El dolor y la oscuridad de Amanda. (Actualizaciones Lentas)

Capitulo 13.

Habían pasado varios días desde esa noche, la culpa es una acompañante que no me ha dejado desde entonces. No puedo mirar a los ojos a mi hermana y estar cerca de ella es una tortura, así que cada vez que tengo una oportunidad me la evito, ella se ha dado cuenta de eso y trata de hablar conmigo pero no la dejo. Jackson también trata de hablar conmigo de las razones de mi comportamiento hacia ella pero solo le digo que todo está bien, ¿Qué más puedo decirle? ¿Qué me acosté con el novio de nuestra hermana? ¿Qué no dejo de pensar en esa noche? ¿Qué una parte de mi siente culpa y la otra parte no?.

Así que me encuentro en una cafetería tomando un poco de chocolate caliente porque necesitaba estar lejos de la casa, necesitaba un respiro de toda esta mierda y pensar con claridad. Doy un sorbo a mi chocolate para después suspirar. Ciento que alguien se pone a mi lado y me sorprendo a encontrar Scott, sonrió él lo toma como buena señal y se sienta junto a mí y deja un pequeño beso en mis labios. Aquí está otra vez el sentimiento de culpa, engañe a alguien que me quiere.

—Scott ¿Cuándo llegaste de viaje?—Pregunto recordando que lleva un mes casi fuera del país

—Justo llegue hace una media hora, iba a casa a descansar un poco pero te vi cuando pasaba en el taxi.

Sonrió cuando él toma mi mano y deja un beso en ella. No voy a mentir y decir que no lo extrañe, claro que lo hice, porque él era el único que me mantenía cuerda, el único que me hacía pensar en lo correcto y no en lo incorrecto. Si él fuera estado aquí a lo mejor nada hubiese pasado, pero claro así como no fuera pasado esa vez fuera pasado en otro momento.

— ¿Me extrañaste? Porque yo si te extrañe—El hace un puchero y rio.

—Claro que te extrañe y me alegra que este aquí.

Él sonríe y le devuelvo la sonrisa, veo que tiene bolsas negras en sus ojos y hasta hora es que noto lo cansado que se ve y que efectivamente sus maletas están a su lado, así que me pongo de pie.

—Vamos, te llevare a tu casa. Te vez cansado y necesitas descansar.

— ¿Puedes quedarte conmigo toda la noche?—Noto un poco de súplica en su voz y me sorprende.

—Claro, no tengo ningún problema—Respondo de inmediato, ya sea por la culpa y porque al parecer el me necesita.

Una hora después llegamos a su apartamento, no le preste mucho atención a los detalle. Solo caminamos a su habitación y lo vi sacar todo lo que había en su maleta y me sorprendía cuando me tendió una pequeña bolsa y cuando vi que contenía reí, había mucho chocolate y un pequeño llavero con mi inicia.

—Gracias Scott—Dejo un beso en sus labios y lo escucho suspirar,

Me sonríe y después va tomar una ducha, mientras lo hace, voy hasta la cocina y busco algo que hacer para comer, hace que hago algo rápido que es una tortilla con papas ya que no hay mucho con que hacer algo bueno, agradezco de que nana me haya enseñado a cocinar. Scott llega hasta donde estoy y veo como su cabello gotea y su cuerpo se llena de las gotas de agua que cae, y estoy mal, mal de la cabeza porque solo pienso en el cuerpo del que no debía de pensar, ¡Joder! Estoy mal de la cabeza.

Después de comer en silencio, porque al parecer él no tiene ganas de hablar ambos caminamos hacia su habitación y nos acostamos él se acuesta sobre mí y empiezo acariciar aun su cabello húmedo. Busco me teléfono en mi bolsillo y le mando un mensajes a mi padres diciendo que no llegare esta noche y después lo apago porque seguros mis hermanos me llamaran. Lo escucho suspirar y me doy cuenta que se ha quedado dormido.

Me le quedo viendo y la gana de llorar me invade, ¿Por qué le he hecho esto él y a ella? ¿Tan mal estoy para tener esta clase de pensamiento en los cuales quiero pensar solo en mí y arriesgar lo que siento? Lo abrazo tratando de refugiarme el como si él fuera un bálsamo para curar está herida provocada por mí. Es una mierda sentirse así, pero a pesar de que haya pasado varios días desde que ambos tuvimos relaciones, no saco de mi mente cada recuerdo de cómo me besaba, de cómo entraba una y otra vez en mí, como emitía eso pequeños gemidos, y como me tocaba. Pienso tanto en eso que por momentos olvido la culpa pero solo es eso, por memento. Suspiro

¿Qué debo hacer? ¿Decir la verdad o guardar el secreto?