Era un nuevo día en París, Nathalie y Claudia corrían a la estación de omnibuses, su madre estaba pronta a arribar y no querían estar retrasadas, Adrien también fue a recibir a la señora Sancoeur, pero este no iba tan apurado como las demás, iba tranquilo y despreocupado.
Siendo las nueve de la mañana el bus proveniente de Avallon llegó sin ningún retraso, todas las personas empezaron a bajar de el como si fueran peces que iban detrás de una corriente, las hermanas cabeceaban entre la gente para ver si daban con su progenitora, pero hasta el momento no la veían, cuando todos bajaron, por fin la vieron, está fue la última en bajar. Y ahí estaba parada en la plataforma, Victoria Sancoeur, con su porte elegante y su vestimenta de primera marca, llevaba puesto un pantalon gris claro hasta la cintura, de pantorrillas anchas, una camisa blanca, un suéter gris oscuro, y completaba su outfit un sobretodo negro, y unos anteojos de punta final del mismo color.
─Mama─ dijeron las hermanas a unísono
─Mirenlas, como cuando eran niñas, las dos juntas una igual a la otra─ sonrió la mujer quitándose los lentes ─Mis bellezas─ se acerca a ellas y las tres se abrazan
─¡Virgen santa!─ exclamó el rubio atónito viendo a la familia reunida ─Son tres─ comento eufórico, y cómo para no estarlo, si mamá Sancoeur era el calco de sus hijas, incluso compartían el mismo cabello azabache, salvo que está lo tenía manchado con algunos finos cabellos canosos
─¿Y esta criatura quién es?─ pregunto la mujer separándose de sus hijas
─El es Adrien Agreste, el hijo de mi jefe, y mi pupilo─ explicó la ejecutiva en tono neutro
─Vaya, que bonito has salido─ se acerca a él ─Menos mal que la prima Beatriz no me acompaño o estaría lanzándose arriba tuyo─ bromeó
─Hablando de primos, ¿donde esta Eric?─ pregunto Nathalie viendo hacia el autobús
─Recibio un llamado de emergencia y no pudo venir─ explico la adulta, Nathalie mira a su gemela ─Una lastima, adoro su compañía
─Yo igual─ musitó decilucionada la teñida
─Bueno mamá, ¿vamos a casa?─ dijo Claudia acercándose a ella
─Claro, pero primero déjame ir por mis maletas─ intenta ir hacia el autobús
─No─ la interrumpió el rubio ─Deje, yo lo hago─ se encamina al vehículo
─Te ayudó─ acotó Claudia y corrió a su lado
─Ven mamá, vamos, el chófer está esperando─ la toma por la espalda
─Vaya que te va bien a ti─ comento pícara
Mientras Adrien tomaba las maletas de madame Sancoeur, Claudia llego con el y le pidió unos minutos, tenía que explicarle algo importante que se le había pasado decirles antes de que su madre llegué.
─Tengo que confesar algo─ hablo nerviosa
─¿Que cosa?, no me asustes. . .
─Viste que mi mamá mencionó al primo Eric─ el rubio asiente ─Bueno el no vino porque yo le dije que no venga, lo que sucede es que tú padre se parece mucho a él, y su coartada era disfrazarse de el, lo teñi de azabache en vez de comprarle una peluca, y ahora está esperando en mi casa, se hará pasar por mi primo el tiempo que mamá este aquí─ el joven río
─¿De verdad mi papá se dejo teñir de azabache?─ cuestionó sin creerlo, la doctora asiente ─Quiero ver eso─ replicó risueño y abandonó la escena para ir hacia la limusina
─Nathalie me va a matar por armar este lío─ corre detrás de el
Tras varios minutos más de viaje, la familia Sancoeur, y Adrien llegaron al penthouse de la menor, está estaba algo nerviosa, rogaba que todos se traguen la farsa de Gabriel y lo confundan con el primo Eric, o su hermana la colgaría de algún monumento. Cuando entraron el lugar este estaba a oscuras, Claudia fue hasta el apagador y las encendió, cuando la luz iluminó el lugar se pudo ver a Gabriel sonriendo con un cartel de bienvenida detrás, Claudia se agarró la cara y deseo que la tierra la trague.
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Miraculous: Algo nuevo.
FanfictionNo es fácil ser un asistente ejecutivo, aun menos en la ciudad del amor y ni hablar para el diseñador más exigente de todo el mundo, en esta historia Nathalie llama la atención de Gabriel, y este se enamora en secreto de ella, pero habrá un obstácul...