pequeñas cosas como la vivienda y el aseo son cosas que Kakashi nunca dirá en voz alta y sus comodidades en compañía se apagan cuando la razón verdadera la hace sentir un cosquilleo cálido sobre sus mejillas.

Quiero vivir con Gai.

Las palabras son un pequeño nudo que se atora en algún lado de su cuerpo. Detrás de su máscara, la quijada de Kakashi se contrae y sus manos tiemblan a sus costados.

Ante su mente las cosas se repiten como una tortuosa recapitulación.

La forma en la que Kakashi buscaba exhaustivamente a Gai todos los días, la manera en la que se miran, la forma en la que se hablan, en la que de alguna manera se complementaban.

No es como si fuera...piensa solo para interrumpirse él mismo. Por alguna razón sintió su rostro ponerse rojo ante su afirmación.

En realidad, lo era. El papel arrugado en su mano izquierda lo confirmaba y se dio un momento para volverlo a mirar.

Momentos KakaGai / GaiKakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora