Cinco.

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Nos encontrábamos en la universidad antigua de las dos chicas encontradas muertas, habíamos localizado su grupo de amigos y íbamos caminando hacia ellos con el traje de FBI otra vez encima. Comenzaba a odiar ese traje y era la segunda vez que lo llevaba puesto, era molesto, y muy abrigado, me hacía transpirar lo cual no era muy bonito. El grupo de amigos hablaba dándonos las espaldas, ocupados en sus propios problemas de adolescentes, algunos tenían mala cara, debían verse afectados aun por la muerte de dos de sus amigas, quizá.

—Chicos. Somos del FBI, tenemos unas preguntas sobre la muerte de sus dos amigas. — Sam hizo que los chicos se voltearan, mirándonos.

—Ya hemos hablado con otras personas… — Comenzó a decir uno rubio de estatura normal para su edad, pero le corté enseguida.

—Son solo unas preguntas de rutina, si no os molesta. — Sonreí tratando de mostrarme lo más amable que podía.

Asintieron lentamente, mientras suspiraban, no me gustaba hacerles pasar mal rato, pero el trabajo era el trabajo y podía aguantar la mirada de las caras largas.

— ¿Cuándo fue la última vez que las vieron? — Dean nos sacó del silencio que se había formado.

—Estuvimos con ellas un día antes de que… ya saben, lo que le haya sucedido. — La chica de cabellos rubios y ojos marrones se hizo notar entre el montón de amigos, sonriéndole a Dean mientras hablaba. Típico.

Carraspeé, deseando poder romperles la nube. ¿Por qué hacía eso? Porque era una menor, solo por eso. Dean se dio cuenta de que estaba “interrumpiendo” la investigación y apartó la vista de la menor, carraspeando.

— ¿Tenían algún enemigo? ¿Alguien en particular qué no soportaran? Piensen bien antes de responder. — El hermano menor los miro a todos después de preguntar, en busca de alguna anomalía en su forma de responder, yo hice lo mismo.

—Ninguno que nosotros sepamos, eran chicas demasiado simpáticas… aún nadie puede creer que alguien fuera capaz de hacerles eso.

—Ethan eso es mentira. — La chica hablo luego de que este terminó, la misma que le había sonreído a Dean. — Habían tenido ambas un problema con el conserje, decían que había tratado de atacarlas y sinceramente les creía, el conserje puede que esté un poco vacío allí arriba.  

Dean se río suavemente. Oh dios, iría a vomitar en cualquier momento.

— ¿Algo más que creen que deberíamos saber? — Ignoré totalmente las miradas que se daban Dean y la rubia al preguntar.

Todos negaron juntos, nos despedimos con un asentimiento de cabeza y nos fuimos de allí, caminando hacía la salida de ese lugar. Me voltee para ver a Dean que estaba caminando detrás de mí con una sonrisa tonta.

—Dean, ¿qué estabas haciendo allí? Esa chica debe tener diez y ocho años. Diez y ocho años, no veintisiete. — Lo recrimine, no era nadie para hacerlo, pero una parte de mí simplemente me empujo a decirlo.

— ¿Qué? ¿Estás celosa? — Dean alzó la ceja, acercándose peligrosamente a mí. Tragué en seco.

Se escuchó un bufido proveniente de Sam detrás de nosotros.

—A ver, bájense de su nube de amor para poder continuar con el caso, ¿os parece bien, tortolos? Por ahora lo único que tenemos es a un conserje.

—Un conserje medio cucú. —Dean se río bajo.

—Dean.

—Lo siento. — Se volvió a poner serio luego de la llamada de atención de su hermano. — Bien, vayamos a hablar con ese conserje, entonces.

Supernatural | pausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora