Trece de febrero, el día previo a San Valentín, Nathalie y Bruce llevaban nada más ni nada menos que un mes de novios, y aunque estos lleven tiempo como pareja no se comportaban como una, la azabache seguía viviendo en su departamento de soltera, y el excéntrico empresario se mudó de la mansión Agreste después de una pequeña pelea con su amigo; solo aguanto una semana viviendo allí como novio oficial de la Sancoeur, luego abandonó el lugar, su vida se convirtió en un infierno y antes de terminar con su novia por culpa del señor lentes amante del fijador, el murciélago compró una vieja mansión que se encontraba abandonada hace años por una familia rica que de mudó a Londres y huyó allí por el bien de su vida sentimental.
Aunque parezca extraño y de locura la casi futura señora Wayne no conocía la gran mansión, que remodelada y acondicionada era dos veces más grande que la propia mansión Agreste y la mismísima mansión Wayne en Gótica; todo esto preocupaba al enmascarado caballero de la noche, quería que su novia pase más tiempo con el, pero tampoco buscaría apresurarla, ella era una mujer excéntrica y diferente a las demás, lleva su propio ritmo y carácter; además de que es muy difícil separarla del lado del afamado diseñador, son como carne y uña, por suerte el héroe estadounidense no es para nada celoso sino Batman estaría colgando a Hawkmoth de algún edificio, mientras Mayura se debate a quien ayudar.
Y hablando de héroes y villanos, Hawkmoth volvía a superficie bastante malhumorado, hoy había enviado un Akuma para traer los Miraculous de Ladybug y Chat Noir, pero como ya es de público conocimiento este falló, siendo el Akuma número trescientos en fallar.
─Los odio─ masculló golpeando el cuadro de Emilie, luego se percató de está terrible acción y se giró para patear un jarrón decorativo que había en su oficina
─Deberia tranquilizarse─ musito la femenina a unos metros de el, sentada, bebiendo café
─Tu tranquilidad me molesta─ bufo lleno de ira y rencor
─Sus ataques me dan tiempo para terminar mis tareas─ replicó como si fuera ella ahora la jefa ─Calmese y piense en una estrategia mejor, se que pronto acabará con ellos
─Tengo certeza de que lo haré, pero al mismo tiempo siento que se vuelve imposible─ suspira, camina hacia su escritorio y abre un cajón, luego mira a su asistente, toma aire y va hacia ella ─Ten─ extiende una pequeña caja de color azul con un moño dorado ─Son chocolates de una región en Argentina, los más rícos que se pueden conseguir
─Gracias─ los toma asombrada
─Consideralo en agradecimientos por tu leal asistencia─ se gira y se dirige hacia donde tiene su pantalla para diseñar
─Mis favoritos─ susurro anonadada viendo la caja de bombones rellenos de café
─Hace tiempo alguien me dijo que no la conocía, espero que esto eliminé todas duda─ comentó como si la hubiera oído
─No era necesario señor─ dijo viéndolo con sorpresa
─Claro que lo es─ esboza una media sonrisa ─Este último mes te esforzaste mucho y quería recompensarlo, sin ti esta casa no funciona. . .espero que todo siga así siempre─ agrego en tono más bajo
─¿Por que dice eso?─ arquea una ceja
─No lo se. . .cierto tonto anda diciendo que podrías ser la nueva presidenta de Wayne tec en París.
─¡Que!─ lo interrumpió gritando de una manera que Gabriel jamás se imaginó qué podría hacerlo, lucia furiosa, incluso el sabe que no se debe molestar a Nathalie y lo aprendió de una forma no muy grata
─¿No lo sabías?─ pregunto tratando de sonar inocente
─Claro que no─ se calma ─No vi a Bruce en estos días
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Miraculous: Algo nuevo.
FanficNo es fácil ser un asistente ejecutivo, aun menos en la ciudad del amor y ni hablar para el diseñador más exigente de todo el mundo, en esta historia Nathalie llama la atención de Gabriel, y este se enamora en secreto de ella, pero habrá un obstácul...