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Remi había estado de mal humor toda la semana. La cocina antes era su método de escape, sus cuñadas no lo molestaban, solían ignorarlo durante todo la jornada, cuando se iba a descansar un rato no le decían nada, tomaban su lugar pacientemente.

Pero ahora todo había cambiado.

Ahora su espacio solía compartirlo con una chica de piel color canela y ojos verdes, la chica no le hablaba, de hecho desde el primer día que habían tenido un pequeño intercambio ella no había vuelto a dirigirle la palabra. Lo cual le intrigaba demasiado.

Sus hermanos solían picarlo todos los días, pero al final le daban por su lado, pero la chica lo había retado abiertamente y al final se había salido con la suya. Ella no estaba dispuesta a ceder en una pelea o a disminuirse ante su mal humor. Ahora no parecía dispuesta a iniciar una conversación para intentar tener una buena relación, simplemente pasaba de él.

Realmente todo el mundo le importaba una mierda, pero por alguna razón esa chica lo intrigaba demasiado, sentía la necesidad de que ella lo mirase otra vez, curiosa o molesta, pero deseaba que ella lo notará.

Estaba distraído pensando en eso cuando un plato resbaló de sus manos, su subconsciente se había resignado a recibir un regaño de Aimee, pero el plato floto perezosamente antes de llegar al piso, su cerebro tardo en captar lo que estaba pasando, sus neuronas comenzaron a trabajar cuando el plato comenzó a flotar hacia la chica, está lo tomo sin decir nada y lo lavo tranquilamente, cuando lo acomodo junto con los trastes limpios lo miro.

-Puedo ver el humo salir de tus orejas- Él frunció el ceño, después recordó que esa chica podía leer los pensamientos, pero no le había reclamado nada, así que claramente no sabía que estaba pensando en ella -Por más que intento no hacerlo, me es imposible, estás muy confundido por algo y me estás distrayendo- Le dijo con simpleza, tomo otra tanda de vasos y comenzó a lavarlos, apartó la vista de él para comenzar a trabajar.

Empatía.

Ella podía sentir las emociones de las personas, claramente no sabía manejarlo demasiado bien o realmente su mente estaba demasiado distraída, gruño molesto, se quitó el mandil y salió de allí, ella no le dijo o reclamo nada. Camino escaleras arriba para distraerse, iría a recostarse un rato a su recamara y dejaría de pensar en esa chica. Pero mientras avanzaba a su recamara escucho un par de voces en el cuarto de juegos.

-Eso es lo que nuestra raza hace, hija, es tu decisión con quién y como deseas hacerlo, un buen macho te tratara bien, el buscará satisfacerte, los machos suelen ser especialmente atentos con las Nearas mi pequeña, además, son de la manada de los Kattalakis, he escuchado que son justos y amables, tendrás suerte de tomar a alguno de los hombres de esa manada- Remi hizo una mueca, no deseaba escuchar que tan vigorosos eran los estúpidos lobos, estaba a punto de desaparecer cuando la chica dijo.
-Madre, pero entre ellos hay Arcadios, temo que alguno de ellos me viole, no quiero que me hagan hacerles las cosas que Sol y tú les hacían- Su madre en ese momento le tapo la boca, la chica la miro asustada.

Remi sintió el alma en los pies.

“Las cosas que Sol y tú les hacían”

Recordó la manera en que la chica peleó con Stone, ella en verdad deseaba matarlo, había peleado con toda su energía para acabar con él. Cuando se escapó ella destrozó el bote de basura con sus poderes y estaba fuera de si, lo único que la trajo de regreso por la mención de sus hermanos.

Los cachorros.

Él no pudo evitar sentir repulsión en sus intestinos, la chica debió de soportarlo por los cachorros, Stone se había aprovechado de ella, entonces rememoro las prácticas de la chica a lo largo de semana.

Solía estar cerca de sus cuñadas y hermanos emparejados, pero solía alejarse de cualquier macho soltero. Cuando sentía que alguien se acercaba con otras intenciones solía iniciar conversaciones con Natalia o Nancy, después escapaba a la cocina a seguir lavando trastes. Había rechazado la invitación de una cervezas de Cody y Hayden, claramente ellos no querían solo unas cervezas. Del único hombre soltero que no se había alejado era de él, porque él no había manifestado ningún interés en ella. Ahora que lo pensaba mejor, por eso ella se había sentado junto a él en la barra el primer día que comenzó a trabajar en el bar.

-No lo menciones, nunca más- La matriarca le hablo con seriedad -Sería humillante para Sol que esto se supiera, ella no desea que la traten diferente, además… los cachorros no deben enterarse-

-Ellos no son tontos mamá, saben que algo paso-

-Pero no saben que y es mejor así- Finalizó ella, la chica asintió -Debes de pensar lo que te dije y responderme a más tardar mañana- La chica iba a hablar, pero ella le indico con la mano que callara -Cuando entres en celo sentirás la necesidad de aparearte y no estarás tranquila hasta que lo hagas, todos los machos del lugar lo sabrán y aunque podrían controlarse, les costará trabajo, así que si no estás dispuesta tendremos que encerrarte en un habitación y vigilar tu puerta, piénsalo y decide, la decisión es tuya- La chica se removió incomoda, al final de cuentas era una cría, los Were-Hunter vivían cientos de años, pero su vida sexual solía comenzar entre los veinte y veinticinco años, cuando el celo de las hembras comenzaba.
Desapareció y apareció en su habitación, las palabras de esas dos mujeres lo habían afectado, realmente era algo difícil de creer, la chica solía actuar como si nada hubiese pasado, aunque era claro lo que había sucedido por su manera de rechazar el contacto masculino.

Sintió respeto hacia la chica, cada uno lidiaba con sus demonios de manera diferente. Él estaba jodido con la vida que le había tocado, odiaba todo lo que significaba ser un ser como él, pero por primera vez pensó que había personas que estaban más jodidas que él.
Sus hermanos pensaban que su mal humor había nacido a raíz de lo sucedido con Becca, realmente ese había sido el detonante, pero había muchas cosas arrastrando. Él había nacido como kattagaria, su madre había dado a luz una camada de cuatro osos; pero durante su adolescencia sufrió un drástico cambio, un día amaneció y no lo había hecho como un oso, lo había hecho como un humano. Fue uno de los peores días de su vida. Su madre era la Ursulan Regis Katagaria, ella despreciaba a los Arcadia ¿Cómo se tomaría que uno de sus hijos cambiaría? Él no quiso averiguarlo, así que ocultó su condición de todas las maneras posibles. Meses después de que eso paso, otra tragedia lo golpeó, sus hermanos mayores murieron a causa de un mal entendido. Su madre enloqueció de dolor por unos meses, su odio hacia los Arcadios aumento y el cuido su secreto más que nunca. Y después de todo el dolor, así vida había llegado Becca, la única persona que era capaz de hacerlo sentir amor, con la única persona que no temió demostrar su verdadera naturaleza, pero cometió el error de no presentarla a su familia. Él había quería guardar su amor para él, evitar las burlas de sus hermanos o el desprecio de su madre hacia ella por ser Arcadia.

Ese fue su mayor error.

Un día Becca lo fue a buscar a su casa, él no estaba, había ido a hacer un recado para su madre, su hermano Quinn le abrió la puerta, este no sabía de su relación con Becca, Becca pensó que Quinn era él. La loba madre tenía razón. Las hembras solían perder la cabeza durante su celo, ellas solían recuperar sus sentidos hasta que quedaban satisfechas. Cuando Becca se dio cuenta que Quinn no era él, ya era demasiado tarde. Llegó a casa solo para encontrar a una avergonzado Quinn y a una destruida Becca con una marca de apareamiento en sus manos. Él estuvo a punto de matar a su hermano, pero su madre se lo impidió. Al final había sido su culpa, él no había informado sobre su novia y él no le había dicho a su novia que tenía otros tres hermanos idénticos. Su madre había llegado a la resolución que tendrían que sellar la unión o ninguno de los dos podría tener hijos. Esa había sido la gota que derramó el vaso, el destino que le había tocado era sufrimiento constante y él estaba furioso con ello. Después de eso todo el resentimiento floreció, lo dejo crecer despreocupadamente por todas partes, despreciaba a todos, pero no podía desentenderse de ellos, al final era su familia, pero a veces envidiaba la suerte de algunos de ellos. Dev, Serre, Aimee, Zar. Ellos habían sido los afortunados, se habían emparejado con las personas que amaban, se habían salido con la suya y vivían felices, ahora todos había revelado sus verdaderas condiciones Arcadias y estaban bien con ello. Mientras él tendría que vivir bajo el mismo techo que ellos y sumado a eso, bajo el mismo techo de Quinn, Becca y los cachorros que habían tenido juntos. Todos los días era una lucha constante, Quinn creía que Becca le sería infiel con él porque en realidad lo de ellos podría seguir, pero él no haría eso por más tentado que se sintiera, eso rompería a la familia.

No sabía cuándo tiempo había perdido en sus pensamientos, pero ya era hora de bajar, Tanya o Penélope no tardarían en llamar a sus maridos para que le dieran una patada en el culo y lo bajarán a ayudar en el bar. No había demasiada gente ese día, pero todos debían de cumplir con sus obligaciones.

Se levantó de la cama y camino fuera de su habitación, dio unos cuantos pasos cuando escucho unas risas.

-Basta- Su voz sonaba diferente, siempre que se dirigía a él era con voz serena, burlona o molesta, pero claramente en ese momento detonaba alegría -Victoria, no lo muerdas, ya has ganado, cuando ganas una pelea no debes seguir golpeando a tu contrincante, dale una derrota honorable- Escucho la queja de un lobo, el avanzo lo más silenciosamente posible.
Sol estaba sentada en el sillón grande, frente a ella peleaban dos de sus hermanos, los que eran lobos, los humanos estaban recostados de ella, uno en cada lado. Los lobos dejaron de pelear y se lanzaron contra ella, se acurrucaron en sus piernas.

-¿Lucharas con nosotros hermana?- Le cuestionó la niña humana, Sol le apretó la nariz, su hermana soltó una queja.

-No sería una pelea justa, mi amor- La chica le lanzó un puñetazo, pero antes de que la tocará la chica flotaba de cabeza, sus hermanos comenzaron a reír -Te gustan las emociones fuertes ¿Eh?-

-Hermana, bájame- Sol soltó una risa y actuó como si lo pensará.

-No, creo que te dejaré allí, si, creo que es lo más conveniente, regresaré dentro de veinte años cuando puedas darme pelea-

-Hermana, pero la tía Juliana ha dicho que dentro de veinte año tu envejecerás, mientras que nosotros viviremos muchos años- Remi observó cómo la sonrisa de la chica tembló, pero no dejo de actuar feliz para sus hermanos. Los chicos tenían razón, mientras ella estarían envejeciendo naturalmente para un humano, ellos envejecerían lentamente -Ella nos ha dicho que estás buscando una manada para nosotros- Sol bajo a su hermana a su lado.

-Quiero que me escuchen atentamente-  Los niños se acercaron a ella atentos -Ustedes son especiales, ya lo saben, llegará un momento en su vida que podrán transformarse en lobos y aullar junto con sus hermanos- Despeinó la cabeza de los niños humanos -Y llegará un momento en que hablarán con sus hermanos como humanos- Acaricio a los lobos -Faltan diez años aproximadamente para eso, llegará el momento en que se irán estancando en el tiempo mientras yo avanzaré más rápido, además soy humana, ustedes son Were-Hunter, lo más natural es que tengan su propia manada, yo no estaré, son poco y podrían atacarlos, creo que lo mejor es que se unan a una manada donde puedan protegerlos- Remi no pudo evitar hacer una mueca, ella tenía razón -Ustedes tendrán que adaptarse y sobre todo seguir las órdenes de su alfa, hasta ahora los hemos criado lo mejor que hemos podido, pero Juliana les enseñará cosas sobre su raza, como costumbres y tradiciones, ustedes deberán de aprenderlas y ejercerlas ¿Estamos de acuerdo?- Todos asintieron -Ahora, vayan a buscar a los Peltier, jueguen un rato con ellos, nada de peleas, Victoria- Le dijo a la pequeña loba, está soltó una queja, los chicos la besaron y lambieron, para después desaparecer en uno de los pasillos. La chica respiró profundamente -No sabía que te gustaba escuchar a escondidas, osito- Su mirada se dirigió a la esquina donde estaba él, se soltó un taco mental.

-No quería interrumpir- Ella sonrió burlona, se levantó de su lugar y soltó una risa.

-Claro, no es como que no tengas la capacidad de desaparecer- Ella trono los dedos -Así de rápido- Camino al final del pasillo -Tanya me dio una hora para comer, va media hora, Serre está lavando los trastes- Le señalo, el soltó un gruñido, su hermano comenzaría con sus quejas en cuanto llegará a la cocina, la chica despareció en las escaleras.

Él hizo lo mismo, apareció en la cocina y en cuanto lo hizo Serre comenzó.

-Vaya, hasta que te dignas a bajar ¿El rey ya ha dormido lo suficiente? ¿Te dio tiempo de hacerte tu tratamiento de belleza?- Le lanzó un gruñido a Serre -Dejaste sola a la chica cuando sabes que ella se toma unos minutos para ver a sus cachorros, eres un bastardo, mínimo ten consideración por los cachorros- Remi apretó la mandíbula, bien, Serre tenía un punto, pero no deseaba darle la razón.

-Vete a la mierda- Le lanzó, Serre se lanzó sobre de él y comenzaron a pelear en la cocina. A pesar de que Serre era menor que él, el bastardo peleaba bien, solía actuar relajado y perezoso, pero a la hora de la verdad era el más aguerrido.

Tanya y Penélope comenzaron a llamar a sus hermanos, la puerta de la cocina se abrió y entraron Cherif y Cody, los separaron con bastante dificultad, pero lo que les hizo calmarse fue que su hermana apareció en medio de la cocina con uno de sus sobrinos en brazos.

-Dioses, me van a cortar la leche ¿No puedes dejar de molestar a Remi por un día?- Le ladeó a Serre, este soltó un gruñido, pero no discutió, no lo haría con el bebé presente y menos sabiendo que podía afectarlo si seguís haciendo enojar a Aimee.

-Lo siento- Se disculpó Serre, Natalia llegó a la cocina, cuando vio a Aimee en medio de la cocina regañando a Serre entrecerró los ojos, su hermano hizo una mueca.

-No volverá a pasar, Aimee, ve a descansar- Señalo Natalia con voz angelical, Aimee asintió y desapareció -Amor- Su hermano tragó nervioso -Ven, ayúdame con algo-
-¿Qué tanto me va a doler?- Su pequeña cuñada sonrió angelical.

-Que vengas- Salió de la cocina, Serre soltó una queja, pero salió detrás de su esposa. Remi soltó un sonido burlón, Serre le enseño el dedo de en medio desde la puerta.

Remi se dispuso a seguir lavando los platos, escucho el sonido de la música en vivo de la banda, The Howlers solía tocar entrada la noche, cuando la mayoría de los humanos se iba y solo quedaba la clientela sobrenatural.
El dejo de lavar los platos en cuanto escucho la canción que estaban tocando ¿Cuántas veces no la había escuchado y se había sentido miserable con su existencia? Angelos era un maldito bastardo al tocarla, pero se sorprendió al darse cuenta que no la estaba cantando solo. Tanto Tanya como Penélope dejaron la cháchara y se asomaron a la barra para ver mejor, el abrió la puerta que daba a las mesas, en el escenario estaba Sol junto a Angelos cantando.

New blood joins this earth
And quickly he's subdued
Through constant and pained disgrace
The young boy learns their rules

With time the child draws in
This whipping boy done wrong
Deprived of all his thoughts
The young man struggles on and on
He's known, a vow unto his own
That never from this day
His will they'll take away

What I've felt
What I've known
Never shined through in what I've shown
Never be
Never see
Won't see what might have been
What I've felt
What I've known
Never shined through in what I've shown
Never free
Never me
So I dub thee Unforgiven

They dedicate their lives
To running all of his
He tries to please them all
This bitter man he is
Throughout his life the same
He's battled constantly
This fight he cannot win
A tired man they see no longer cares
The old man then prepares
To die regretfully
That old man here is me

What I've felt
What I've known
Never shined through in what I've shown
Never be
Never see
Won't see what might have been
What I've felt
What I've known
Never shined through in what I've shown
Never free
Never me
So I dub thee Unforgiven

Never free
Never me
So I dub thee Unforgiven
You labeled me
I'll label you
So I dub thee Unforgiven

La canción podía ser tomada como una de las tantas que la banda solía tocar, pero él miraba a la chica, su expresión era cansada y derrotada, la canción era una manera de interpretar como ella sentía sin decirlo abiertamente.

Estaba herida.

Sol se forzó a sonreír cuando los aplausos llegaron, sus hermanos comenzaron a silbar y aplaudir, ella se iba a bajar del escenario, pero Angelos le dijo algo, ella le contesto y se rascó la cabeza, lo pensó por unos momentos y asintió. Angelos le dijo algo a los chicos, estos sonrieron y comenzaron a tocar Paradise City. Y él se quedó allí por unos minutos más, observando como la chica se tragaba su dolor y comenzaba a cantar de manera alegre y divertida.

Una luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora