Dorothy

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Estaba decidido.
Iría al baile de máscaras.
¿Qué ropa ponerse? En la entrada además de bellos vestidos también habían algunos incluso graciosos.
¿Qué peinado llevar? Se veían todos tan extravagantes.
¿Y si le preguntaban por su nombre? O por su familia o dónde vivía. Debía inventarse antes de ir excusas para todo ese tipo de preguntas.
Sabía bailes de salón, Madame Giry le había enseñado.

Al final se decidió por esto:
Nombre: Galia
Apellido: Laugh
De dónde proviene: Europa. (No diría el país en concreto, si lo pedían diría "Me gusta vivir una vida discreta, por eso no digo mi localización exacta").
Ropa: (su parte favorita era la ropa) Hacía un año su padre le había dejado a la disposición de todos los que vivían en la casa un baúl con ropa suya antigua. Para trozos de tela necesarios. De allí sacaría todo lo que pudiera y lo ajustaría a su talla.
Peinado: un recogido que haría parecer que su pelo era corto.

Tenía exactamente 3 días para arreglar toda la ropa y aprender a hacerse el peinado. Serían días de mucho trabajo que, esperaba, mereciese la pena.

★★★★

Después de la lección de ballet, ni si quiera sé cambió de ropa y subió a su habitación para ponerse manos a la obra.

El día anterior al baile, su padre durante el almuerzo le preguntó:
–¿Qué has estado haciendo todos estos días en tu habitación? Pasas allí las 24 horas prácticamente. Hace tiempo que no practicas música.
–Sigo acudiendo a ballet.
–Lo sé. No me cambies de tema.
–Es una sorpresa.
–Ah. Vale. Supongo que no puedes decirme qué es porque entonces ya no sería una sorpresa.
–Correcto. Por cierto, ¿y Gustave? Estos días está llegando más tarde de lo normal– miró a su hermano, él ni siquiera levantó la mirada del plato–¿Hay más trabajo del habitual?
–Sí– ¿estaba su hermano sonrosado?–.

Geraldine lo miró sospechosa.
–¿Por qué me miras así? ¿No me crees? ¿Qué iba a hacer sino? Solo salgo de este lugar para trabajar o hacer algún recado– respondió a la defensiva–.
–¡Ah! ¿Cómo se llama?
–¿Cómo se llama quién?
–¡Venga Gustave! ¡Tus mejillas te delatan! ¿Cómo se llama?– estaba más que claro que su hermanastro se había echado un ligue–.
–Din no sé de qué me hablas– más rojo todavía–.
–Sí sabes de qué te hablo.

–Geraldine, deja en paz a tu hermano.
–¡Pero...
–Geraldine– la miró serio– Come y calla.
–...

–Se llama Dorothy.
–¡Lo sabía! ¡Ja!– se levantó triunfal–¿Cómo es?– se sentó, su apetito ya no era por comida sino por información–.
–Muy guapa.
–¿Cómo es su pelo?
–Rubio claro, casi como la arena.
–¿Y sus ojos?
–Verdes como el jardín.
–¡Oh estás sonriendo con solo pensar en ella! ¡Que dulceeeee! ¿De dónde es?
–Canadá.
–Canadiense... ¿Cuándo pensabas contárnoslo?
–En un tiempo no muy lejano.
–Padre, ¿no es genial?

–Geraldine, ¿podrías salir un momento? Quiero hablar en privado con Gustave.
–Claro.

★★★★

–¿Le has contado algo sobre nosotros?
–No padre.
–No creo que sea necesario, aún así te voy a recordar que esta ciudad piensa que yo me he marchado o que estoy muerto. Piensa que esta casa lleva abandonada desde hace décadas y que nadie la ha comprado. Piensa que todos los juguetes y aparatos que tú vendes al taller los construyes tú, cuando los creo la mayoría yo. Piensan que vives en una casa cerca del acantilado, lo cual es cierto, pero no piensan que esa casa sea esta casa. Y necesitamos que sigan pensando así.
–Lo sé.
–No te culpo de haberte enamorado. Solo te pido que seas cuidadoso al igual que te lo he pedido siempre.
–Sí padre.
–Sabía que una situación así podía llegar. Hace unos días pedí a tu hermana que me acompañara a por unos materiales porque necesito que ambos estéis preparados para el mundo. Tú lo estás, ella no.
–Lo sé.
–Ahora, dejo en tus manos la decisión: puedes invitarla un día a esta casa, que nos conozca, ya veremos si nos acepta o no. O...
–¿O?
–Si ella tanto te quiere, miente. Cuéntale que eres huérfano y que no tienes familia. Si deseáis una vida juntos podréis tenerla.
–Pero... Entonces no os volvería a ver...
–¿Crees que no lo sé?
–Es muy difícil decidir algo así...
–Es muy difícil para cualquiera decidir algo así. Ambas decisiones conllevan un precio alto. Aún hay tiempo. ¿Dese cuándo la conoces?
–Un año... Ella me dio la entrada al baile de máscaras, y me negué. Me la dio igualmente por si cambiaba de opinión. No puedo pedírsela a Geraldine. Ya habrá recortado los dibujos y hecho algo con ellos.

•little does he know...•

★★★★

–Geraldine.
–¡Estoy tan contenta de que...
–¿Todavía tienes la entrada?
–Eh... Sí.
–¿Podrías devolvérmela?– oh no, no podía decirle que no– Dorothy me la dio. Al principio, como ya dije, no pensaba ir. Esos eventos no me gustan. Pero he cambiado de idea– oh no no ¡no!–¿Ocurre algo?
–¡Lo siento muchísimo! Ya la he recortado– le estaba mintiendo a su hermano a la cara por un capricho suyo– De verdad que lo siento.
–No pasa nada. Esperaba que hicieras algo así. Realmente, me quitas un peso de encima.
–Ah... Vale.

Gustave asintió y volvió adentro de la casa.

Acababa de mentirle en toda la cara a Gustave. ¿En qué se estaba convirtiendo?

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Capitulín corto, ¡pero se viene uno largo! ¡Espero que lo compense!
~Chauuuu

Los fantasmas de Coney Island (Phantom Of The Opera/Love Never Dies- fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora