-!¿Ya estás lista!?- Jude le gritaba a su mejor amiga desde el sanitario.
Pero Juliana seguía con la mirada perdida y un montón de preguntas en la cabeza.
¿Por qué Valentina no habría ido a la biblioteca un día después de su pequeño beso?
¿A caso ella habría causado la ausencia de la menor?
Jude salió del baño con una sonrisa de oreja a oreja por lo bien que se veía. Vestía un crop top de red negro y transparente que dejaba a la luz su bien marcado abdomen y el resto de su torso, unos shorts de mezclilla que se adherían perfectamente a su delgados muslos, unas botas militares plateadas y un montón de glitter en los párpados.
-¡JULIANA! ¿Qué esperas para vestirte?-
Gritó el chico al notar que su amiga aún yacía en la cama en ropa interior.
-¿Y si la incomodé?- El rostro de Juliana denotaba preocupación.
-¿De qué hablas?- Jude tomaba asiento aun lado de su amiga.
-De Valentina ¿Y si el beso la ahuyentó?-
-A ver, amiga...es tu cumpleaños ¿podrías olvidarte un momento de Valentina?- Jude escondía un mechón del lacio cabello de Juliana detrás de su oreja.
La morena terminó asintiendo con una sonrisa en su rostro.
Veinte minutos después los labios de Juliana ya estaban pintados de rojo granada, sus piernas cubiertas por unas medias negras de red junto a unas botas de plataforma, un mini short que dejaba al descubierto sus torneados muslos y el inicio de sus glúteos y un crop top de encaje rojo.
Ambos chicos salieron de su pequeño departamento, abriéndose paso entre la fría acera. Robando miradas y suspiros de los transeúntes que por ahí caminaban, eran las seis de la tarde y todavía tenían un largo viaje de dos horas con destino a aquel antro de ambiente gay fuera de la ciudad.
••
Valentina observaba las manecillas del reloj de la cocina y recordaba las palabras textuales de su sobreprotectora madre.
"Estás resfriada, no puedes salir a ninguna parte".
Las cutículas de sus dedos estaban completamente dañadas por el constante jugueteo con sus dientes. La ansiedad la estaba carcomiendo pues tenía la incesante necesidad de salir a la biblioteca para mirar a Juliana y desearle un feliz cumpleaños.
Era Viernes y ninguno de los miembros de su familia se encontraba en casa con ella, ni siquiera había podido seguir leyendo a Jaime Sabines de lo desesperada que estaba por salir.
Miró por última vez el reloj que le anunciaba las 18:30 horas, se amarró los cordones de los tenis y acomodó su gorro de invierno. Estaba dispuesta a lo que fuese con tal de felicitar a la morena, en su mochila guardó un pequeño cartoncillo dónde había hecho un obsequio para la mayor y sin más se dispuso a salir de su casa.
•••
-¡No mames!- Jude exclamaba estirando la palma de su mano en el aire.
-¿Qué?- preguntó la morena.
-Ya está lloviendo, Juls-
Ambos chicos esperaban su taxi en una banca del pequeño parque.
-Me preocupa más que Rosa o Fred vean que estoy aquí sentada en lugar de en casa con temperatura-
-Te dije que les dijeras la verdad- contestó Jude- a parte, tú fuiste la que decidió esperar al taxi a tan sólo cinco minutos de tu trabajo-
Juliana frunció el seño y encogió los hombros.