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Remi se estiró en la cama, se percató que alguien faltaba, abrió los ojos para encontrarse con que estaba solo y alguien estaba cantando una dulce melodía, se giró en la cama para encontrarse a Sol regando sus lirios y rosas negras. La Diosa Apollymi se las había obsequiado, como una muestra de su hermandad.

Sol era Xiamara, antigua amiga de la Diosa Atlante de La Destrucción, conocida como La Destructora, aunque Sol la llamaba Polly. Xiamara había sido la mano derecha de la Diosa, la mejor guerrera y asesina caronte, ella había estado unida a La Destructora.

Su mujer le había dejado claro que no podía decirle más de lo que Polly o su familia aceptaran decirle, lo cual incluía a sus hijos y Acheron, el cual era como un sobrino para Sol.

Era algo completamente extraño.

Él había conocido a Acheron desde que tenía memoria, nunca hubiese imaginado tener una relación "familiar" con él, había estado bastante sorprendido cuando este se hincó ante Sol en señal de respeto al igual que sus dos hijas, Ximeira estaba más afectada que Ximi, la cual no había conocido nunca a su madre; pero al final había sido cariñosa e inclusive se había ofrecido hasta a ponerle cuernos. Sol había declinado la oferta.

Ese mismo día la Diosa Apollymi le había dado el néctar para la vida eterna, la había marcado y otorgado su protección, ahora Sol tenía otro tatuaje en su cuerpo, pero este tenía la forma de un sol con tres rayos atravesándolo, este se encontraba en su hombro derecho, indicando que era la mano derecha de la Diosa, así como servía para que otros Dioses supieran que si se atrevían a atacarla sufrirían la furia de la Diosa Apollymi.

Sol estaba concentrada en su tarea de limpiar sus flores, él no podía apartar la mirada de ella, era demasiado hermosa y dulce, cuando sonreía y jugaba con sus sobrinos y hermanos se veía realmente joven, no parecía una mujer que estaba entrando a sus treintas, parecía una chica que estuviese iniciando sus veintes, eso lo hacía sentir algunas veces bastante viejo, pero después solía recordar que su alma era más vieja que la de él, ella había estado durante la creación de los panteones, inclusive antes de que su raza existiera.

Se escucharon un par de golpes en la puerta, Sol se giró un poco de su posición, ella se encontraba hincada en el piso, dejo las tijeras y guantes  un lado de las macetas , se levanto sin mirarlo y abrió un poco la puerta, le estaba dando la espalda así que no podía ver su expresión y tampoco podía ver quien era la persona que llamaba.

-Tía Sol- Remi sonrió ante la voz de Jossie, ya todos sus sobrinos la llamaban de esa manera.

-¿Qué pasa Jo?- Le dijo Sol cariñosamente, se agacho para quedar a la altura de la niña, lo que provoco que la camisa que traía por pijama se alzara un poco, brindándole una imagen de ensueño.

-¿Cuándo llegaran tus hermanos?- Le cuestionó, se lo dijo en un susurró, pero Remi lo escuchó.

-Más tarde, cielo, todavía faltan un par de horas ¿Qué haces despierta? Es temprano-

-Tenía hambre, el tío Cherif estaba abajo y me preparo un emparedado- Sol soltó una risa.

-Ve a tu cuarto, le darás un susto de muerte a tu hermana si no te encuentra- Su sobrina soltó una queja baja -Vamos o te llevaré yo-

-Esta bien, tía- Sol se levantó y se recargó del respaldar de la puerta, seguro vigilando que Jossie fuese hacia el camino que le había indicado. Soltó una risa y cerró la puerta, se giró y su mirada se encontró con la suya, Sol le sonrió abiertamente -¿Te despertamos?- Le cuestionó, antes de caminar hacia él fue por las tijeras y los guantes, los guardo en uno de los cajones que Quinn le había elaborado.

-Ya estaba despierto, te estuve observando- Ella levantó una ceja y lo miró divertida, caminó hasta él y se sentó en la orilla de la cama.

-¿Sí?- Él le hizo espacio y se subió completamente a la cama, Sol se mantuvo sentada junto a él, colocó sus piernas de lado y recargo su peso sobre un brazo -¿Por cuánto tiempo?- Le cuestiono traviesa, él comenzó a acariciar sus piernas suavemente.

Una luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora