Diez y seis.

1.1K 68 19
                                    

No cerraba la boca ni un minuto. Quería poder los brazos para taparme los oídos y dejar de escuchar las estupideces que hablaba, una detrás de otra, me contaba cosas que ni siquiera me interesaban, necesitaba salir lo antes posible de ese lugar, dudaba que estuviera solamente ahí para charlar sobre cosas sin importancia. Mi cabeza estaba ocupada en pensar en dónde estaban Sam y Dean, era seguro de que se habían dado cuenta de mi ausencia hasta el momento, o eso esperaba porque no creía ser capaz de verme aguantando más tiempo al lado de aquel chico de ojos azules.

-Hazme el favor de callarte, por favor. - Pedí luego de unos minutos viendo sus labios moverse sin parar.

-Pero... ¡estaba en el mejor momento de la historia! - Se quejó, algo decepcionado, viéndome incapaz de detectar si era falsa o verdadera.

-Ni siquiera estaba escuchando. - Sentencié y antes de que dijera algo más hable de vuelta: - Y tampoco quiero.

Rodó los ojos, jugando con el cuchillo entre sus manos, dándolo vueltas por el aire con agilidad.

-Eres una aburrida. - qué me importa, pensé. - ¿Te digo algo gracioso? Eres una total damisela en apuros. Digo, primero aquel demonio, ahora yo. Eres fácil de capturar, pobre y tonta Anna.

Me encantaría poder arrancarle la sonrisa de los labios de una sola vez y salir de aquel infierno, pero no podría hacer nada de eso sin antes poder descubrir cómo hacer para soltarme del encadenamiento en el techo, pero parecía un poco imposible. Estaba con la ropa de siempre, pero ninguna de mis armas estaba encima de mí, Kaleb se las había llevado, dejándome totalmente indefensa. Maldigo el día que su madre le dio a luz.

El chico siguió hablando cosas sin sentidos, cuando de repente se quedo callado, haciendo que levantara la vista hasta el, frunciendo el ceño.

-Te has callado. Tú nunca te callas.

-Sh... - Me mando a hacer silencio, concentrado mientras miraba a su alrededor. Tomo mi teléfono de arriba de la mesada de metal, viendo que era este el que vibraba y hacía ruidos, sonriendo. - ¿Hola? - Preguntó con voz cantarina.

Estaba segura que era Dean, tenía que ser él.

-Dean... ¡Dean! - Grité, tratando de que me escuchará.

Kaleb enseguida apunto su mano hacía mí, haciendo que mi cuello comenzara a doler y que el aire comenzara a faltarme, tratando de respirar. Pero era totalmente incapaz, estaba asfixiándome.

-Ajá, si sí. Ella está conmigo, pero eso ya lo sabes. - Siguió hablando normalmente. - Oye, América es un país libre, amigo... Bueno, bueno, tranquilo vaquero en serio--¿no quieres calmarte? Bueno, adiós entonces. - Y cortó.

Conseguí respirar finalmente, tomando una larga calada de aire, sintiendo mis pulmones arder al igual que mi garganta. Joder, unos segundos más y estaba segura de que me habría terminando desvaneciendo. Luego de terminar de toser, alce la vista al muchacho.

-Conocí al famoso Dean Winchester. Déjame decirte, nada educado. - Negó, apretando los labios. - De todas formas le di el tiempo suficiente para poder localizar la llamada, así que, ahora a sentarse y seguir esperando.

No dije nada. Kaleb tenía todo preparado, sabía cuáles eran los planes de los cazadores.

- ¿Te comió la lengua el gato? Sí, conozco lo que hacen y sí, soy más inteligente de lo que piensas.

Tampoco dije nada, me limite a mirarlo fijamente, aguantarle la mirada hasta que el termino por darse por vencido, corriendo la vista ahora fijándose en el suelo, y por primera vez en todo el día no dijo nada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 31, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Supernatural | pausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora