Una nueva mañana en nueva Orleans, los pájaros cantan, y nuestro joven locutor, bueno, estaba maldiciendo a aquellas molestas aves, caminó hasta su armario para sacar un pantalón negro, su blusa blanca y su chaleco rojizo, acompañado de un abrigo color piel, al terminar de vestirse, se acomodó sumuño negro y se dirigió a las escaleras para bajar al primer piso de su casa, llegó a la cosina y su desayuno solo fue un simple café con pan, suficiente para aguantar hasta la hora del almuerzo, saliendo de su hogar, se dirigió hasta la estacion del tranvía para esperarlo, en unos minutos este llegó, subió a este pagando su entrada y sentándose en la parte final, se dispuso a leer él periódico del día, su sonrisa aumentó al ver que en la primera plana se encontraba él asesinato que había cometido la noche pasada, nadie sospecha nada, eso es increible, las personas que se subían al tranvía susurraban entre ellos sobre aquella masacre, dejó de ojear aquel pedazo de papel para doblarlo y hacerlo royo para luego guardarlo en su bolsillo, miró hacia la ventana, nada nuevo, las mismas caras ignorantes de siempre, la campana del tranvía sonó llegando a una parada cerca de la estación de radio, Alastor se acomodó él abrigo y bajó para dirigirse a su trabajo, na vez ahí se topó con sus compañeros hechos montón alrededor de otro.
—¿que pasó aquí? -se dignó en preguntar, la verdad no le interesaba, nadie le interesaba, pero tenía que fingir para aparentar ser un simple civil y no verlo con malos ojos-
—mi esposa, ¡me puso él cuerno! -gritó su compañero- y lo peor es que ¡tenía mas amantes la maldita perra!
—disculpa Al, pero ahora, vas a estar en sintonía todo él día, tu compañero no va a poder dar su parte de la radio.
—entiendo.
—ah, te llegaron cartas de tus admiradores, vas muy bien Alastor, quizás si seguimos a este paso, estaremos sintonizando en Nueva York -Decía el jefe entregándole varias cartas a Alastor-
—gracias señor, es un honor, recibió las cartas y se fue a su oficina de trabajo, como siempre escogería una al azar para leerla y seguir con las noticias y después algunas músicas de jazz- veamos, ¿Rosa Smith? No, ya te leí cariño. -tiró la carta a un lado- no, no, no -tirando cartas hacia él lado derecho- oh, Charlotte Magne, interesante, tu serás la elección hoy, cariño.
Alastor se colocó en frente del micrófono para esperar la orden de uno de sus compañeros para iniciar la sintonía, al ya tener el permiso, dios su saludo como siempre.
—¡Buenos días, preciosa Nueva Orleans! Aquí Alastor Azael sintonizando como siempre para animarlos y llenarles el día de alegría, como dice la canción, You're never fully dressed without a smile, una preciosa canción, ¡sonrían todo el tiempo, ya que de lo contrario no estaran completamente vestidos! -dijo para que en ese momento agarrar el sobre y abrirlo para sacar la carta que se encontraba dentro- ahora, como siempre, elegí una carta de muchas de mis seguidores para leerla aquí en la radio, la afortunada esta vez, fue la preciosa dama, Charlotte Magne, y aquí esta su carta.
"Hola, buenos dias, soy Charlie, lo sigo desde hace ya algún tiempo ¡me encanta escuchar su voz! Especialmente su risa. De alguna manera pienso que es dulce... La forma en que se expresa libremente ¡es tan genial! De seguro que va a llegar muy lejos, le deseo lo mejor de los exitos señor Alastor!
Atte: Charlotte Magne."
—oh ¡gracias por él cumplido acerca de mi voz! y por los ánimos cariño, ¡te agradezco también tu carta! Una de las mejores que he leído en mi vida, que pases un precioso día cariño...en las últimas noticias se ha dado de un misterioso asesinato a sangre fría, el sospechoso no dejó nada que pudiera delatarlo, esperemos que nuestros policías y gobierno lo logren capturar. -sonrio con burla al saber que nunca lo harían- ahora, para animar un poco el ambiente, algo de nuestra música favorita, Jazz -dios la señar y la música se hizo presente en rodar las radios- los dejo para que lo disfruten.
[...]
—¡Un café por acá señorita! -gritó una señora con su hijo desde una de las mesas-
—¡enseguida! -una dama de preciosos cabellos rubios hasta el cuello, con un vestido de camarera, dejó subiendo el volumen de la radio para ir a servir el café que habían pedido- tenga mi señora, que lo disfrute -dijo al terminar de servir aquel líquido-
—Charlie, ¡orden para la mesa 4 listo! -el chef dejó varios platos en el mostrador, la joven los recogió en la bandeja y los fue a entregar.
—"ahora, como siempre, elegí una carta de muchas de mis seguidores para leerla aquí en la radio, la afortunada esta vez, fue la preciosa dama, Charlotte Magne, y aquí esta su carta." -se escuchó claramente por la radio en ese momento, Charlie se puso en frente de ese aparato para escucharlo mejor-
"Hola, buenos dias, soy Charlie, lo sigo desde hace ya algún tiempo ¡me encanta escuchar su voz! Especialmente su risa. De alguna manera pienso que es dulce... La forma en que se expresa libremente ¡es tan genial! De seguro que va a llegar muy lejos, le deseo lo mejor de los exitos señor Alastor!
Atte: Charlotte Magne."
Charlieestaba más que feliz, por fin, su locutor favorito había leido una de sus cartas, este día era el mejor de todos, tanto era la emocionó que dio un pequeño salto de alegría, aparte de que un leve rubor de hiciera presente en sus mejillas para darse unos pequeños masajes en las mejillas.
—no estés emocionada solo por esa tontería, no es nada importante -decía el chef con desprecio dejando la comida en el mostrador-
—para mi es algo genial y hermoso -dijo la joven dama poniendo aquellos platillos en la bandeja y después en las tazas vacías agravar el café-
—para ti claro, solo eres una mujer débil, que el mínimo afecto de cariño ya te hace tan feliz, ¿no? Ya deberias estar casada y atendiendo a tu marido.
—los huevos se queman chef...-fue a entregar las ordenes-
[...]
La tarde había caido en Nueva Orleans, Charlie se habia puesto su ropa normal, un vestido mas bajo que las rodillas, su sombrero, y su abrigo negro para él frío, salió del trabajo ya con su pocapropinapara caminar hacia su casa, no se dio cuenta que ya había oscurecido, así que apresuró su paso, aún estaba lejos, siempre tardaba una hora en llegar a pie, el tranvía se habia ido, ahí solo hace 25 minutos y es más seguro, llegó a sentir la presencia de tres hombres tras ella, volteó lentamente para ver, y si, habian tres hombres mirándola con caras que no le agradaban.
—miren lo que trajo Santa, mi regalo adelantado ha llegado -dijo uno-
—el mío también, tranquila nena, la pasarás muy bien.
Antes de que estos se acercaran,Charlie salió corriendo con cuidado por sus tacones, seguida de aquellos hombres quienes la seguían al mismo paso, gritándole cosas sucias, la poca genteque había en ese momento no hacía nada en lo absoluto, así que las lagrimas y él terror empezaron a llegar a ella.
Saliendo del trabajo, totalmente cansado, se dirigía a su casa, iba a tomar él último tranvía del día, pero opto por caminar, era mejor, quizás y conseguía algo de carne esa noche, sonrio más acomodándose su abrigo para estar preotegido del frio, igual poniéndose los Guantes, al ya estar listo,puso sus manos detrás de su espalda para caminar tranquilamente, caminó unas calles hasta escuchar los gritos de una dama.
—¡señor! ¡auxilio! -volteó a ver a la dirección de donde se escuchó aquel grito-
Era una dama que se dirigía hacia el, y antes de poder reaccionar ella lo habia abrazado temblando de miedo.
—señor, ¡ayudeme por favor! Ellos...Ellos quieren profanarme...-la joven tenía los ojos llenos de lágrimas-
Alastor la miró levantando una ceja para escuchar otros pasos cerca de ellos, levantó la mirada de la dama para ver a esos hombres que estaban detras de ella, con mucho cuidado puso a la dama detras de él.
—Hey tu, ¡danos a esa perra!
—lo siento caballeros, pero esta hermosa dama, se queda conmigo. -su sonrisa de agrandó aun más, esa noche, tendría una fabulosa cena-
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
Obsesión [Charlie x Alastor] [CHARLASTOR]
FanfictionNueva Orleans, Luisiana, 1927. Amor, muchos hablan de amor cuando encuentran a su supuesta media naranja, vamos, no seamos idiotas, todos sabemos que ese estupido sentimiento no existe en realidad, simplemente nos obsesionamos con aquella persona y...