Se habría llamado Minerva

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Día 35 07:45

-¿Vamos a vivir los tres?- preguntó el pequeño a la joven que aún no se había movido.

Alba tragó saliva y empezó a despertar a Natalia que hundía su cabeza en su cuello para luchar contra el despertar. Intentó pellizcarle la espalda o las nalgas, pero el efecto fue el contrario. En vez de despertarse, Natalia gruñó pasando su brazo alrededor de la rubia y pegándose completamente a ella. Ella intentó moverla un poco más sin desviar los ojos del niño, como si fuera una animal peligroso que no hay que dejar de mirar bajo ningún pretexto si se quiere salvar la vida.

-Un poco más cariño- masculló la morena comatosa

Alba habría querido poder disfrutar plenamente de ese apelativo, pero no lograba concentrarse bajo los ojos como platos del pequeño que comenzaba a sonreír de oreja a oreja.

-¿Eres el cariño de mamá? Belo dice a bela, cariño, así que tú eres la enamorada de mamá- dijo él levantándose para ponerse a salar en la cama

-No, Santi, yo...- comenzó ella sintiendo a Natalia pegarse aún más.

-¿No eres la enamorada de mamá?-

-No es eso, es que...-

-¿Por qué tonces memes con ella?- preguntó él mientras se sentaba perplejo

-No, yo, duermo con ella porque...-

-¿Vas a vivir con nosotros?-

-Santi, yo...Es tu mamá quien te va a hablar de todo eso- dijo ella con poca convicción

-¿Tú no queres?-

-¿Hablar contigo?-

-Vivir con nosotros...-

-Santi, mi vida, no es eso, en absoluto, yo adoro a tu mamá-

-¿La queres?- dijo él con la sonrisa de oreja a oreja.

Alba no sabía dónde meterse, cómo actuar, qué decir. Pellizco mucho más fuerte a morena que se despertó de golpe gruñendo. Le llevó un momento distinguir algo entre sus cabellos, todos despeinados.

-Pero, ¿por qué me has hecho daño?- preguntó con una voz quejica y adormilada.

Pasó una mano sobre su rostro para colocar sus cabellos y se enderezó al ver finalmente a su hijo.

-Santi, ratoncito, ¿qué haces aquí?-

-Me he depetado- dijo con toda naturalidad

-¿El abuelo y la abuela no están contigo?-

-No- -¿Dónde están?-

-Mumú-

-¿Y te has levantado solo?-

-Abazo de mañana- Natalia suspiro separándose de Alba.

Miró a su hijo un instante y le hizo seña de que se acercase. El pequeño moreno no se lo hizo repetir y se deslizó entre ellas, pegándose a su madre. Se dejó mimar un poco, después se contorsionó para mirar a Alba con una gran sonrisa.

-¿Tú vas a casarte a mamá?-

-Con mamá, casarte con mamá, Santi- dijo Natalia antes de pensar en las palabras -En fin, quiero decir...No, no es que...Alba y yo no...Santi, ¿qué me haces decir?-

-¿No queres?- preguntó inocentemente el niño que no comprendía por qué su madre estaba nerviosa.

-No, yo...no es eso...Pero nosotras estamos...-

Asiento 3520Donde viven las historias. Descúbrelo ahora