No querría estar en otro lugar

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Día 23. Tren de las 17:15

Alba se separó para obligar a Natalia a mirarla a la cara.

-¿Qué quieres decir con eso?-

-Va a ser complicado, tengo miedo de que el camino sea largo, y difícil para ti, comprendería que no lo soportases...-

-Eso no pasará. Natalia, no pasará, debes creerme. Si tú...- Inspiró para tomar el valor para lo que iba a decir -Si tú me quieres a tu lado, entonces ahí estaré-

-Abrázame- dijo la pianista hundiendo su mirada en la suya

Alba no se tomó tiempo para pensar, se dio vuelta en su asiento y rodeó a madre e hijo con sus brazos.

-Te necesito- murmuró con la cabeza en su pecho -Te necesito tanto-

Alba la mantuvo pegada a ella y sabía que podía escuchar su ritmo cardiaco acelerándose. Sabía que era inútil hacer como si nada, así que esperó pacientemente a que la morena le preguntara. No tuvo que impacientarse mucho tiempo, porque enseguida Natalia se movió para poner su oído en su corazón.

-Tu corazón late tan rápido-

-Entiendo que tú...que tengas miedo de poner nombre a todo eso, pero...- sintió a la pianista tensarse, pero, al ver que no decía nada, comprendió que podía continuar sin molestarla.

Desechó la pregunta que deseaba hacerle sobre una oportunidad para ellas, y se decidió por un nuevo ángulo de acercamiento

-¿Por qué no quieres poner nombre a esto?-

-No estoy preparada-

-Sin embargo, eres tú quien...haces más avances. Yo intento mantenerme atrás Nat...Natalia, pero...cuando tú pones tus manos sobre mí todo se hace...mucho más difícil-

Alba se imaginó que la pianista iba a poner distancia entre ellas, pero se sorprendió al ver que se producía lo contrario. La joven se acercó más a ella y apoyó parte de su espalda contra su vientre, su hijo al resguardo en sus brazos.

-Tengo la sensación...de necesitarlo. Tocarte, abrazarte, sentir tu mano, tu piel, eso me da la seguridad de que...-

-¿De qué?-

-De que eres real- dijo en un susurro

-¿Por qué no lo sería

-Porque todo es demasiado hermoso para ser verdad-

Alba apoyó su cabeza en el hueco de su hombro. Su posición no era la más confortable y sin embargo, nunca se había sentido tan bien. Natalia inspiró y acarició los cabellos de su hijo, como dándose valor para proseguir.

-Etiquetar...volvería todo más real....y mientras no sea verdad,...tampoco puede ser roto. No se puede destruir lo que no existe, poner un nombre, es hacer que exista y volver todo más...vulnerable-

-Salvo que tú sabes que existe- respondió ella suavemente

-Lo único que se hará real si lo nombramos no son lo sentimientos, pues ellos están ahí y tú lo sabes, sino sencillamente la aceptación de su presencia-

Natalia no dijo nada durante unos instantes, seguramente reflexionando sobre las palabras de la rubia.

-¿Tener sentimientos es engañar?-

-¿Qué quieres decir?-

-Le echo en cara a Alicia el haberme engañado, pero...experimentar sentimientos por otra mujer, querer poner fin a mi matrimonio por esa otra mujer, ¿no es engañar?-

Asiento 3520Donde viven las historias. Descúbrelo ahora