Capítulo 29.

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Robert no se callaba, lo último que recuerdo es ver la esquina de mi casa por la ventana ya llegando, me volvieron a dejar dormido, solo espero por favor que nada malo le pase a Vicky.

~Robert~

Por fin, acomodé mi camisa y saqué la billetera para pagarle al taxista.

Entré a mi casa, la madre de Edward se encontraba de nuevo viendo series de televisión viejas hasta tarde sin parar.

Me puse ropa cómoda y me recosté para dormir, me encontraba mirando al techo mientras planeaba todo lo que haría ahora que tengo el control total, lo primero sería alejar a esa chiquilla, eso no sería difícil, es lógico que el anormal de Edward la ha estado espantando.

Estaba sentado en un rincón de una oscura habitación, llena de siluetas conocidas, Edward yacía profundamente dormido a mi lado, todo estaba como debía, de repente veo cómo una luz aparece en el centro de la habitación cegando mis ojos, todos los demás tratan de esconderse, pero furioso me trato de acercar a aquella luz, era Victoria ¿Que diablos hace ella aquí?

- Tienes que irte, ni permitiré que te le acerques más.

Pérsico que ella no puede verme y comienzo a caminar al rededor de ella.

- aléjate de él.

Vuelvo a tomar asiento, mirándola con  odio, desde mi lugar noto como poco a poco se acerca a Edward.

-¡Te dije que no te acerques!- grito completamente enojado.

Es como si ella no pudiera escucharme. Me levanto para tratar de quitarla pero mis esfuerzos son en vano, ni siquiera logro tocarla.
Me puse en frente de ella y la miré fijamente.

Me desperté demasiado agitado esto no puede estar pasando, bueno, solo es un sueño, supongo que no debo preocuparme.

Me acomodé para volver a dormir, pero al no conseguirlo me levanté, eran las 4 de la mañana apenas.

Fuí a darme una ducha, y a prepararme para ir a... Un momento, no tengo que estar fingiendo que soy Edward, no volverá a ir a la escuela aunque ya esté a punto de terminar... Apenas faltan un par de semanas no sé tal vez le diga a Anthony que vaya en su lugar.

Está bien creo que es hora de irme.

~Anthony~

Agh aquí estoy de nuevo.

Desayuné y le dejé desayuno preparado a la madre de Edward.

Cómo era demasiado temprano decidí ir a caminar por la ciudad, encendí un cigarro y me senté en un banco a fumar, hacía demasiado frío, no sabía qué hacer, definitivamente se estaba convirtiendo en un problema mantener a Robert alejado de la luz, si lo dejamos salir puede ser peligroso, y si no lo dejamos... Ya vimos lo que puede hacer, puede causarle mucho daño a Edward, supongo que sí me esfuerzo por mantenerme en la luz podría.evutarlo, por poco al menos.
¿Debería contactar a un psiquiatra? Mi anterior psiquiatra casi termina demandando a Edward, supongo que será complicado encontrar uno que esté dispuesto a trabajar con nosotros por nuestro historial.

Lástima por la chica. Me levanté del banco, arrojé el resto del cigarrillo al piso y lo pise. Miré la hora. 6:10 am aún es temprano, fuí caminando mientras escuchaba música en mis audífonos.

Llegué a la escuela temprano, me senté y era el primero en llegar, minutos más tarde veo entrar a Victoria, se veía sorprendida por verme, bueno, ver a Edward supongo.

En todo el día traté de evitarla, pero lo que si no pude evitar fue notar en ocasiones como me miraba, bueno a Edward, estaba confundida y muy triste, lo pude percibir, algo dentro de mi se conmovió, así que para la salida de la escuela ya había preparado un plan.

Dejaría a Edward salir un momento mientras yo ayudaba a evitar de Robert tomara la luz, para que pudiera explicarle a esa pobre chica todo lo que sucede, esta era su única oportunidad, no se sabe lo que pueda pasar más adelante.

~Edward~

No lo lograré, ella se va a ir al saberlo, me dirá loco. Tienes que hacerlo o de lo contrario la estás perdiendo.

-¡Hey!- le dije mientras me acercaba a ella.

-¿Qué quieres?- respondió con un tono frío.

- Vamos... No me hables así por favor- le dije tratando de ocultar lo mucho que me había dolido el tono con el que me contestó.

- Lo siento, ¿Qué sucede?

- Bueno ¿Es que ahora no podemos hablar o que?

- Has estado tratando de evitarme y ahora me hablas como si nada.

- Agh... Lo siento mucho, tengo algunas cosas que decirte y explicarte, antes de que tal vez ya no pueda hacerlo y por eso trato de tomarlo con toda la calma posible- dije mientras la tomaba de las manos y la miraba a los ojos, no me decía nada entonces le dije- Dame la oportunidad de aclarar todas tus dudas y ofrecerte mil y una disculpas por lo que haya pasado.

Me miró incrédula y soltó un largo suspiro.

- Está bien... Dime.

Lo pensé unos instantes y no era el mejor momento.

- Emmmmm, ¿Tienes algo más que hacer ahora?

- No, ¿por?

- Vamos al mirador, creo que no es el mejor lugar para hablar.

- Está bien.

En el camino no hablamos mucho como solemos hacerlo, le ofrecí de las crepes que siempre compramos y no quiso, dolorosamente para mí, tampoco disfruté de su maravillosa risa en todo el camino. Los nervios me comían por dentro, pero debía poder controlarme para no fallar en mí cometido.

Ya en el mirador ella se asomó a ver la ciudad y con la mirada distante y algo perdida me dijo:

- La ciudad desde este lugar de ve muy diferente de día que de noche como solemos venir ¿No?

- Si... Así es.

-¿Qué ibas a decirme?

Me armé de valor y traté de buscar rápidamente las palabras adecuadas.

- Vicky... Mi dulce y hermosa Vicky... No sé cómo decirte esto Imagino lo confundida que debes estar.

Ella permanecía en silencio y evitaba mirarme a los ojos. Tomé su rostro y la hice verme fijamente, de alguna manera su mirada me calmaba un poco. Estaba dispuesto a decirle todo, no podía seguir ocultando mi problema así la lastimó, la confundí, y ella se quiere alejar no importa, solo quiero q sepa la verdad.

Continúe.

- De verdad no encuentro las palabras...

En ese momento un dolor insoportable azotó mi cabeza sin parar, sentía que iba a explotar.

- ¡Agh! - me duele demasiado la cabeza.

-¿Estás bien? ¡Por Dios estás sudando demasiado!

Enamorada de ti y los demás (Transtorno de personalidad múltiple) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora