Capítulo 18.

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- Bien chicos, todo ha salido perfecto, todos ustedes tendrán sus comisiones mañana, ya se pueden ir a casa, Marck les dará el dinero de su transporte- dijo mi jefa Katherin.

Creo que no pude haber conseguido un mejor trabajo que este, está pareja era muy gentil con todos sus empleados y era muy agradable el ambiente.

Toda la noche estuvimos jugueteando con Edward, volvía a ser mi amigo, y eso me hacía muy feliz, Lucia y él eran las personas más cercanas que tenía en el momento.
Era la 1 de la mañana, cuando por fin pudimos irnos a casa, así que Edward y yo tomamos un taxi para estar más seguros.

Puede que hallamos bebido un poco, pero estaba en mis 5 sentidos aún, en el taxi me quité los tacones y me puse los tenis, veníamos riendo y charlando.

Cuando ya íbamos llegando a mi casa Edward se acerca a mi para despedirse; normalmente me habría dado un beso en la mejilla, nada del otro mundo, pero cuando se acercó para hacerlo... Sus labios quedaron muy cerca de los míos, se detuvo justo ahí por unos instantes, me miró a los ojos, luego miró directamente a mis labios y sonrió, me dió un beso en la frente, pagó el taxi, y me abrió la puerta para que me bajara.
Yo estaba muy confundida y por alguna razón demasiado nerviosa, se quedó en el taxi, afuera de mi casa hasta que entré para asegurarse de que entrara a salvó y luego se fue en el mismo.

Tenía el corazón a mil, no sabía que pensar, ¿Había estado a punto de besarme? ¿Lo hizo a propósito? ¿Porqué no hice nada? No puede ser ¿Me estaría enamorando de el? Eso no podía ser, no tenía ningún tipo de interés en el... Al menos no en ese sentido.
De repente vinieron a mi todos los pequeños momentos que había pasado con el, como el mirador, la galería, sus visitas, lo que acababa de pasar, y sentí como mi corazón volvía a latir con fuerza al pensar en eso, y la... Sonrisita tonta que aparece sola en mi rostro. Esto no podía estar pasandome, no él... Era demasiado extraño y tenía algo de miedo de lo que pudiera pasar.

Tomé el teléfono y le conté todo a Lucia en un mensaje, sabía que no lo vería hasta la mañana, ya que era demasiado tarde.
Me puse la pijama y me fuí a la cama.

En la mañana me levanté temprano, fuí a ver a mi padre, seguía igual ...
Luego volví a mi casa por unas cosas, para ir a ver a mis hermanos, y cuando salí encontré a Lucia esperándome en el auto.

- Súbete, yo te llevo a la casa de tu tío.

Me subí y en seguida sentí sobre mi la mirada arrolladora de mi mayor amiga.

- Ví el mensaje está mañana Vicky.

- Aaaah, con que lo viste...

- Así es, así que tienes mucho que explicarme querida amiga.

Fuimos todo el camino hablando de todo lo que me había pasado con aquel extraño chico.

- En mi opinión profesional, Victoria- hizo una pequeña pausa y prosiguió- estás enamorada del rarito guapo.

- Vamos... No puedes darme un diagnóstico tan vago doctora Lucia- dije riendo nerviosamente.

- Pues... Piénsalo bien, en realidad sólo tú puedes saber eso, aunque yo como tú mejor amiga y psicóloga personal digo que si sientes cosas por el...

- Bueno... Es realmente guapo, no puedo negar que me encanta de cierta manera, y pues... Es encantador y brillante, también he visto algo de su espíritu y sus sentimientos, es cierto que estar con él es increíblemente agradable y... ¡No puede ser Lucia! ¡Estoy enamorada!

- Ya lo ves- río - por tu manera de hablar y pensar de él, tú misma te diste cuenta de lo que sentías.

- Esto no puede ser, ¿No has pensado que el chico probablemente esté loco y que sea quizá un desquiciado buscado por la policía?

- No lo sé, la que está enamorada eres tú Victoria- río como una loca.

-¡Hey, ten cuidado, vas manejando!

- Lo siento, tú sabes que no logro controlarme.

- No me gusta nada de esto, será mejor que deje de sentir lo que sea que estoy sintiendo por Edward antes de que sea tarde o algo pase, tengo un mal presentimiento.

Enamorada de ti y los demás (Transtorno de personalidad múltiple) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora