Me encontraba en un lugar sumamente oscuro, no escuchaba, ni veía nada, lo único que sabía era que estaba sobre un colchón por que lo sentía. Me encontraba sumamente triste, no sabía cuanto tiempo llevaba aquí, no sabía como se encontraban mi hermano, Stephen y Sook, no sabía nada y eso era lo que más me frustraba.
- Ya despertaste - dijo una voz y de repente toda la habitación se ilumino dejándome ver lo que había en ella, toda era blanca y solo se encontraba el colchón donde estaba acostada y enfrente de mi se encontraba un cristal totalmente polarizado - ¿Como te sientes? - volví a escuchar la voz y pude ver que venía de una bocina que estaba en el techo.
- ¿Quien eres? - pregunte pero un dolor de cabeza se hizo callar y agarrarme la cabeza.
- ¿Que le sucede? - escuche que hablaban por la bocina. Pero todo se volvió negro, de nuevo.
(...)
Escuche algo de ruido y me acomode en una superficie que estaba sumamente suave, se sentía bien pero de repente recordé todo y abrí mis ojos levantándome de golpe sintiendo un fuerte mareo.
- Diablos - dije y toque mi cabeza.
- Oh, ya despertó mi niña - abrí mis ojos y mire a la persona que se encontraba enfrente de mi. Era una mujer de unos 50 años, quien traía una bandeja con comida y medicina - Le traigo su comida y medicamentos para que se componga - dijo y me extendió la comida la cual tome con desconfianza - No se preocupe - la mire - No tiene nada, el patrón quiere que este sana para el cumpleaños de su hijo - me miro con un poco de lastima.
- Ayúdame a escapar por favor - le suplique a la mujer.
- Mi niña, no puedo - dijo caminando hacia la puerta pero la detuve.
- Por favor - la mire, iba a volver a hablar cuando la puerta de abrió de golpe y allí apareció un hombre muy elegante.
- Vete - dijo y la señora me miro y luego salio rápido, el hombre se me empezó a acercar y yo retrocedía - Mi nombre es Alan Park, dueño de una de las mafias más grandes de este lugar - empezó a caminar de un lado a otro - Claro, después de la de tu padre - dijo y volteo a mirarme y sonrió con malicia.
- ¿Que tengo que ver yo con eso? - lo miro enojada.
- Tu mi querida niña - me mira - Eres la clave para terminar con el imperio de tu padre - lo miro asombrada - No pienso matarte, no soy tan despiadado - empezó a reír, este hombre esta loco - Solo quiero que te cases con mi hijo y tengan un heredero al cual dejarle mi imperio. De esa manera, si el imperio de tu padre no cae, tu al momento de que te cases con mi hijo, tu padre y yo nos volvemos aleados y socios quiera o no - me sonríe.
- ¿Por que no mejor se lo pide? - lo mire confundida.
- Créeme que lo eh hecho - mira por el balcón de la habitación - Pero nunca ah aceptado, por eso tengo que destruirlo o volverlo mi aliado quiera o no, y tu - me mira - Eres la clave perfecta - lo miro con miedo.
- ¿Que le paso a mi familia? - le pregunte asustada temiendo lo peor.
- Ah, ellos - miro su mano - Están bien, mis hombres solo les dispararon en una pierna para que no los siguiera ni nada - dijo y empezó a caminar hacia la puerta - Mañana mi hijo cumple 26 años, espero que te comportes por que serás su regalo prácticamente, así que , mañana vendrá una mujer para arreglarte - abre la puerta y voltea a verme - Y si intentas escapar tu querida familia sufrirá las consecuencias - salio. Maldito, como se atreve a amenazar a mi familia, es un desgraciado.
Mire el balcón y salí para mirar, no sabía donde estábamos, solo veía un enorme bosque eh inmensas montañas a nuestro alrededor. Me senté en un sillón muy como que se encontraba allí, si escapaba iba a morir de todos modos, si la gran altura al caer no me mataba, los lobos lo harían en el bosque.
