33: El dolor

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***Lorena

Me odio, nunca me perdonaré por esto, veo al estúpido de Daniel cerca de ella... La besó. Ese bastardo no le interesa que ella esté mal. Salió de la habitación, no hice otra cosa más que llorar, me dolía el pecho... Verla en ese estado y todo por mi culpa, cerré mis manos en puño y no me importa si me lastimo... Mi hermana está así y todo es mi culpa. Mariel no tenía que terminar así. ¡No! ¿Por qué?

Escuché la policía. Nos desataron, quería correr dónde se encontraba  mí hermana, pero el oficial me detuvo.

-  por favor es mi hermana.- dije con lágrimas en mis ojos. Pero aún así no me soltó. Vi a mi hermana en una camilla alejándola de mí.

-Señorita usted también irá al hospital.

-¿ Iré junto a mi hermana?

- no ella está muy grave, además ella se la llevaron junto a su compañera.

-¡NO! Esa maldita no le volverá hacer daño a mi hermana.

El oficial me miró extraño.

- vamos jovencita.

Minutos después llegamos al hospital. Me duele el alma. Luego de unos minutos ví a mi madre entra a la habitación. Estaba llorando. Cuando me vió, en su rostro se reflejaba estar aliviada. Venía a abrazarme...

- ¡NO TE ACERQUES!- La lágrimas no tardaron en aparecer. - ¿Por... Por qué ella y no yo? - puse mi manos en mi rostro... Y sentí los dulces brazos de mamá. - perdón mamá es qué...

- shhh shhh tranquila ya estás a salvo.

Las lágrimas salian de felicidad, al volver a ver a mi madre, pero también melancolía porque mi hermana está entre la vida y la muerte. Y quedé dormida.

- duerme princesa. - fue lo último que escuche de mi madre.

*** Narrador omnisciente

Las horas pasaban, y por fin las chicas salieron de la sala de operaciones. Ya estaban estables. Margareth estaba muy preocupada que no podía estar sentada.

- los familiares de Nayelis Dalk.

-sí soy yo. Soy su madre.

- tengo dos noticias una buena y una mala. La buena noticia es que la operación salió todo un éxito... La mala es... Que está en coma.

La madre se puso de rodillas, no podía sostenerse en pies.

- ¿pu...puedo verla?

- Claro señora.

Cuando la madre entro a la habitación, ella sintió que se llevaron un pedazo de su alma. Las lágrimas salían. Ella cerró la puerta. Acercándose a su amada hija.

- hola, cariño.... Se que eres fuerte. - dijo mientras le agarraba la mano y le daba un dulce beso en la frente. - saldrás de... - sus lágrimas hacían presencia. - ¿Sabes? Desde que desaparecieron tu hermana y tú. Casi no he dormido y no he comido... Estoy feliz de verlas de nuevo. Por favor despierta. Papá no se enojara si regresas... -Ella no dijo más. Las lágrimas salían, su pecho ardía. Sentía un dolor. Un dolor que no pasaba de la garganta.

Ya eran las 6 de la tarde. En la mañana sería el funeral de Mariel. Mandaron a lorena a casa. Pero ella no quería ir a casa. No había visto a su hermana. Pero su madre insistió y ella acepto ir a casa.

- mamá ¿Dónde están las gemelas?

- En casa de mis padres. Tranquila, date un baño y te prepararé un té.

- mamá,  David no es mi padre. -las lágrimas aparecieron.

- Él sí es tu padre. Y siempre lo será.

- pero él te violó... Él que nos secuestro.

- Cariño, te haré una pregunta. ¿Quien siempre estuvo ahí cuando más lo necesitaste?

- papá.

- ahí está. Padre no es el que engendra, sino el que le dedica tiempo a sus hijos y siempre está ahí para ayudarlo y protegerlos. Ese es tu padre.

- Gracias mamá.

- no hay de que cariño. Y ve a darte un baño.

Ella entra a la habitación y se despoja de su ropa y entra al baño, abre el grifo y entra a la bañera. Mientras el agua corría por su cuerpo las lágrimas también, empezó a darle puñetazos a la pared, lastimando sus Nudillos, pero en ese momento no le importó en lo más mínimo ese dolor. Porque se sentía culpable de lo que le había pasado a su hermana ya que ella le había aconsejado que estuviera con Daniel, se dijo a sí misma que si Nayelis moria no se lo perdonaría nunca...

Al día siguiente Lorena y su madre fueron a la central de policía.

- ¿estás lista para la declaración?

- Para serle sincera, no. Pero seré fuerte.

Una hora y media después se encontraban en  cementerio, en el funeral de Mariel. Estaban la mayoría de los estudiantes. Algunos miembros de la antigua banda estaban ahí llorando.

Las personas se acercaban a la madre de Mariel. Quien tenía unos lentes enormes con los cristales negro. Un vestido negro largo, pero que dejaba al descubierto sus senos. Un pintalabios rojo y un sombrero del mismo color del vestido.

Ella no había derramado ni una sola lágrima por sus hija.

***Erick

- ¿Alam estas mejor?

- si lo estoy. Así que no quiero estar aquí. Saben que él sigue suelto.

- Lo se, pero necesitas descansar hermano.

- ¿Cómo está ella?

- no importa, descansa.

- bro, dime por favor.

- ella... Está en... coma.

-¿¡QUÉ!? No hermano la perderé otra vez.

- no digas eso.

- le mentí una vez. Le hice una promesa a su padre que la protegería. Pero fallé.

- pero si la cuidaste. Todo este tiempo.

- pero no fue suficiente. Ella a sufrido.

El día que por poco la viola Carlos. No estaba ahí, pero estube al tanto. Cuando la ví en su habitación llorando, el día de la muerte de su padre. Que se quedó dormida. Y no pude acercarme. Porque no era el momento. Las notas que le enviaba como admirador secreto...

- ¿me estás escuchando?

- Eh perdón. Es que estaba pensando en ella.

- no lo niego. Fue tu primer amor.

- pero ella no me reconoce.

- ¿¡Y cómo no!? ¡has cambiado mucho!

¡Chicos! Lo siento que no había escrito por ¡un mes! 🙂 Lo se, lo se, pero... La razón  es que estaba un poco enferma.... ¡Gracias por leer! sin ustedes no sería posible. Y ya vamos por 2.04K y todo gracias a ustedes.

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UNA CHICA ENAMORADA     [~Terminada~]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora