†Capítulo 14†

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El castaño y la rubia se encontraban en el tranvía que se dirigía al barrio francés, había oscurecido por completo y la mayoría de las personas que los veían creían que eran marido y mujer, cuando la realidad era otra, la dama estaba con un semblante algo tembloroso y preocupado, mientras que el del hombre lucia despreocupado, la campana del vehículo sonó otra vez, dando a entender la parada, pero no era ahí, era un viaje largo y aburrido, la dama veía por la ventana el camino hacia su destino, las casas fueron disminuyendo un poco y con eso la campana volvió a sonar.

—llegamos, vamos querida -le extendió la mano para ayudarla y ella la aceptó-

—gracias.

Ambos pagaron y bajaron del vehículo para después verlo alejarse, Charlotte seguía a el locutor pues el era el único que sabía hacia donde se dirigían, pero si tenía una idea, llegaron a las afueras y ahí había una reja, Alastor la abrió con sus llaves y entró para dirigirse a la casa que estaba mas al fondo, la dama estaba confundida, era una casa enorme y espaciosa, aparte de estar cerca del bosque, notó una mancha de sangre cerca de un arbusto y se alarmó un poco.

—se lo que edtas pensando, querida -Alastor estaba a su lado y la hizo pegar un brinco- no te asustes, es la casa de mi padre y su segundo matrimonio, ahí fue donde murió -señaló la mancha de sangre- no llegue a tiempo para impedirlo, el asesino había escapado. -sonría y reia en sus pensamientos al recordar como mató a ese desgraciado.

—oh...lo lamento, pero...¿que hacemos aquí?

—bueno querida, te lo dire todo con detalles, pero primero, vamos adentro -le abrió la puerta de la casa para que ella entre primero, y así lo hizo una vez ella entro, el cerro la puerta, se sentaron en los sofas quitándoles las mantas que los cubrían, el castaño se lavanto para poner leña en la chimenea dr la dala en donde se encontraban y prenderle fuego, dándole algo de calor a aquella casa fría.

—gracias por la hospitalidad, pero aun no entiendo para que me necesita. -hablo Charlotte nuevamente-

—bueno querida, ahora si te lo dire, veras, un dia despues de que encontraran el cuerpo de mi viejo, fui llamado a comisaria, pues yo fui quien lo encontró y todo eso.

27 de Noviembre de 1927, un día después de la muerte de Albert Azael, Comisaria de Nueva Orlenas.

—señor Azael, necesitamos su versión de la historia para encontrar al asesino de su padre.

—si lo se, diganme, ¿que les hace sospechar de mi, caballeros? -sonrió, estaba confiado, ni sudaba frío, no movia las manos como si intentara pensar las palabras, confundir a estos tipos seria pan comido para él, claro, tenia que pensarlo fos veces antes dr hablar, escuchar los testimonios que habian dicho de él, para los policías no habia ninguna comportamiento raro, mas bien, les parece inocente, pero no perderían nada preguntando.

—de acuerdo, los vecinos de los alrededores dijeron que usted estaba ahí en el momento del disparo y antes del grito, pero minutos después se oyeron varios disparos y seguido de usted caminando hacia el bosque con un rifle y hablando solo, digame ¿que hacia a tales horas de la noche en la casa de su padre y madrastra?

Bien, lo habian atrapado, creían los oficiales, pero ni aun así lograron asustarlo o ponerlo nerviso, ni bebía el vaso de agua que le habían puesto para los nervios, seguia ahí, atento y escuchando con una cara totalmente calmada y serena, se enderezó un poco para mirar al oficial de la derecha.

—bueno, ¿que mas dice?

—muchos de sus vecinos dicen que tenia una mala relación con su padre, lo odiaba y creen que usted es el asesino, joven Azael.

Obsesión [Charlie x Alastor] [CHARLASTOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora