La porcelana es débil

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-¿Tú lo sabías?
-...- Gustave asintió-.
-¿Y Madame Giry?
-...- asintió de nuevo-.
-Padre... ¿Padre sabía que ella estaba casada?
-Comprometida. Estaba comprometida. Se casó más adelante.
-Aún así...
-¿Aún así, qué?
-Estaba comprometida Gustave. Se supone que...
-¿Preferirías que no hubiera pasado? Porque entonces yo no estaría aquí, y tú tampoco. Por si te habías olvidado fui yo quien te salvó.
-Lo sé. Te debo la vida. A ti y a padre.
-Todo lo que nos debías ya nos lo has devuelto.
-¿Cómo?
-Con simplemente estar aquí.

•que bonita conversación entre hermanos, ojalá nada la chafe... jue jue jue•

Se escucharon pasos rápidos por la cocina.
-¿Madame Giry?- preguntó Gustave-.
-Madame Giry salió a hacer recados, no puede ser ella. Debe de ser padre- Geraldine se levantó del sillón rápidamente y corrió a la cocina-.
-¡Din espera!- el hermano la siguió-.
-Era padre, en cuanto me ha visto ha vuelto a salir.
-Querrá estar solo. Déjalo estar.
-Había sangre Gustave.
-Te lo habrás imaginado. Solo lo habrás visto de reojo. No te preocupes.
-Muy tarde. Ya estoy preocupada- hizo ademán de salir, pero su hermano le impidió el paso-.
-Lo que necesitas ahora es sentarte y relajarte. Hemos vivido una situación tensa hace nada más unos minutos. Ambos estamos nerviosos. Tú descansa y yo voy y me aseguro de que esté bien.
-¿Y por qué no puedo ir yo a asegurarme de que esté bien? Podemos ir los dos y así todos contentos- intentó esquivarlo sin buenos resultados-¡Déjame pasar!- trató de apartarlo en vano-.
-Din, niña- la llamó como cuando era pequeña y tenía una pataleta-.
-Dices que hemos pasado por una situación tensa. Pues te equivocaste de tiempo, todavía estamos en esa situación tensa.
-¡DIN!- le gritó, ya harto-Yo voy, tú te quedas- dicho esto hizo a la chica a un lado y salió-.

★★★★

-Maldición. Maldito. Argh- cerró la puerta tras de sí y observó su rostro en el espejo-Yo te maldigo Raoul. Tener los cojones de volver, ¡encima con la intención de hablar conmigo!
- se quejaba por cada esquirla de porcelana que sacaba de las heridas- De hablarle así a mi hija. De llamarla monstruo. De hacerla llorar.
-Padre, soy yo, Gustave. Geraldine llegará en cualquiera momento, dudo que sea capaz de esperar en la cocina- dijo desde detrás de la puerta-¿Estáis bien?
-¿Estáis vosotros bien?
-Yo en la medida de lo posible sí. Din sigue asimilando todo lo sucedido.
-Esa niña, es demasiado lista.
-Demasiado curiosa.
-¿Le has dicho algo?
-Ella lo dijo todo.
-Hablaremos mañana.
-Respóndeme, ¿estás bien?
-Hablaremos mañana.

★★★★

Aquella noche nadie de la familia durmió.
En la mañana nadie de la familia bajó a desayunar.
-Vaya trío más raro- murmuraba Madame Giry quien, tras una hora esperando a que bajaran, había comenzado a recoger la mesa y a plantearse si tirar la comida ya fría-.

-Hola Madame Giry.
-¡Oh! Geraldine, al fin se digna alguien a bajar. La comida está fría pero puedo calentársela.
-No será necesario. No tengo hambre- guardó silencio unos segundos hasta que volvió a hablar- Christine Daaé es la madre de Gustave. Ayer, en la tumba, estaba su marido.
-¡¿Raoul?!
-No llegué a saber su nombre, pero supongo que sí.
-Bueno. Yo se lo advertí a su padre, que se llegaría a enterar tarde o temprano, que es muy lista. Él, como ha hecho siempre, me ignoró... ¿Está segura de que no quiere desayunar nada?
-Estoy segura madame- a Geraldine la sinceridad de Madame Giry la asombraba, y le parecía incluso graciosa a veces-Ya que ha mencionado a mi padre, ¿vino a desayunar?
-No he vuelto a verlo en la cocina desde hace meses. De gracias a que acuda a los almuerzos y cenas.
-¡Madame Giry! No puede hablar así de su jefe- se rió Din-.
-He dicho peores cosas a la cara de más altas autoridades.
-Se la nota muy positiva hoy.
-No le queda nada señorita. La lección de hoy será mucho más dura que cualquier otra debido al buen carácter que tengo hoy, no piense que se vaya a escabullir solo porque me haya levantado con buen pie.

Geraldine rió de nuevo. Al menos le quedaba Madame Giry.
Tristemente, las preocupaciones seguían ahí.

-¿Sabe dónde está mi padre?
-Dentro de esta casa seguro. Escuché sus pasos yendo de un lado para otro hace, puede ser, media hora.
-Gracias. Buen día.
-No llegue tarde a la lección- se despidió Giry-.

★★★★

Din respiró hondo antes de tocar la puerta del taller.
-Madame Giry, ya le he dicho que no voy a salir- respondió desde el interior su padre- Déjeme en paz.
-No soy Madame Giry.
-Oh. Geraldine. Emm... ¿Qué necesitas?
-Necesito entrar.
-Claro, adelante. Pasa.

Cerró la puerta tras de sí. Él estaba si su máscara. Sobre el escritorio había una masa de porcelana cruda, distintas herramientas para tallar y en una esquina un trapo con sangre seca.
-¿Y tu máscara?- le preguntó ella, nerviosa-.
-Estoy haciendo una nueva.
-¿Se ha roto?
-Sí- no apartaba la vista de su trabajo-La porcelana es débil.

Mientras hablaba Geraldine se había ido acercando y ahora miraba desde la izquierda cómo iba dando forma a la nueva máscara.
-¿Cuántas máscaras has tenido a lo largo de tu vida?
-Al menos... Si contase solo las de porcelana, esta es la tercera. En total, cinco.
-¿Y de qué estaban hechas las otras?
-Madera. Con el tiempo perdían la forma y no duraban más de un año... ¿No podrías sentarte al otro lado de la mesa?
-¿Te tapo la luz?
-No, solo que...- señaló el lado izquierdo de su cara-.
-¿Qué más da? La belleza está debajo.
-Y al otro lado de mi cara también.
-¿Cómo se rompió la antigua?- se refería a la máscara-¿Os peleásteis?
-...
-Padre...
-...- asintió-Estoy bien. Fue directamente hacia la máscara. Después se marchó.
-¿Volverá?
-No.
-Mejor.

Permanecieron en silencio, hasta que Geraldine al fin hizo acoplo de valor para plantear la verdadera pregunta.
-¿De veras que Christine Daaé era la madre de Gustave, que Raoul pensaba que era su padre y que realmente lo eres tú?- el fantasma no pudo soportarlo más y rompió a llorar-.
-Lo siento mucho...- se levantó y miró a otro lado para que ella no la viera llorar-.

Geraldine se levantó y lo abrazó.
-No pasa nada.
-Perdóname.
-No estoy enfadada.
-Gracias.

Lo que el fantasma no le contó fue que Raoul se había marchado por siempre.
Que nunca más volvería.
En el sentido más literal posible.

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Quien entendió, entendió.
Chauuuuu

Los fantasmas de Coney Island (Phantom Of The Opera/Love Never Dies- fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora