Valentina jugaba torpemente con sus dedos, los entrelazaba, rascaba sus cutículas, juntaba sus palmas y las media.Juliana simplemente la observaba paciente y en silencio, sentía la necesidad de tener algún tipo de contacto físico con Valentina, así fuese el más mínimo.
Así que suavemente comenzó a imitar los movimientos que la menor había hecho con su cara.
-¿Puedo?- Juliana pidió permiso a la menor para tocar su rostro.
Valentina asintió amablemente.
Juliana acariciaba los pómulos rosados de Valentina, peinaba delicadamente sus delgadas cejas y repasaba su delgada nariz. La menor simplemente miraba como la mayor disfrutaba del contacto que estaban teniendo.
Juliana posicionó sus dedos en las comisuras de la boca de Valentina, y los dejó ahí por un par de segundos, los miraba atentamente.
Quería hacerlo, no, deseaba hacerlo, lo deseaba con toda sus ganas.
Sus dedos siguieron el camino que faltaba y comenzaron a acariciar los tersos labios de Valentina.
Haciendo que la menor se erizara al instante.
El corazón de Juliana se golpeaba contra su pecho de una manera descomunal, y sus manos comenzaban a temblar.
Lentamente fue inclinando su cuerpo sin despegar sus yemas de la boca de la menor.
Valentina por su parte simplemente miraba silenciosamente como la mayor comenzaba a inclinar su cuerpo hacia el suyo.
Juliana ya no tenía el control de su mente, ahora actuaba con lo que su corazón le dictaba.
Valentina entendía perfectamente lo que estaba a punto de suceder y no tenía intenciones de interrumpirlo.
La morena continuó su andar hacia el cuerpo de la menor, quedando su frente contra la frente de la ojiazul.
Valentina podía sentir el caliente aire que salía de la nariz de Juliana en sus labios y entonces cerró los ojos.
A Juliana se le fue el aliento por un momento cuando la menor cerró sus orbes azules en respuesta positiva.
Sin más preámbulo acortó la pequeña distancia que quedaba entre sus labios y los de la menor. Lentamente estrelló su boca con la de Valentina, dandole un simple y casto beso.
-¡Juliana!- una gruesa voz se coló por los oídos de ambas.
Haciendo que las dos chicas se separan del íntimo momento que estaban teniendo.
Jude abrió la puerta de un golpe y asomó su rostro agitado.
-¡¿Qué quieres Jude?!- Juliana respondió al llamado de su amigo.
-Necesito que me ayudes, hay un tipo que se quiere llevar un libro sin credencial y ya se enojó porque le dije que no y me da miedo que me pegue porque está bien grandote-
Juliana bufó molesta por la inoportuna llegada de su amigo, mientras Valentina se levantaba del frío suelo sacudiendo su jean para después abrirse paso por la puerta.
-Te odio bastante ¿lo sabías?- reclamó la morena.