8.

247 34 11
                                    

Cierto caballero se acercó entonces hasta donde estaba ella. Momo ignoró la presencia en un principio, pues no conocía al susodicho. Este tampoco se pronunció. Sus ojos estaban fijos en la danza.

- Baila usted admirablemente, señorita – dijo de pronto -. Disculpe mi atrevimiento. ¿Me concedería el próximo baile?

Aquello sí que fue sorprendente.

- Disculpe mi falta de memoria, señor, pero no recuerdo habernos presentado.

- La pieza ha terminado, fíjese – dijo el extraño -. Le suplico que responda rápido o me veré obligado a esperar más de lo que gustaría, señorita.

- Nunca he bailado en condiciones semejantes. No creo que sea apropiado, señor.

- Le prometo presentarme durante el baile. Si conoce mi identidad antes de que termine la pieza, no habrá bailado usted con un extraño, sino con un recién conocido. Eso es suficientemente apropiado.

Las razones por las que Momo accedió fueron un misterio incluso para ella. La emoción de bailar con un completo extraño, que por lo demás era increíblemente atractivo, era inexplicable. Momo comprobó que su técnica de baile era asimismo impecable.

- Bien, he accedido a sus demandas, señor – dijo Momo al fin -, acceda ahora usted a las mías. No hemos sido presentados todavía.

- Mis disculpas por haber sido tan poco decoroso con usted. Me sorprende que haya querido bailar después de tan ruda actuación.

- Tan solo quedará usted disculpado si cumple con su palabra de presentarse antes de que termine la pieza.

- Por supuesto, no dude que tenía pensado hacerlo. Mi nombre es Shoto Todoroki. 

De todas las respuestas que existían, Momo nunca se habría esperado escuchar el apellido Todoroki. No cabía duda de que aquel caballero no era otro que el misterioso hermano menor que recientemente había regresado de la ciudad y adquirido Valle Nevado. La admiración de Momo se debió de traducir en su rostro, pues el señor Todoroki prosiguió diciendo lo siguiente:

- Seguramente conozca usted al resto de mi familia, pues últimamente existen muchos rumores concernientes a nuestra propiedad. Lamento que haya tenido que escuchar semejantes majaderías; espero que la imagen que se haya formado de nosotros no sea excesivamente penosa.

- Para nada, señor Todoroki. Nunca he gustado de hacer caso a los rumores. Permítame presentarme; mi nombre es Momo Yaoyorozu. Resido en La Rosaleda, finca vecina a la de su familia.

- Entonces es verdaderamente lamentable que no nos hayan presentado antes.

- No puedo más que estar de acuerdo con usted.

Guinevere | TodoMomo |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora