O7. Welcome to the loser's club

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capítulo siete:
Bienvenido al club de los perdedores.

DOLORES HABÍA DORMIDO MAL TODA LA noche, logró dormirse a las dos y despertó una hora después, además estuvo así toda la noche, tenía miedo, se sentía observada

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DOLORES HABÍA DORMIDO MAL TODA LA noche, logró dormirse a las dos y despertó una hora después, además estuvo así toda la noche, tenía miedo, se sentía observada.

Así que cuando un número desconocido la llamó al teléfono que tenía en su habitación, ella ya estaba despierta y tapada con las sábanas hasta el cuello.

Dolores estiró su mano y tomó el teléfono con cuidado.

— ¿Hola? — Susurró Dolly.

— ¿Hola, Dolly?, soy Beverly.

Wilde fruncio el ceño.

— ¿Cómo conseguiste mi número?.

— Eso no importa, necesito que vengas a mi casa, pasó algo.

— ¿Estás bien, Beverly? — Preguntó ella con preocupación, no quería que le pasara algo grave a su nueva amiga.

— Sólo ven.

— Está bien, dime la dirección.

Dolores tomó un bolígrafo y anotó la dirección que Beverly le dio en una servilleta que estaba sobre la mesita de luz, luego se despidió de la pelirroja y se levantó para cambiarse.

Era una suerte que Eric estuviera ocupado fuera de la casa.

Se puso un simple vestido blanco y sus sandalias negras, se peino, hizo dos trenzas en su cabello y bajó a la planta baja para irse.

Cuando estaba a punto de salir, escuchó un ruido en la cocina y decidió acercarse, pero antes decidió tomar un jarrón que había cerca por si había alguien. Se dirigió a paso lento, teniendo cuidado de no tirar nada o hacer ruido.

Ese " no hacer ruido " se fue a la mierda cuando el jarrón cayó al piso al ver quien estaba en la cocina.

Era su madre, su madre muerta.

— ¿M-mamá?.

La mujer pelirroja se dio vuelta y sonrió de forma diabólica.

— Te he estado esperando hace tiempo, Lo — Ella se acercó—. Tu padre y yo te extrañamos, ¿no te gustaría venir con nosotros?.

— Tú... tú estás muerta.

— Puedo dejar de estarlo si tomas mi mano — Estiró su mano derecha—. Toma mi mano, Dolly, flota con nosotros.

Dolly abrió la boca para decir algo, pero en lugar de eso, dio un grito cuando vio que comenzaba a caer sangre de los ojos de su madre. Se dio vuelta para salir corriendo y antes de abrir la puerta giró su cabeza y pudo ver a un payaso extremadamente alto y con unos globos rojos en su mano, mirándola desde la cocina.

— Tú también flotarás, Dolores.

Sin esperar más, ella abrió la puerta y salió corriendo para dirigirse a la casa de Beverly, en el camino intentó pensar porque podría haber pasado eso, pero no se le ocurría nada.

Lolita; IT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora