Capítulo 17.

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Comencé a mirar hacia todos lados en busca del otro empleado... Felipe, creo que se llamaba, pero solo estábamos Edward y yo en el lugar, noté que me me miraba un poco nervioso, no parecía el.

-¿Qué sucede Ed? Hoy estás algo extraño.

- N...No te preocupes, no es nada.

- Hoy nisiquiera me saludaste en el colegio, ¿Seguro de que estás bien?

- Claro Victoria.

En seguida entró un muchacho por la puerta, noté que traía prisa.

-¡Hola! Tú debes ser la nueva- dijo tratando de controlar su respiración, al parecer venía corriendo o algo así.

- Si... ¿Osea que solo serenos los tres a cargo del lugar?

- Así es, no creo que necesitemos a nadie más, te explicaré, yo soy el encargado de la caja, tú y Edward más bien se encargan de atender, Edward usualmente es el encargado de servir los tragos, por mucho tendrás que aprender a servir todo tipo de cafés, aunque, siempre tratamos de ayudar en todo, así que si estoy ocupado, probablemente debas ayudarme a atender la caja, no te preocupes, si necesitamos ayuda, podemos llamar a algunas personas que de vez en cuando vienen a trabajar por una pequeña comisión, pero normalmente solo necesitamos 3 o 4 personas.

- Baya... Todo eso suena rudo, quiero decir, es mucho que hacer y aprender.

- Tranquila, igualmente tú horario no sería muy extenso, así que compensaría la cantidad de trabajo.

- Bien, entonces enséñame.

Pasé todo el resto de la tarde aprendiendo a atender, servir, manejar la caja, incluso a la limpieza del lugar, en poco tiempo se me quitaron los nervios.
Noté que todo el tiempo Edward había estado distante, trataba de evitarme y cuando lo llamaba, reaccionaba asustado y/o confundido, en varias ocasiones tenía que llamarlo más de tres veces aunque estuviéramos cerca, es como si hubiera olvidado su nombre.

Cuando salí del trabajo me fuí a tomar un autobús hasta mi casa, no estaba lejos, pero comenzaba a anochecer y no me gusta estar muy tarde en la calle sola.

Caminaba en dirección a la parada del autobús, cuando Edward me alcanzó dando un pequeño salto.

-¿Te acompaño?- preguntó.

- Iba a tomar el autobús.

- Pues vamos caminando.

- Está bien...

Hubieron unos segundos de silencio incómodo, que parecieron una tortuosa eternidad.

- Edward... ¿Porqué has estado actuando tan extraño?

-¿A... A qué te refieres?- preguntó riendo nerviosamente evitando mirarme.

- Mmmm supongo que es inútil preguntar, tal vez solo lo estoy imaginando.

Fuimos caminando y hablando del trabajo, pero sentía que algo no andaba bien con el, pero no sé supone que debiera importarme tanto, aún es casi un extraño para mí y aún así le he dado demasiada confianza, supongo que se la ha ido ganando con mucha rapidez.

Llegamos a mi casa, se despidió de mi y se fue. Entré a la casa, comí algo y me fuí a la cama.

Pasaron un par de semanas, ya me iba a acostumbrando al trabajo, casi siempre me tocaba desde la 1 de la tarde a las 5 o 6 y para mí estaba perfecto, tenía tiempo de visitar a mi padre apenas saliera de estudiar o en las noches, y visitaba a mis hermanos una vez q la semana.

Edward era distante y de vez en cuando me hablaba, cuando lo hacía, era muy forzado y fingido, era como si fuera otra persona pretendiendo ser el, o tal vez era demasiado raro y simplemente no lo conocía, por lo que se me hacía aún más extraño.

Eran las 4 de la tarde, era viernes y no había tenido que trabajar, por lo que estaba sola en mi casa haciendo todo mi trabajo extra.
Sonó mi teléfono y contesté, era mi jefa Katherin.

-¿Hola?

-¡Hola Victoria! ¿Como has estado?

- Muy bien, gracias por preguntar señorita Katherin, ¿A qué se debe la llamada?

- Necesito que vengas inmediatamente, tenemos un evento muy importante y necesitamos personal, dime tu talla de camisa y de pantalón.

- Soy talla S de camisa y L de pantalón ¿Para qué necesita saberlo?

- Pues, tengo que darte un uniforme adecuado, aquí te esperamos, ven arreglada, muy elegante, tacones negros, cabello adecuadamente recogido, llega a 5:30 por favor, el evento

a las 6 y tienes que caddsddmbiarte.

- Muy bien, a las 5:30 llego.

- Recuerda que esto vale por horas extras y te pagamos el transporte a tu casa, porque puede que termine tarde.

Colgué el teléfono y salté de la cama, tomé una ducha rápida y me preparé, comí algo rápido antes de salir, empaque en mi bolso los tacones y me fuí en unos cómodos tenis, tomé el autobús para llegar más rápido.

Llegué justo a tiempo, allí estaban mis jefes, Edward, Felipe y otros empleados de turno, todos con sus uniformes, corriendo por todos lados, preparando platillos, bocadillos, bebidas especiales, decorando todo, acomodando el equipo de sonido, etc. Mi jefa me llevó a la pequeña bodega y cerró con llave.

- Toma, Póntelo rápido- me entregó el uniforme- también ponte estos pendientes, este broche y este accesorio de cabello, te los obsequio, pero traemos siempre que halla un evento

- Muchas gracias.

Noté que todo era de plata y el broche tenía también oro, se notaba que eran muy finos.

Me puse el uniforme, una camisa blanca de cuello con un listón negro y un pantalón negro a la cintura, la verdad me veía muy bien.

Salí y comencé a ayudar a decorar con las luces, luego ayudé a acomodar los bocadillos y a preparar el resto de las bebidas, me coloqué los tacones para ir a recibir a los invitados.

- Victoria y Edward, vayan por la otra puerta a recibir a los músicos y llevenlos a la tarima- dijo nuestro jefe Marck.

Edward y yo fuimos, en todo el tiempo no habíamos hablado, nisiquiera me saludó, así que tampoco lo hice. Salimos, recibimos a los músicos, Edward se me acercó para decirme algo.

- Quédate aquí, ya vuelvo- dijo en voz baja.

Se fué con los músicos y tardó unos minutos, mientras tanto yo recibía invitados. Cuando volvió, se abalanzó sobre mi y abrazó fuertemente levantándome un poco del suelo, estaba demasiado confundida.

-¡Te extrañé mucho!- gritó.

-¿a qué te refieres? Ayer fué la última vez que nos vimos.

- Siento que no te he visto en semanas, pequeña, por cierto no te ves tan pequeña con ese uniforme, te queda muy bien.

- Gracias, creo, ahora, ¿Puedes bajarme? Tenemos trabajo.

- Ay es cierto, lo siento.

Me soltó de inmediato entré al café para seguir trabajando. Estaba muy confundida, pero también me sentía... ¿Bien? ¿Feliz? Por lo que acababa de pasar, era como volver a estar con el Edward que conocí y verdaderamente lo extrañaba, ese chico juguetón y encantador.





Enamorada de ti y los demás (Transtorno de personalidad múltiple) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora