𝐎𝐓𝐑𝐎 𝐃𝐈́𝐀 𝐌𝐀́𝐒 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐄𝐒𝐂𝐔𝐄𝐋𝐀 (CANCELADO) ── chile.

Capítulo 10: Ésta es la última vez que digo pene.

— ¿Y a donde se nos fue Chile? —preguntaba el tricolor.

— ¿Por qué me preguntas a mi? Si yo estuve hablando con vos todo este tiempo. —Argentina sentía unas ganas de insultar a su amigo por lo idiota que fue su pregunta, pero se limitó a no hacerlo.

México se sentó en la cama del chileno para descansar un poco sus piernas, soltó un suspiro mientras tenía su mirada perdida. Argentina lo miro de reojo y luego se apoyo con la espalda en unas de las paredes de la habitación.

— México, hey. . . —sólo hablaba, se negaba a mirarlo. — tenemos cosas que hablar, ¿no?

— Sí, supongo que sí.—México clavo su mirada al suelo, tampoco quería mirarlo.

— Lamento ser tan cruel con vos, pero te acercas demasiado a la persona que amo. —nadie más que el argentino iba a saber que le salió un rubor en sus mejillas al confesar que sí, amaba al chileno. — Tengo miedo que demuestres ser mejor que yo y él te prefiera.

— Solía pensar que te gustaba Perú.

— Ya no. —lo pensó detenidamente. — Bueno sí, pero ahora tengo a Chile en mis manos, no puedo ser tan idiota como para dejar esta oportunidad.

— Sí, pero en todo ese tiempo donde lloriqueabas por Perú, Chile estuvo sufriendo mucho peor por ti.—decía con rabia. — ¿Y sabes quién estuvo a su lado en todo ese tiempo? ¡Yo! Mira, Chile no me gusta, pero no dejaré que me quites a mi mejor como si nada. ¡Aparte hace poco te estuviste dando besos con Perú!

— ¡Él me beso! Literal el pelotudo empezó a balbucear cosas que no entendía y cuando me acerque para escucharlo, ¡me beso! —explicó lo antes sucedido. — Y al menos si vas a dar excusas di la verdad.

— ¿Y a qué te refieres con que diga la verdad?—en la forma que se expresa el mexicano era tan brava, no por lo que decía, si no cómo lo decía. — ¡Te he dicho la verdad, pendejo!

— El 'no me gusta Chile' ni vos te la crees.

— ¡Es verdad! Solo quiero a mi mejor amigo a mi lado,—parecía que en cualquier momento iba a llegar a golpear a su amigo si vuelve a decir alguna como esa. — ¿qué te cuesta entender eso? ¡Es solo un amigo!

— ¡Di la verdad!

— ¡Que no me gusta! —se levantó de la cama con enojo y se empezó acercar Argentina, parecía que quería un conflicto a puño. — ¡SOMOS AMIGOS!

— No me voy a callar hasta que digas la verdad. —el argentino se mantuvo sereno, sabía que el mexicano no lo iba golpear. Nunca lo había hecho y dudaba que lo hiciera esta vez.

— Argentina. —con un brazo lo acorralo contra la pared. — Es por amistad, solamente por amistad y nada más que amistad.

— ¡Vamos! ¡Confiesa! ¡Tu corazón se acelera en pensar en él! —empezaba hostigar solo para molestar. — ¡Has fantasiado en un futuro con él, donde se da cuenta que eres el correcto! ¡Lo amas y lo sabes!

— ¡QUE NO!

— ¿Entonces que fue ese beso en la fiesta de Halloween?

México dejó su enojo de lado unos segundos para pensar en lo que le había dicho, —¿un beso?— pensaba detenidamente. No, él no recordaba nada.

— ¿De qué beso hablas?

— Demasiado ebrio que ni recordás. —murmuró en forma de burla. — ¡Bien! No se lo conté a nadie pues quería ahorrar la vergüenza que iban a sentir los dos pelotudos, pero parece que a vos te hubiese alegrado la noticia.