Momentos KakaGai / GaiKaka

Desastre

(Advertencia de contenido Mpreg)

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Kakashi acaricia lentamente su vientre y gime contra la tela de su máscara. Se ve abultado y extraño, gordo, como una repentina y desagradable erupción que lastima su vista y lo hace desear apartar la mirada con urgencia hacia otro lugar.

Aun así, Kakashi siente un escalofrío lleno de emoción cuando el pequeño bebé realmente se mueve adentro de él y patea sus tripas.

Gai está todavía en el pasillo, parado de manos y cargando una charola con dos tazas de té haciendo equilibrio en sus pies.

Él había negado cuando Tsunade le dio la mala noticia en el hospital. Era mala idea, muy mala idea, y luego había pensado en sus alumnos y la manera en la que había fracasado como profesor a pesar de que realmente lo intentó.

Sus ojos giraron a Tsunade, casi rogó que lo comprendiera pero ella solo se encogió de hombros y le dijo que era su decisión.

Y la elección parecía casi demasiado lógica. Era un ninja de élite con demasiadas misiones y demasiados traumas como para intentar iniciar una familia de la noche a la mañana simplemente porque había estado demasiado aburrido una noche aleatoria en la semana y se había dejado arrastrar por las manos ansiosas de Gai.

No había tenido suerte cuando se lo dijo a él. Gai frunció las cejas cuando Kakashi insinuó abortar y luego él simplemente se rió y palmeó su espalda mientras comenzaba a enlistar posibles nombres para su bebé.

Bebé. Kakashi casi vomitó ante eso. Y en realidad lo hizo.

Se arqueó en la entrada de la casa de Gai y su vomito le bañó por completo los pies. Al menos tuvo eso como venganza.

No quiso que nada cambiara al respecto, tomaría los meses que necesitaba esa gestación y luego simplemente abandonaría a ese niño en la casa de Gai junto a una nota de disculpa... tal vez.

Pero nuevamente Gai no pensaba lo mismo, o no pensaba, en realidad. Se apareció en la casa de Kakashi con los brazos abiertos y una propuesta para comenzar los tres juntos desde cero.

El vómito había fallado en esa ocasión, pero Kakashi se aseguró de girar los ojos ante aquella línea boba y desagradablemente molesta.

Todavía se maldecía por ese momento, había sido un rato divertido entre risas y alcohol, pero ahora se estaba ahogado en las consecuencias que no habían valido la pena por unos instantes demasiado borrosos de placer.

Quizá había sonado divertido esa noche, había sido agradable la forma en la que Gai lo había acariciado y Kakashi simplemente se deslizó debajo de él y pensó "¿por qué no?".

Ahora Kakashi está encerrado en esa desagradable situación que no quería y que tampoco pidió.

Y tal vez no habría terminado desnudo a mitad del piso de su departamento si hubiera sabido que las cosas saldrían de esta manera. Y de ese modo ahora no tendría que lidiar con un bebé no deseado ni tampoco con el hecho de que Gai sigue parado de manos en el pasillo haciendo malabares con su taza de té como un imbécil adolecente y no como un hombre adulto que está a punto de ser padre.

Kakashi se traga las lágrimas cuando Gai termina por chocar contra la pared y tira las cosas.

"No te parezcas a él" ruega silenciosamente a su hijo y acaricia su vientre, pero cuando el pequeño vuelve a patearlo desde adentro, Kakashi casi puede adivinar que pronto estará lidiando con otro espécimen hiperactivo más.