Capítulo 6.

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Eran las 7 de la mañana, me dolía mucho el cuello, dormir en un hospital sí que es horrible cuando no eres un paciente. Me levanté, guardé todo y tomé mis cosas, me despedí de mi padre con un beso en su frente.
Salí del hospital y tomé un taxi hacia la casa de Lucia, cuando llegué, la mamá de mi amiga me tenía preparado algo para comer, mis hermanos su Lucia seguían durmiendo.
Así que subí rápidamente hacia la habitación de mi mejor amiga después de comer, y me volví a quedar dormida en la pequeña cama vacía que había desocupada en la habitación, era de la hermana menor de lucy, ella se encontraba lejos con unos familiares, estaba con ellos hace muchos años.

Dormí como 3 horas, mis hermanos estaban abajo viendo televisión, Lucia y su madre ha Ian salido y el su papá ya estaba en el trabajo.
Saludé a mis hermanitos, estaba muy feliz de verlos, les conté todo y les prometí que estaríamos bien.
Ví a Lucia y a su madre entrar por la puerta de repente, pero con ellas se encontraba Edward.

- ¿Enserio? ¿Qué hace el aquí?

- Hola Vicky, primero que nada me alegro de verte - dijo Lucia.

- Disculpa lucy, también me alegra verte.

- Hola Vicky...- dijo Edward.

- Hola. ¿Qué haces aquí?

- Me encontré a Lucia y a su madre hace unas calles, me comentó el incidente de ayer y venía a disculparme, enserio... Solo olvida lo que pasó, solo... Quiero aclarar que no intentaba bromear contigo, tal vez algún día te lo explique, pero lo más probable es que no lo haga.

- Está bien, supongo que voy a olvidar eso.

- Bueno.

- Y... ¡Dime Vicky! ¿Que pasó con tu padre?- dijo la mamá de Lucía.

- Tuvo una crisis respiratoria y un ataque de nervios y pánico al mismo tiempo... Ya sabes porqué.

Al oír esto, Edward cambió su expresión y decidió salir de la casa uno momento.

- Disculpen, ya vuelvo- dijo él.

- Eso suena horrible... Dijeron Lucia y su madre al mismo tiempo.

- Y sí que lo es.

- Solo nos queda esperar que no pase a mayores, hay que pedirle a Dios que se mejore.

Solamente asentí con la cabeza a esto último, sé que la familia de Lucia era cristiana y creían devotamente en Dios, pero personalmente yo no, y traté de que a mis hermanos no les inculcaron esa idea desde pequeños.
Edward volvió a entrar a la casa.

- Disculpa lucy, tengo que irme a mi casa, te voy a pedir el favor que tengas a mis hermanos unas horas más mientras vuelvo - le dije.

- Si, no te preocupes, ve, y cuando regreses te ayudaré a que te relajen un poco.

- Gracias, cualquier cosa te llamo.

-¡Yo te acompaño!- dijo Edward.

-¿ Tú de nuevo?

- Quiero disculparme por lo de ayer, pero su te molesta entonces no.

- No hay problema, igualmente tendré que ir sola y a pie aunque mi casa no esté muy lejos.

- ¡Genial!

- Adiós a todos, vengo en un rato.

Cerré la puerta y me fui hacía mi casa, no podía dejar de pensar en aquella extraña situación del día anterior y el sueño.

-¿Y cómo está tu padre?

- Mejor, supongo.

- Oh, ¿En donde queda tu casa?

-  A unas calles, tú solo sígueme.

- Bien, ahora dime ¿Porqué eres tan bonita?

-¿Qué?- dije confundida.

- Lo que escuchaste, responde mi pregunta.

- Solo... No lo sé, ¡¿Qué clase de pregunta es esa?!- dije riéndome.

- Pues... Pienso que tienes un rostro muy bonito, además se ve que eres una persona linda.

- Gracias... Creo.

Se rió bastante en ese momento, al parecer le parecía su divertido verme avergonzada.
Seguimos caminando, iba algo pensativa, cuando íbamos a cruzar la calle, el rápidamente me toma del brazo llevándome hacía atrás, evitando que una  moto me atropellara.

- ¡Por Dios Vicky! ¡Tienes que tener más cuidado!- se notaba en su rostro la preocupación.

- Yo... Lo siento, usualmente no soy así.

Se quedó observando me con esa expresión de terror en el rostro en silencio hasta que el semáforo cambió. Realmente me sentí extraña en ese momento, el estaba demasiado preocupado por una completa extraña, sus ojos marrón tan brillantes y me permitían ver a través de ellos, era raro, no sé qué.comenzaba a pasarme.
El resto del camino hablamos de tonterías, creo que el había enserio distraerme y hacerme sonreír, llegamos a mi casa, el estaba a punto de despedirse, pero decidí invitarlo a pasar.

- En la nevera debe haber alguna soda o una cerveza si se te antoja, voy a subir a darme una ducha.

Se que no es muy buena idea dejar entrar a tu casa a extraños y menos cuando estás sola, pero algo dentro de mí me decía que no debía preocuparme, de alguna manera sabía que él no me haría daño.

- Bien, te espero aquí abajo.

- ¡Oye!, En la sala tengo un pequeño equipo de sonido, ¿Podrías hacerme el favor de poner música? Necesito relajarme.

- Está bien, pondré de la que tengo en mi celular.

Cuando subí, comienza a sonar Enganchado a ti de mi poderosisimo Enrique Bunbury.
Eso me puso de muy buen humor, salí de la ducha y me puse un pantalón negro y una camisa blanca, recogí mi cabello en una cola de caballo y bajé.

- Te ves muy linda así.

-¡Gracias!

-¿Y qué vas a hacer ahora?

- Iré a comprar algunas cosas para llevarle a mi padre, voy a visitarlo y luego le llevaré cosas a mis hermanos, por ahora es mejor que permanezcan donde Lucia.

- Me parece bien, te acompaño.

- Está bien, agradezco que estés aquí conmigo.

Fuimos caminando, aunque el hospital estaba como a unos 40 o 50 minutos a pie, no me molestaba caminar. Nos detuvimos en un restaurante.
Creo que Edward se dió cuenta de que comenzaba a darme hambre.

- Bien... ¿Y qué quieres comer?

- Deja así, mejor como en la noche cuando llegue a casa de Lucia o algo. No tengo dinero para comer en este momento.

- jajajajaja ¿Y quien dijo que tú iba a pagar? Anda, pide lo que quieras, yo pago.

Estaba a punto de decirte que no, en realidad me daba pena, cuando comienzo a sentir que mi estómago crujía fuertemente, así que acepté.

- Bueno, creo que quiero algo de pollo a la plancha una porción de ensalada.

-¿Solo eso Vicky?

- Mmmm está bien, una porción papás fritas y una gaseosa.

- Y yo quiero el combo que viene con la carne asada, gracias.

Enamorada de ti y los demás (Transtorno de personalidad múltiple) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora