𝐎𝐓𝐑𝐎 𝐃𝐈́𝐀 𝐌𝐀́𝐒 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐄𝐒𝐂𝐔𝐄𝐋𝐀 (CANCELADO) ── chile.

Capítulo 09: Momento de sentimientos.

— ¿Reglas? — Cuestionó el argentino.

— Exacto.

Ninguno de los dos decía palabra alguna. Incomodidad es la expresión exacta para describir lo que sentían.

Ambos se miraban a los ojos fijamente, hasta que Chile ya no pudo más.

— NO AGUANTO, DEJA DE MIRARME DIRECTAMENTE, ES INCÓMODO.

— Está bien. —murmuró mientras dirige su vista hacia abajo, sin poder evitar mirar las piernas de Chile que estaban tan cerca de él.

— ¿Sabes? Es mucho más raro que alguien me mire abajo, —confesó algo asqueado. — mejor mírame a la cara.

Argentina levantó nuevamente su vista pero tratando de mirar hacia sus lados en lugar de ver a su amigo directo a los ojos. Él también se sentía incomodo.

— Argentina, —dijo sereno. — lo que has hecho fue horrible.

— Lo sé.

— ¿Por qué hiciste esa wea? —Chile parecía que estaba perdiendo su lado tranquilo.

— ¡No lo sé!

— ¿Crei' que soy aweonao? —hizo una leve pausa para poder tranquilizarce. — ¡Dime! Sólo quiero saber qué fue lo que te pasó.

— ¡Te dije que no lo sé! Me sentí tan molesto, solo hice lo primero que se me ocurrió, —jugaba con sus dedos de forma nerviosa al tratar de recordar lo que se le pasó por la cabeza hace unos segundos atrás. — pero no fue algo que pensé, solo hice eso porque mi corazón ardía de rabia.

Chile arqueo sus cejas, no respondió nada y dejó de que Argentina terminará lo que estaba diciendo.

— Chile.

— ¿Hm?

— Creo que me gustas. —dijo sin dudarlo mientras ponía su mano sobre la mejilla de su contrario.

Al chileno no le salían las palabras al  oír aquella confesión, sentía que ese momento era perfecto para que también pueda revelar sus sentimientos hacia él.

Pero, ¿y si sólo está bromeando con él? Rápidamente Chile se bajó de las nubes y miró enfurecido a su amigo.

— ¡No mientas! —dijo mientras le pisaba un pie.

Argentina soltó un quejido y alejó su mano de él.

— ¿PERO QUÉ TE PASA BOLUDO? SI TE DIJE ALGO BONITO. —el argentino en forma de defensa lo empujó pero sin querer hizo que se golpeara con la pared de atrás. El chileno también soltó un quejido al golpearse.

Los tres que estaban sentados en la sala lo único que escucharon fueron, según ellos, los gemidos y el golpe contra la pared. La situación no podría ser más rara y mal interepretada.

— Quizás debería revisar que están haciendo. —propuso el mexicano al levantarse del sofá.

Los otros dos, uno por cada lado, lo agarraron del brazo y lo tiraron de nuevo hacia atrás para que cayera sentado al sofá. Sabían que no podían interponerse entre la pareja. Estén discutiendo o teniendo sexo, no pueden meterse.

— ¡Eso dolió más! —decía Chile mientras se lamentaba de pisarle el pie al argentino.

— Disculpa, no quería que te...

— No importa, —interrumpió rápidamente el de la estrella. — mejor hablemos de las reglas.

— Bien.

— ¡Primera regla! No hacer nada sexual, aunque quieras que se vea más "real" nuestra relación, no hay necesidad de que me toques el pene con más personas presentes. —no podía mirarlo a los ojos mientras decía esto, se sentía tan horrible el tan solo recordar eso.