Dolores conoce al club de los perdedores una tarde luego de salir sin ser vista de su casa, lo que ella no sabe es que se vería enredada en miles de problemas, uno más loco que otro.
it, capítulo uno.
the losers club x oc.
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DOLORES HABÍA INTENTADO NO LLAMAR MUCHO la atención para que ninguno de sus vecinos le dijieran a su hermano que estaba corriendo como una loca por la calle, así que simplemente se alejó de su casa caminando tranquila y con total seguridad. Cuando finalmente llegó a la farmacia no pudo contener la sonrisa, su hermano seguramente nisiquiera se había enterado.
Abrió la puerta y entró simulando estar más seria, mientras miraba a su alrededor buscando los anteojos que ella quería.
Comenzó a caminar por distintos pasillos, y se detuvo cuando vio a una chica pelirroja mirándo la sección de tampones. Como veía que necesitaba ayuda, se acercó.
— Hola — La pelirroja volteó y le sonrió antes de articular un pequeño " hola " —. ¿Necesitas ayuda?.
— Un poco... — Admitió la chica, algo avergonzada.
Dolores estiró su mano y tomó el paquete que decía tampax.
— Toma — Se lo dio a Beverly—, yo uso esas, son buenas.
— Gracias.
— A propósito, me llamo Dolores, ¿y tú?.
— Beverly — Contestó ella —, nunca te había visto por aquí.
— Sí, digamos que no salgo mucho de casa — Admitió Lolita.
— Oh, está bien — Asintió Beverly—, nos vemos luego, Dolores.
Antes de que Beverly se fuera, Dolly se adelantó y fue hacia la parte en donde había lentes de sol y tomó unos blancos.
— ¿Te acompaño a pagar? — Le preguntó a Beverly —, yo sólo me llevaré estos.
— Está bien.
Ambas chicas comenzaron a caminar hacia donde estaba el farmacéutico para poder pagar, pero Beverly la hizo evadir algunos pasillos, hasta que llegaron a uno en el que había tres chicos hablando entre ellos, Beverly escondió sus tampones detrás de su espalda y los chicos se quedaron callados, Dolores no entendía nada.
— ¿E-e-estás bien? — Preguntó uno de los chicos.
— Estoy bien — Contestó Beverly rápidamente —. ¿Qué te ocurrió? — Preguntó, mirándo todas las cosas que llevaba en las manos el más pequeño de ellos. A Dolores también le había llamado la atención, pero no dijo nada.
— No es asunto tuyo — Contestó bruscamente un chico de rulos.
— Hay un niño al que querían matarlo — Contestó el chico que llevaba los medicamentos.
— Por estas cosas no salgo de casa... — Susurró Dolly.
— Necesita a-a-antiseptico, pero no tenemos dinero.
