Capítulo 1.

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Me desperté esta mañana con una extraña sensación en el pecho, decidí no prestarle mucha atención y me levanté de la cama, eran las 5:30 AM, ya era hora de irme a la escuela, estaba cansada, no había podido dormir muy bien anoche, me acosté muy tarde por hacer trabajos, creo de dormí 3 o por mucho 4 horas. Me dirigí directo al baño, me ví al espejo, noté las prominentes ojeras que opacaban mis grandes ojos verdes, me bañé, me vestí con lo primero que encontré y traté de peinar un poco mi cabello corto y ondulado, tomé mis cosas y bajé a la cocina.
Cuando bajé, encontré sorpresivamente a mi padre con una gran sonrisa y con el desayuno listo en la mano.

-¡Genial. Waffles!- le dije, muy emocionada. En seguida bajaron mis hermanos menores, un par de gemelos muy adorables e irritantes, -la pequeña Lili y el pequeño carlos- pensé al verlos con sus uniformes listos para ir a estudiar.

- Aquí está su desayuno niños- dijo mi padre.

- Gracias pa, ¿Y este milagro? No sueles tener tiempo para cocinar a está hora.

- Quería tener un bonito detalle con mis amados hijos, así que me levanté temprano - me reí.

Después de desayunar, salimos de la casa, mi papá llevó a mis hermanos a la escuela y yo como todos los días me fuí en el autobús sola.

Llegué a la escuela, hacía al menos una semana y media. En cuánto entré al salón noté que aún no había llegado nadie, hoy llegué temprano de milagro, me senté y me puse a revisar mi celular, cuando de nuevo sentí esa extraña sensación en el pecho, no me gusta sentirla, generalmente cuando eso pasa significa que algo va a pasar, algo importante, algo malo, algo extraño, depende que pueda ser, pero me preocupa.

Al cabo de unos 10 minutos comenzaron a llegar mis compañeros, entra mi mejor amiga y se sienta a mi lado como siempre.

- No me vas a creer Lucía - dije mientras se me escapaba un largo bostezo. - No dormí nada anoche.

- Vicky, tú nunca duermes, te he dicho que debes relajarte un poco más con lo trabajos que nos ponen.

- lucy amiga mía, aún así aquí estoy radiante como siempre - dije en tono sarcástico - y pues... Como siempre, aquí están los trabajos hechos y eso me ayuda más a descansar que dormir.

- Como digas cariño, mírate pareces un fantasma. En seguida saca algo de rubor y lo pone en mis mejillas, también me presta un labial color carmesí que adoro.

- Creo que me veo y me siento mucho mejor.

El maestro de química nos interrumpe entrando ruidosamente como cada mañana que nos toca clase con él, me agrada, tiene una gran energía.

- Chicos, hoy tenemos a un estudiante nuevo con nosotros, espero que le den la bienvenida, en algunos minutos va a entrar. Comencemos con la clase.

Empezó a explicar cosas que ya sabía, por lo que no le puse demasiada atención, me quedé pensando en aquella extraña sensación, cuando de repente por la puerta del salón entró un chico que se veía muy buena onda y además era bastante guapo.

- ¡Entra Edward! ¡Bienvenido! Te estábamos esperando.
Dijo el maestro.
El pasó y se sentó en una puesto diagonal a la derecha al mío. Cuando lo ví, la extraña sensación en mi pecho se intensificó haciendo que me perdiera por completo, supongo que estuve algunos minutos con la mirada perdida, hasta que lucía tocó mi hombro para preguntarse si estaba bien.

- ¿Estás bien Vicky?

- Si, no te preocupes solo me distraje pensando.

Enamorada de ti y los demás (Transtorno de personalidad múltiple) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora