Ella es estúpida

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Día 38 Tren de las 17:15

-Hola- dijo Natalia sentándose en su asiento, depositando un beso en los labios de su compañera

-Hola- dijo Alba después del beso -¿Qué tal el día?-

-Instructivo. Vi a mi abogado de doce a dos. Por lo pronto, como vamos a compartir los bienes amigablemente, la tarde del próximo miércoles la pasaremos Alicia, su abogado, el mío y yo repartiendo los bienes. Ellos se ocuparán después del papeleo-

-Aleluya, una cosa menos- exclamó la rubia levantando las manos al cielo, feliz al ver a su compañera sonreír.

-Sí, es verdad. Solo espero que el juez no vaya a crear problemas...-

-¿Por qué lo haría? ¿Por qué un juez metería las narices? Eso no tiene nada que ver con Santi, que yo sepa-

-No, sí, en fin, es lo que mi abogado me ha explicado. El juez está al corriente de todo, del divorcio, de la repartición de bienes y de la custodia del niño. Es de eso de lo que tengo miedo, ya está bien que Alicia haya pedido una prestación compensatoria por...-

-Para, para, traducción, ¿la prestación compensatoria es cuando el o la rica de la pareja debe dar dinero al más pobre para que no tenga que cambiar su tren de vida?-

-Sí, es eso-

-Ok, gracias, continúa...Así que tienes miedo de que pida una prestación compensatoria porque...-

-Porque...espera me he perdido- dijo ella mordiéndose el labio

-¿No sabes lo que ibas a decir?-

-He perdido el hilo...-

-Es el efecto Reche, hace perder la palabra a las bellas pianistas- dijo ella hinchando el pecho llena de orgullo

-El efecto Reche es, sobre todo, que a fuerza de ser tú, haces imposible hilar tres palabras sin perderse- dijo Natalia que parecía rebuscar en su mente la frase que quería decir

-Tengo ese efecto sobre todo en la cama, según dicen-

-¡Qué mujer más modesta!- suspiró ella

-En efecto lo soy, yo...-

-Alba, basta, déjame que recuerde mi frase- exclamó la joven poniendo sus manos en las sienes

Alba la miró, bajó la cabeza, se pellizcó discretamente la piel del vientre para hacer aparecer las lágrimas, y volvió a alzar su mirada enarbolando una expresión de cachorrito apaleado perfectamente ensayada. Para poner la guinda, hizo temblar ligeramente su labio inferior mientras ponía su mano en en el muslo de la morena.

-Es la primera vez que me gritas desde que estamos juntas- dijo con una voz de niña triste

-Eres...horripilante- se irritó Natalia que, visiblemente, estaba a punto de ceder, y se negaba a hacerlo.

-¿No te diste cuenta cuando nos conocimos?-

-Sí...Debí desconfiar más-

-Así que...Tienes miedo de que pida la prestación compensatoria porque...- repitió ella evitando echarse a reír

-Porque...porque...Ah sí...Como ella gana menos que yo y tiene un tren de vida superior a sus ingresos, puede pedir una. Es por eso que prefiero dejarle la casa, por ejemplo, sale ganando si tenemos en cuenta su valor, y eso me permite no estar ligada a ella por eso. Después pienso que va a pedir la custodia de Santi, y no deseo que el juez pida un informe social-

Asiento 3520Donde viven las historias. Descúbrelo ahora