3:00 A.M

27

Sentado sobre la playa, jugueteando con la arena, creaba castillos que las olas al llegar a la orilla se desvanecían.

Reposaba su cansancio, observaba a lo lejos, soñaba con futuros lejanos.

Tomaba sobre sus manos puñados de arena que dejaba caer entre sus piernas. La gente pasaba y observaba su soledad, algunos hacían comentarios del porqué no creaba los castillos donde el mar no los destruyera.

La tarde caía, el sol se opacaba, las nubes se tornaban rosadas y la gente se marchaba del lugar. Un niño se acercó y le preguntó ¿a quién esperas? el hombre sólo señaló a lo lejos ; el niño levantó la mirada y observó y exclamó "pero no veo nada"

el hombre sólo levanto su dedo una vez más y señaló al mismo lugar, el niño vio convicción sobre la mirada del hombre, se sentó a su lado y miraba el sol caer y como parecía que el mar se lo tragaba poco a poco.

Pasaron unos minutos y no pasaba nada, el niño hizo un gesto y se iba a levantar de la playa, El hombre lo tomó del brazo Y nuevamente señaló. El niño por última vez miró, sólo quedaba un pedacito de Sol por ocultarse, un instante después venía una gran ola, el niño se asustó, pero el hombre seguía tranquilo, la gran ola al llegar a la orilla se desvanecía poco a poco. una sirena venía envuelta en ella, al acercarse más, su aleta se convertía en dos piernas y en un hermoso vestido verde turquesa. El niño quedó estupefacto.

El hombre se levantó de la tierra y le dio un beso a la hermosa mujer y se marcharon de la playa.

No importa si la gente pasa a tu lado y crítica lo que haces, No importa si piensa que lo que esperas no vale la pena o que sólo estás perdiendo el tiempo. Habrán quienes lleguen y te acompañen un rato pero quizá también pierdan la esperanza.

Sin embargo no debes perder la calma y saber con certeza qué lo que estás esperando vale la pena, aunque los castillos de arena se vengan al suelo Debes tener la voluntad y la decisión de levantarlos nuevamente para mermar la espera. Hasta que se oculte el sol y te des cuenta que todo lo que hiciste y aguardaste de verdad valía la pena.