3. Náufragos 👽

372 71 25
                                    

Luché contra el mar
Era un sueño entre tú y yo
Pero lo dejé ir y mojó mis pies
Mientras miraba el mar
Todo brillaba en oro
Pero no creas en todo lo que te han dicho
La gente miente, ama, y se va
Pero la belleza yace en cada alma
Si tu esperas por el mañana.

A dream of you and me, Future Islands



🌌


Ese lunes por la noche, se había cortado la luz, así que impedidos para mirar una película y demasiado cansados como para tener sexo, se fueron a dormir más temprano después de una ligera cena. A KyungSoo le costó un poco más conciliar el sueño, JongIn se había dormido profundamente y roncaba de a ratos impidiéndole relajarse por completo. Además se le sumaba el recuerdo de los sueños que había tenido durante la semana anterior, así que la ansiedad se apoderaba de su mente con sólo pensar en una repetición.

Cada vez, KyungSoo iba notando un poco más nítido, el rostro del niño en la pecera. Podía verlo sonreír y modular palabras que se transformaban en burbujas. Lo veía nadar contento como un pececito en un gran estanque, desdibujándose su figura entre las ondulaciones del agua.

En cada sueño su sensación era la misma, ese niño parecía una extensión de sí mismo y quería zambullirse y sacarlo del agua, porque pese a que se veía feliz y saludable, estar tanto tiempo en el agua no era sano para ningún humano. ¿Cómo contenía la respiración durante tanto tiempo? ¿El agua estaría fría, caliente o templada?

Cada noche el sueño se volvía más molesto, quería que el niño saliese de allí de una buena vez y oír su voz alzarse en los aires, quería saber cuál era su mensaje. Pero nunca lo hacía. El niño sólo le señalaba con la mano indicándole que entrase junto a él. KyungSoo tenía miedo y cada vez que se acercaba a la gran pecera, sólo llegaba a reposar su mano en el cristal y observar con angustia al niño.

Quería ayudarle, pero no se animaba a correr el riesgo de naufragar junto a él.

Esa misma noche, KyungSoo despertó con un ligero gimoteo desconsolado. Apenas había logrado dormirse, habían pasado dos horas y la luz aún no volvía, lo notaban porque seguían sin wi-fi y la habitación estaba opaca, los faroles de la calle no alumbraban la ventana. JongIn a su lado lo observó atónito, dedicándose simplemente a reposar su mano en la mejilla y mirarle aún somnoliento.

—Shh, ya está... Fue un sueño —susurró—. ¿Quieres contármelo?

—No... Es... Es estúpido —dijo tras un profundo respiro.

—Bueno, aún así... —hizo un esfuerzo en abrir los ojos para ponerle atención, y sonrió con calma—. Dicen que cuando lo cuentas, ya no se hace realidad. Como los deseos de cumpleaños, quizá si lo pones en palabras luego ya no lo sueñes.

Con la vista en alto, KyungSoo lo meditó unos segundos, luego se sintió un poco más relajado ante el ánimo que JongIn le daba. Aún si era una excusa infantil, eso lo incitaba a proseguir.

—Sueño con un niño, comenzó a aparecer la semana pasada, no sé quién es, pero hoy... Hoy no estaba feliz, estaba encerrado en una pecera, siempre quiere que entre con él y sonríe, como si quisiese decirme algo, pero ahora estaba enojado... —frunció un poco el ceño al intentar recordar—. Golpeó el vidrio, se quebró y comenzó a perder agua, y el niño empezó a llorar...

—Quizá sólo estás estresado... —frotó su pulgar en el cachete—. ¿Hay alguien en el supermercado que te moleste?

—Ay JongIn, lo dices como si no supieses de lo que hablas —resopló en queja—. Por supuesto que me molestan, ¡los clientes son insoportables!

Almien II. Raíces del Espacio 🌌 (KaiSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora