𝐎𝐓𝐑𝐎 𝐃𝐈́𝐀 𝐌𝐀́𝐒 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐄𝐒𝐂𝐔𝐄𝐋𝐀 (CANCELADO) ── chile.

Capítulo 15: Un nuevo apoyo.

— Abro debate serio, chiquillos. ¿Suena mejor decirnos 'países' o 'countrys'?

— Abro debate serio. ¿Chile será tan pelotudo porque se cayó cuando nació, o es algo de familia?

— Se cayó cuando nació —opinó el peruano tratando de mostrar seriedad en el asunto.

— ... —uno de ellos no decía nada.

Los cuatro amigos acababan de llegar a los vestidores de hombres, debido que recientemente tuvieron clases de deportes, y en su ya adolescencia es muy necesario al menos cambiarse de ropa después de hacer ese tipo de cosas.

Pero el mexicano se portaba algo nervioso, éste día ya lo había pasado. Sentía un horrible déjà vu pasando en aquel instante. Y su comportamiento no pasaba por desapercibido, todos podían observar que se veía paranoico.

— ¿Te encuentras bien? —le preguntó Perú, tratando de ser lo más amable que podía.

— ¡Sí! Estoy bien, muy bien. Nunca estuve tan perfecto.

Argentina abrió la boca, apuntó de decir algo, pero finalmente no soltó nada. Quería opinar al respecto, pero al pensarlo unos segundos se arrepintió de aquella decisión puesto que era muy obvio que mentía, y si lo decía, empezaría una probable discusión que prefería evitar.

El cuarteto se limitó acercarse a sus casilleros correspondientes, donde habían dejado su ropa de cambio. Chile fue uno de los que prefirió quedarse un tiempo allí parado sin hacer nada, necesitaba descansar un poco. Durante la clase hizo un arduo trabajo y quería relajarse.

Estando al frente de su casillero sin abrir, decidió bajar su vista a la vez que se rascaba la nuca, para así desordenar un poco de su cabello.

Acción seguida fue mirar a su costado derecho levemente, para así poder contemplar al argentino que estaba a su lado. Aunque el celeste no tenía un cuerpo musculoso, tenía un cuerpo marcado. Chile no sabía cuando pudo empezar hacer ese tipo de ejercicios para obtener aquel cuerpo.

Sin querer mirarlo mientras se vestía, ahora desvió su mirada al lado contrario; ósea, al lado izquierdo. Pero fue una mala decisión, y es que a ese lado tenía al norteamericano, quien ya ha visto sin su camisa en la ocasión que se quedaron atrapados en un ascensor, pero le seguía sorprendiendo, su cuerpo se veía un poco más musculoso y marcado que el de sol.

Sólo le quedó pegar sus ojos frente la pequeña puerta que tenía adelante.

¿Cuando fue que el chileno se quedó atrás? No podía creer lo rápido que cambiaban todos, y él se seguía sintiendo igual. Detestaba con toda su alma no ser como los que lo rodean.

— ¡Mex! —llamó Perú desde una corta distancia— ¡Hoy sí se subió nuevo chisme!

— ¿Ah, sí..? —preguntó desinteresado a la par que se acomodaba sus pantalones.

Pero bruscamente dejó de jalar de estos, y recordando el sueño que había tenido aquella mañana, su corazón se empezó acelerar.

— ¿Puedo ver?

— La descripción sólo dice "parece que no están rezando", con una foto de una persona haciendo una mamada. Pero eso sí, no se ve quienes, sólo se ve las posiciones de sus zapatos —le explicó el de gorrito mientras que a la distancia le mostraba la imagen.

Cuando Perú mostró la imagen, México hacía su mayor esfuerzo para lograr sonreír. Aunque por dentro estaba apunto de llorar, ya que el argentino también podía visualizar la fotografía y ya esperaba algo por parte de él.

— Los zapatos de estrellas se me hacen conocidos —comentó Argentina—, quizás sean de Venezuela.

El mexicano sintió como pudo volver a respirar de nuevo. Se alegraba de lo ciego y pendejo que eran sus amigos.