Las olas gritan

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–¿Geraldine?– Madame Giry se acercó– no se preocupe. Su padre... No sé si aceptaría que yo le dijese esto... Pero... Él tuvo problemas con esa persona. Le trae muy malos recuerdos, a todos nosotros nos trae malos recuerdos.
–Vale– susurró–.

★★★★

Se sentó frente al piano, pero en vez de practicar las lecciones, tocó la canción que había encontrado más recientemente y desde allí improvisó.

La confusión se reflejó en la melodía.
Finalizó cuando las lágrimas ya le empañaban tanto los ojos que no sabía qué notas eran las que tocaba y la música se transformaba en un sinsentido. La confusión era un sinsentido.
Salió al jardín y escuchó las plantas y el mar.
Ya los entendía.
Estaban confundidos, como ella.
Y al estar confundidos, sus voces se convertían en sinsentidos, en sonidos confusos que se entremezclaban en una disputa sin fin. Gritándose los unos a los otros, pero sin escucharse por lo que sin entenderse.

Arrancó unas flores y las volvió un ramo, rodeándolas con su pañuelo y atándolas con una pulsera.
Así se dirigió a la tumba de Christine Daaé.

Se paró antes de llegar, allí estaba su padre, cabizbajo y arrodillado, mirando la tumba.
Geraldine dio media vuelta y volvió al jardín, recuperó su pulsera y su pañuelo y lanzó las flores a su alrededor.

★★★★

Practicó al fin sus lecciones y cenó totalmente sola en el comedor.
Después leyó un poco de novela y subió a su dormitorio.
Allí abrió el baúl donde guardaba sus vestidos más bonitos... El de Christine Daaé ya no estaba.
Alguno de ellos se lo habría llevado. No se quejaría, no merecía la pena causar otra pelea.

Oh no.
Las partituras.
No podían haber encontrado las partituras.
Rápidamente rebuscó en el final del baúl, ahí seguían, respiró tranquila.

★★★★

No conseguía dormir.
Las plantas y las olas no hacían más que gritarse, y ella no lograba entenderlas.
Se levantó, se puso la bata y salió al pasillo.
Escuchó la puerta principal cerrarse.
–¿Gustave?¿Padre?¿Madame Giry?–preguntó, asustada–.
–Geraldine, ¿qué haces despierta a estas horas?– era su padre, ¿se habría pasado la tarde completa en la tumba?–.
–No lograba dormir.

Silencio incómodo.

–Es muy tarde, vuelve a tu habitación.
–Todavía no entiendo de qué hablan las plantas y las olas, pero he hecho avances.
–¿Qué tal si me lo cuentas por la mañana?
–Se gritan y no se escuchan. Las olas gritan los gritos de todos aquellos que se lanzaron contra ellas en busca de...– el fantasma le colocó la mano sobre los ojos y Geraldine cayó dormida, hipnotizadamente dormida–.

★★★★

Al despertar se sintió como cuando tenía 5 años, dormirse en el salón mientras su hermano cantaba y despertar mágicamente en la cama.

Esa mañana tenía lección de ballet.

Esa tarde tenía visita a Christine.

Formó un nuevo ramo de flores, siguiendo los mismos pasos que el anterior, excepto que esta vez sí pudo entregarlo.


»»»»
Es corto, lo sé, pero llevo ya 3 horas escribiendo entre este capítulo y el anterior, y estoy saturada.
Chauuuu

Los fantasmas de Coney Island (Phantom Of The Opera/Love Never Dies- fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora