¿Voy a conocer a tu madre?

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Día 29 05:30

Alba saltó de golpe al escuchar sonar su despertador por todo el apartamento. Se dio prisa en apagarlo sin comprender, en un primer momento, por qué le costaba moverse. Se fue acostumbrando poco a poco a la oscuridad y notó a su compañera moverse, despertando en ella todos los recuerdos de esa noche. Sonrió al verla luchar por permanecer dormida.

Natalia estaba echada sobre ella, pecho contra pecho, apenas cubierta por una sábana que le llegaba a los riñones, y Alba sonrió divertida al ver esos cabellos negros despeinados desperdigados por todos sitios. Los acarició un poco para despertarla dulcemente, y vio que lo había conseguido cuando sintió su mano acariciarla a su vez. La morena rozó su pecho con la punta de sus dedos y la besó a la altura de la clavícula.

-Hay que levantarse- dijo ella pero sin moverse, cubriendo la piel de la rubia de besos.

Sus cabellos le cosquilleaban en la piel, provocando ligeros estremecimientos.

-Tenemos cinco minutos- ronroneó Alba bajo sus dulces atenciones.

Natalia se incorporó y miró su rostro durante un momento antes de besarla.

-Me gusta tu pelo al despertar-

-¿Esta masa uniforme?- preguntó cogiendo un mechón.

-Están sin orden, tan salvajes, estás hermosa-

Alba no consiguió formular una respuesta de lo cerrada que tenía su garganta. Entonces, en lugar de eso, se incorporó para besarla. La morena apartó su pelo para dejar libre su cuello y depositar en él sus besos. Besó lánguidamente la piel sensible de esa zona y la rubia no pudo evitar gemir.

-Natalia- suspiró ella

-Ok, sí, mejor nos levantamos- dijo ella de repente poniéndose en pie.

Alba se sorprendió ante la repentina ausencia de su calor y tragó saliva al verla cubrirse con la sábana, que, poco a poco, la dejaba a ella al desnudo.

-Ni hablar- dijo tirando de ella hacia abajo, haciendo caer a la morena que emitió un gritito de sorpresa. La aferró por la cintura y la hizo rodar para colocarse encima, disfrutando de sus risas.

-Señorita Reche, vamos a llegar tarde-

Ella la besó antes de gruñir de frustración

-No me gusta cuando tienes razón-

-Siempre tengo razón-

-Salvo cuando la tengo yo-

-Nunca más volverás a tener razón conmigo-

-Si te gusta pensar eso, me parece bien fingir-

Recibió un golpe como respuesta y se dio prisa en ir a buscar una camiseta y un pantalón corto, todavía no muy cómoda de andar desnuda ante testigos.

-¿Quieres ir primero a la ducha?-

-Ok- contestó levantándose todavía enrollada en la sábana, y dirigiéndose hacia el cuarto de baño -O podemos proteger el medio ambiente ahorrando agua si te unes a mí-

-Hm...Es importante el medio ambiente- respondió Alba poniéndose seria

-Lo es-

Natalia caminó hacia la ducha y dejó caer la sábana que la cubría, quedando completamente desnuda, de espaldas a su compañera. Se dio ligeramente la vuelta y la miró por encima del hombro. Le guiñó el ojo y entró en la pequeña cabina de la ducha. Alba no tuvo necesidad de que se lo dijera dos veces y entró en la ducha a continuación.

Asiento 3520Donde viven las historias. Descúbrelo ahora