3:00 a.m. Nueva Orleans.
El pelinegro corría desesperado por el oscuro bosque a la luz de la luna, corría por su vida, literalmente, No todos los días eres perseguido por un asesino, seguía corriendo ya que cierto castaño lo seguía al mismo paso, solo que un poco mas lento, dándole algo de ventaja, lanzarce del tren no fue buena idea, podía sentir como las costillas rotas perforaban sus órganos, era insoportable, molesto y doloroso, se apoyo en un árbol tratando de recuperar su aliento.
—¿donde estas?
La voz del hombre resonaba por todo el lugar, Las heridas en su estomago se volvieron a abrir obligándolo a caerse de rodilla, veía todo borroso, hasta que pudo ver una sombra acercarse.
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11:30 p.m. Nueva Orleans.
—¿por que te interesaría saberlo? -dijo el pelinegro con odio hacia aquel hombre frente a el-
—solo quiero saber, ¿como la haces feliz? Si la conoces hace poco.
—lo que yo haga, no tiene que importarte -tenia un pañuelo en sus heridas, tratando de detener la hemorragia-
—oh, claro que me importa -su sonrisa se ensanchó- ya que sera mi futura esposa, pero como no se como sacarte información, veo que no me sirves -dijo para escuchar el claxon del tren antes de ver como el se lanzaba hacia el de nuevo, lo esquivo tirandose de lado, abriendo de nuevo la herida que estaba deteniendose poco a poco- ¡no vas a escapar de mi!
El pelinegro con quejidos se levanto para dirigirse a la puerta y abrirla, para su desdicha todos lo ignoraron.
—¡Auxilio! ¡alguien! -corrió un poco por el medio de todos, pero todos se ocultaban o gritaban aterrorizados, abrió otra puerta para darse cuenta que estaba en el vagón final, el tren iba demasiado rápido, escucho los gritos de adentro, regreso a ver y se encuentró a ese hombre con un hacha, todos los pasajeros corrían asustados al siguiente vagón- hey...no tienes que hacer esto...-tosió un poco de sangre-
—lo siento, pero tengo algo de hambre -levanto el hacha, pero antes de darle en la cabeza del hombre de ojos verdes, había saltado a unos arbustos, sintiendo sus costillas quebrarse debido a la caída de la gran velocidad que iba el tren, como pudo se levanto y vio ya algo lejos de el al tren, suspiro con tranquilidad, pero no duraria mucho, pues vio como el castaño se lanzaba igualmente, sintio como su calor corporal se bajo de golpe.
Como pudo se levanto y camino moribundo de regreso a Nueva Orleans, hasta que por instinto se desvío por el bosque, de ahí solo ha intentado correr y correr y correr.
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Parpadeo de nuevo, logrando ver en forma nitida al hombre frente a el, con una sonrisa arrogante en el rostro.
—¿algo que decir antes de perecer? -levanto la hacha, el pelinegro pudo reconocerlo, Alastor, la estrella de la radio, lo miro a los ojos, brillaban como fuego, tembló al sentir que podía ver el infierno mismo en ellos y antes de que pudiera decir sus palabras, grito de dolor al recibir el primer corte en su hombro, la sangre salpico que parecían gotas de lluvia, saco el arma para volver a clavarla, pero esta vez en su pierna derecha, y así sucesivamente- ¡¿y todavía tienes el descaro de mentirme!? ¿¡que nunca la tocaste!? -clavo el hacha en su otro hombro, recordando como había tocado el cuerpo de Charlotte- ¡¿que nunca la enamoraste!? -dijo de nuevo recordando como ella se sonrojaba cuando estaba con el pelinegro-
Gemidos de dolor salían de la boca del hombre, que solo vio la luna antes de morir, Alastor ya habiendo clavado el hacha en su cabeza como golpe final, se hecho a reír, ya no habría nada ni nadie que le impida estar cerca de su amada, se relamio los labios limpiando la sangre que estaban en estos, para despues agacharce y empezar a devorar al que una vez fue Seviathan Bon Eldrich, en aquel lugar solo se escuchaba el sonido de la carne bajar por la garganta de quien lo estaba devorando, las masticadas, los cortes, y una vez quedo satisfecho se limpio con su manga la boca.
—tal vez guarde un poco de ti para Charlotte, amara comerte, maldita sabandija, tu carne es muy buena -dijo para finalmente lamerse los labios de nuevo, se agacho para cortar los trozos mas deliciosos que había probado en su misera existencia- el resto es todo suyo, amigos.
Las sombras empezaron a devorar lo que quedaba, la sangre seguía esparciéndose por el campo, parecía que formaría un río con tanto liquido carmesí.
—es hora de regresar, no sin antes esconder a nuestro amigo -escucho una carcajada por parte de las sombras para empezar a esconder los restos-
5:00 a.m. Nueva Orleans.
Y de esta sencilla manera, regreso a la ciudad para el amanecer, con su abrigo ocultando su ropa ensangrentada, no habia muchas personas en las calles, por lo que deciden ir por los callejones, su sonrisa era realmente amplia, ya que, finalmente se habla decidido a cumplir su primer objetivo.
Charlotte Magne, una dama de la gran ciudad de Nueva York que habia llegado a una pequeña ciudad, vivía sola, sin familiares cerca, era perfecto para el.
6:30 a.m. Nueva Orleans.
—buenos días Charlotte -saludo el Chef abriendo el restaurante-
—oh, buenos días Chef -saludo de regreso la dama-
—¿por que tan inquieta? Antes de llega te vi media preocupada.
—no lo se, creo que tengo un mal presentimiento de algo, pero no se preocupe, suele pasarme siwmpre y nada malo me pasa -ambos rieron-
Un nuevo día de rutina para la mujer, estaba nerviosa, claro que si, su prometido no le envió una llamada al amanecer como había prometido antes de subir al tren, el teléfono sonó y una de las compañeras de la rubia fue a contestar.
—¡Charlotte, es para ti¡ -dijo desde donde estaba el teléfono-
—¡voy! -dejo la bandeja y fue hasta allá para agarrar el teléfono y contestar- ¿hola?
—¿Charlotte? ¿estas bien? -era Anthony, sonaba preocupado-
—si, ¿por que? ¿sucedio algo?
—lo que pasa es que hallaron un cuerpo unos kilometros lejos de la ciudad, el cual fue identificado como...
—¿como...? -...- ¿Anthony?
—Seviathan Bon Eldrich.
Charlotte soltó el teléfono quedando el un estado de shock completo, de pronto su respiración se acelero y pensó que tal vez hubo alguna malentendido, no podía ser su prometido, habló con él unas horas antes, era algo imposible, colgó el teléfono y pidió un permiso al Chef para salir un rato, pero al abrir la puerta se encontro con un pecho masculino, miro hacia arriba y se sintió aprisionada por primera vez en su vida, el castaño sonría mirándola, agito la mano en forma de saludo cerrando los ojos.
—¡cuanto tiempo sin verla, señorita Charlotte!
Continuará.
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Obsesión [Charlie x Alastor] [CHARLASTOR]
FanficNueva Orleans, Luisiana, 1927. Amor, muchos hablan de amor cuando encuentran a su supuesta media naranja, vamos, no seamos idiotas, todos sabemos que ese estupido sentimiento no existe en realidad, simplemente nos obsesionamos con aquella persona y...