Las cubiertas de pasta dura eran las favorita de Valentina, porque así los libros se maltrataban menos a la hora de transportarlos en su mochila. Esa mañana había llevado dos grandes libros de pasta dura en su mochila para leerlos plácidamente en el sofá de gamuza.
El día lunes tenía un clima más tranquilo a los días anteriores.
El penetrante frío subsistía en la ciudad, pero la nieve comenzaba a desvanecerse lentamente, permitiendo que el andar de los transeúntes fuese más fluido y los automóviles pudiesen transportar a los infantes a la escuela y a sus padres al trabajo.
Valentina se encontraba en su última clase del día, evadiendo el arduo trabajo que su profesor hacía al frente del aula.
Ella prefería leer sus historietas de la mujer maravilla.
El timbre indicando el final del día escolar fue tocado.
La ojiazul por inercia tomó el puño de delgadas revistas y las introdujo en su mochila, subiendo el cierre y poniéndola sobre su espalda para luego abrochar hasta el cuello su larga chamarra.
Sus blancos tenis deportivos marca Nike rechinaban contra el azulejo reluciente cuando marcaba sus pasos a la salida.
-Valentina- Una joven alta de complexión delgada y pecas en las mejillas detuvo a la ojiazul en el umbral de la puerta.
Valentina ignoró por completo la gran anatomía de la chica que intentaba llamar su atención y se abrió paso por un lado de ésta, logrando salir del salón.
Pero la chica intentaba informarle que mientras ella leía cómodamente cómics de la mujer maravilla el profesor les había puesto en equipo para realizar un proyecto.
-Se que no es fácil para ti el socializar con la gente- la chica siguió el andar de Valentina hasta su casillero- el profesor nos ha puesto juntas para hacer la maqueta de cumbres borrascosas juntas- Terminó por decir la chica.
Pero Valentina no hacía caso a la gran insistencia de la desconocida chica y por el contrario intercambiaba sus libros de anatomía por los de su tarea de francés.
Con bastante frustración y enojo la chica se posó frente la chica de ojos azules, que sin levantar la mirada del piso intentaba salir del acorralamiento del que la tenía su compañera de clases.
-Con....con...con permiso- Susurró apenas y audible Valentina.
Pero la chica ubicó su mano en el pecho de Valentina, empujándole con delicadeza contra el metálico casillero.
-¿Cuál es tu prisa chica?-
-La...la bibl...- Valentina tomó aire para poder seguir hablando-biblioteca tengo que...que ir-
-¿Vas a la biblioteca?-
Valentina asintió y al ver a su hermano mayor entrar por los grandes portones de su colegio, corrió fugazmente hacia su dirección para abrazarlo vigorosamente.
-¿Val? ¿todo bien?- Su hermano se separó del enorme abrazo de su hermana y la tomó de los hombros.
La compañera de clases de Valentina se les unió a la escena.
-¿Tú eres hermano de Valentina?- La chica comenzó a hablar con Ian.
El chico de ojos azules asintió con su cabeza, mientras su hermana menor se escondía por detrás suya como cachorro indefenso.
-Tengo que hacer un proyecto con ella, pero creo que le es un poco difícil comunicarse-
-¡Oh! Lo entiendo- el chico asintió mientras sacaba el celular de su bolsillo- puedo pasarte mi número para que se encuentren luego en la biblioteca ¿te parece?-