Desperté de golpe, estos sueños ya me están haciendo es daño. Noté que a mi lado estaba sentada aquella mujer misteriosa, la pude ver más de cerca, parecía angustiada y buscaba desesperadamente algo en su bolsillo, rápidamente busqué la foto y se la di.
- Tenga, la recogí y cuando la busqué para entregársela usted ya no estaba.
La mujer me lanzó una mirada asesina, y tomó rápidamente la foto, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
- Es tu culpa- dijo con una voz suave y quebrada.
- disculpe, ¿Que cosa es mi culpa?
- Hablé con el, debiste alejarte.
-¿De quien?
- De Edward niñita tonta.
Omití el hecho de que me halla llamado "niñita tonta" y con mucha paciencia traté de preguntarle:
- ¿Es usted familia de él?
- Soy su madre- dijo cruzándose de brazos.
Estaba a punto de preguntar si se trataba del padre de Edward el hombre de la foto, pero hice caso a la voz en mi cabeza que me dijo que no lo hiciera, (gracias subconsciente).
Quedé en silencio unos instantes y luego recordé que la mujer dijo que ya había hablado con el, así que debería estar consiente.
Entré a la sala y lo vi en la cama, en efecto estaba despierto.
- Hola...- dije en voz baja.
- Hola, ¿Que haces aquí?
- Pues... Me quedé aquí toda la noche no quería dejarte solo, ¿No recuerdas que vine contigo hasta aquí después del golpe?
- La verdad... No lo recuerdo, lo ultimo que recuerdo es el sabor de tus dulces labios.
Llevé una de mis manos a mi cara para cubrirme, sonriendo de manera nerviosa y extremadamente sonrojada.
- Que no me digas esas cosas.
-¿Y porqué no?- dijo riendo.
- Porque me pongo nerviosa ya te lo he dicho.
- Está bien trataré de no hacerlo, pero efectivamente es muy difícil con tus bonitos ojos mirándome todo el tiempo no decirte cosas así.
- Joder es enserio- dije muy apenada.
- Ay está bien- hizo un puchero de lo más tierno.
-¿Cómo te sientes?
- La verdad siento que mi cabeza va a explotar.
-¿ Te han hecho exámenes?
- Si algunos.
-¿ Sabes si que tan grave fue el daño?
- Realmente no lo sé.
Me senté en una silla al lado de la cama y acaricié un poco su cabeza.
- Acabo de conocer a tu madre.
La expresión en su rostro pasó de "niño dulce" a "asesino"
-¿Cómo?
-¿Que te preocupa? ¿Que tiene de malo que la conozca?
- Bueno, en si, se me hace muy extraño no pensé que viniera, yo suelo hacerme cargo de mi vida solo, mayormente quien ve por ella soy yo.
- Está bien, tal vez no fue la mujer dulce que pensé que sería, tal vez me llamó "niñita tonta" y dijo que era mi culpa, pero nada más, no creo que sea algo por lo que deba preocuparme- dije esto último sarcásticamente.
Edward se cubrió la cara con ambas manos.
- Que vergüenza enserio, lamento que te haya dicho esas cosas..
Ella ... Es una mujer un poco complicada, pero no te preocupes, dudo que sea algo personal.-¿Por qué dijo que era mi culpa? Dijo que había hablado contigo.
- Yo solamente le conté que ha ismos salido anoche y después de despedirme ...- dirigió su vista al vacío y quedó en silencio.
-¿Ed? ¿Que pasa?
- N... No te preocupes, ha... Hablaré con ella- dijo aún con la mirada perdida- deberías ir a tu casa en este momento, descansa, yo estaré bien, cualquier cosa te llamo.
No entendía que pasaba, pero aún así me decidí que lo mejor era irme, en algún momento tendría que explicarme.
- Está bien, espero que te mejores, por favor avísame si necesitas algo.
- Bueno... Adiós- dijo mirandome unos instantes con una sonrisa algo forzada y volviendo a ver al vacío.
Cuando salí la madre de Edward seguía sentada en su silla con la foto en manos, pude percibir las lágrimas que escurrían por su rostro y su llanto silencioso, parecía hablarle a alguien en voz muy baja, decidí ignorarla aunque sabía que saldría de este lugar aún más confundida, podría volverme loca incluso.
Fui a casa de Lucía a entregarle su abrigo y darle las gracias por todo.
Le conté todo lo que había pasado y en realidad creo que ella quedó igual que no, tantas cosas que pensamos y nisiquiera pudimos decir al respecto.Debía cubrir a Edward en el trabajo hoy, sería el doble de trabajo, pero también se traduciría a más dinero para mi, y si que lo necesitaba.
Llegué a casa, me di una ducha, me puse el uniforme del trabajo y almorcé con mi padre y mis hermanos.
- Vicky... Se que han sido meses difíciles, así como sé que han pasado muchas cosas de las que no me has hablado y que estaría dispuesto a escuchar, te noto muy rara, usualmente no eres así- dijo mi padre con cara de preocupación.
- Bueno... En realidad si te las conté, iba todos los días a verte y siempre te conté lo que sucedía en mi día, bueno, estabas dormido... Así que...
- Está bien, entiendo, no quieres hablar de eso.
- No es eso, es que nisiquiera se que es de lo que debo hablar, tal vez no es el mejor momento, también he tenido mucho trabajo y ya casi me gradúo.
- Entiendo mi niña, no olvides que siempre voy a estar para hablar contigo, escucharte y aconsejarte- dijo mientras de levantaba de la mesa y recogía los platos.
- Está bien papi- le di un beso en la mejilla a él y a mis hermanos y salí al trabajo.
Antes ya había tenido que hacer un par de turnos sin la compañía de Edward, Felipe también es un buen compañero de trabajo, pero a parte de que me tocó bastante pesado, esta vez sí sentí el vacío de no tenerlo ahí conmigo, supongo que estaba bastante preocupada.
Eran cerca de las 2 de la mañana y ya por fin acababa mi turno, estaba exhausta, pero no era buena irme sola hasta mi casa a esta hora, estaba a punto de llamar a Lucy para que pasará por mi en el auto cuando veo a Edward parado afuera del local esperándome.
-¿Ed?...
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Enamorada de ti y los demás (Transtorno de personalidad múltiple)
Teen FictionParecía ser un día común y corriente, pero la vida de Victoria, una chica "normal" de 17 años estaba a punto de cambiar para siempre. Conoce a un chico nuevo de su escuela y el día siguiente su padre quedaría en coma. Poco a poco Victoria va a conoc...