Supernatural | pausada

Doce.

Entramos a un lugar enorme, había gente que se encontraba bailando con la música mientras que otra charlaba. Era como un evento, y si mal no veía se podía leer, “evento de beneficencia al orfanato”. No entendía porque me había llevado allí sin avisar antes que trajera al menos veinte dólares para colaborar, me sentía mal yendo allí sin un centavo para ayudar. A lo mejor nadie se daba cuenta de que estaba en ese lugar sin dinero, a pesar de que todos parecían ser extremadamente ricos. Me relamí los labios, sintiendo como Jackson pasaba una mano por mi cintura, guiándome hasta la barra, pidiendo permiso mientras pasaba por el montón de la gente. ¿La verdad? Nunca pensé que nuestra primera cita fuera allí pero de una u otra forma trataría de disfrutar ya que no estaba del todo mal. Al menos había alcohol.

Iba a pedir una cerveza pero me retracte, pensando en que lo mejor sería mostrarme como las demás mujeres. Pensé en algo que fuera común de tomar en esos lugares, diciendo lo primero que se me vino a la cabeza.

—Champagne. — pedí con una sonrisa, viendo como mi cita pedía lo mismo —. Me habría gustado que avisaras, podría haber traído algo de dinero.

—No hace falta, es lo mismo. Es una cita, se supone que el que tiene que hacer los gastos soy yo. — bromeo, riéndose.

Esperé que su sonrisa me causara algo pero no lo hizo, es más, me sonó chillona, no encantadora como pasaba con Dean. Traté de reírme lo más creíble posible, notando que dejaban el vaso de champagne sobre mis narices. Tomándolo con la mano y dándole un sorbo. Hacía mucho que no la tomaba, refrescaba la lengua y tenía sabor agradable. Me acomodé en el asiento, dejando el vaso de lado.

—Así que cuéntame algo de ti Anna. — dijo, observándome —. ¿Te gusta tu trabajo en el FBI?

—Uhm… sí, es interesante, me gusta ayudar a la gente. — me encogí de hombros —. ¿Y a ti? ¿Te gusta tú trabajo?

—No es que me guste andar viendo cadáveres de aquí para allá, pero me interesa el misterio. No sé, supongo que me atrae ese tipo de cosas. — se encogió de hombros riendo.

Me reí junto a él, asintiendo. Tome otro sorbo de la copa, viendo como mi labial quedaba marcado en esta, me daba igual, en sí el labial duraría lo suficiente, iría luego a retocar el maquillaje. La gente comenzó a bailar moviéndose de un lado al otro, siguiendo el compás de la canción lenta que se escuchaba de fondo. Jackson se bajó de su silla, tomándome la mano educadamente.

— ¿Bailas? — dijo y yo estaba por decir que no, pero sus ojos me convencieron, porque prácticamente me estaban suplicando.

—Vale. — sonreí, bajándome de la silla y acomodando mi atuendo, caminando hacía la pista de baile.

La gente se corrió un poco, dejándonos pasar, dándonos lugar en la pista. Sentí como ponía su mano en mi cintura, tomando mi mano y flexionándola en el aire, en cambio yo, solamente tuve el trabajo de poner la mano desocupada sobre su hombro. No sabía bien a que iba de esto de bailar lento, en sí nunca se me había dado bailar bien, tampoco me interesaba tanto, me traía con cuidado eso.

Moví mis pies al compás de los de él, recordando lo que siempre le decía su madre, no mirar hacia abajo, hacía arriba a un punto fijo para no cometer errores enredando sus pies. Tome un gran trago de aire, sonriendo mientras dejaba que Jackson me acercara más a él. Quería alejarme y decirle que debía irme, pero no lo haría, debía de darle una oportunidad, parecía un chico totalmente bueno y yo no sería capaz de dejarlo tirado solamente por la tonta necesidad de ir con una persona que a lo mejor no podría valer la pena. 

(Recomiendo que escuchen la misma canción del cap. anterior: a thousand years – christina perri. O alguna otra lenta, sino la escena no terminará de trasmitir lo que deseo).